* Paulina Jaimes, Epidermide, primera exposición individual en Taller 138 Galería, desde su apertura al público en octubre de 2017.
* En Epidermide, Jaimes hace énfasis en el elemento tierra y en los procesos más sombríos del ser humano; por lo que está exposición se plantea desde los carbones y la gráfica.
* Los personajes de la obra de Jaimes, en su exposición Epidermide, tienen tonalidades azules, rosas y verdes, haciendo alusión al proceso de muerte y renacimiento. Una especie de contradicción que le resulta fascinante, pues a partir de algo tan lamentable, se puede encontrar belleza.
* La inauguración se realizará mañana jueves 22 de febrero a las 19:00 horas, en Taller 138 Galería que se encuentra ubicado en Calle Santa María la Ribera No. 138 (a media cuadra del Kiosko Morisco) Colonia Santa María la Ribera
Por Eder Zárate
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de febrero de 2018.- Paulina Jaimes, presentará a partir de mañana la exposición Epidermide, título de la primera exposición que organiza Taller 138 Galería desde su apertura en octubre de 2017, con la cual reitera uno de sus principales objetivos: impulsar a talentos emergentes, paralelamente con su intención de generar una nueva generación de coleccionistas de arte plástico de creadores consagrados y posicionados en el mundo de las artes plásticas, así como una cultura por el diseño de interiores, a través del gusto por el mobiliario de diseño.
En Epidermide, Paulina Jaimes hace énfasis en la tierra y en los procesos un poco más sombríos del ser humano; es por ello que está exposición se plantea desde los carbones y la gráfica. Para Jaimes es importante que como sociedad nos demos cuenta de los contrastes, que no todo en la vida tiene que ser bueno, sino al contrario, hay que ir al fondo de las cosas, a veces de uno mismo, hacer catarsis para volver a resurgir en algo diferente, “Esa parte oscura me fascina y últimamente me he adentrado en la sombra.” confiesa Jaimes.
“He tenido la fortuna de jugar y divertirme a través del proceso de varias técnicas, que van desde el óleo – que fue mi primera propuesta – ya que siempre me visualicé como pintora de lo tradicional, lo que para la gente era renuente hace más de una década.”, nos comparte la joven creadora.
Paulina Jaimes es consciente que existen otros medios más contemporáneos, pero al ser fiel a su propuesta – como heredera de padres pintores – trabajar con materiales más naturales, más orgánicos, ha sido su camino, mismo que le fue exigiendo y demandando en su búsqueda; por lo que de esta manera comenzó a conocer e involucrarse con otro tipo de técnicas, como el encausto, que es el manejo de las ceras, y la acuarela ya que al impartir clases y en el intento de motivar a sus alumnos les dijo: “trabajemos la acuarela ¡a ver que sale!” y resultó ser buena en la técnica, y así fue como empezó a desarrollarla.
Paulina también ha experimentado con temples a manera de salida inmediata y rápida para su propuesta en carbones, con el fin de obtener un efecto de grandeza y a la vez sencillez. Jaimes nos comparte que en su proceso como artista se fue sintiendo cómoda al descubrir que cada material propone reglas muy específicas y comprender que la pintura es un medio para transformar una forma tridimensional en un plano bidimensional. Para Paulina Jaimes, “ser pintora no significa solo pintar, sino cómo te involucras con los materiales para poder decir cosas, cómo puedes funcionar a partir de conocer esa variedad de herramientas y aprovechar sus cualidades para decir una idea con mayor fuerza.”
Paulina inició su camino como creadora en 2009, momento en el que tiene la claridad de saber hacia dónde quería proyectarse como artista, “En un principio mi trabajo fue muy visceral, si consideramos que venimos de un contexto en el que tenemos que hablar de muchas cosas sólo por ser artista. Cuando inicias este camino no sabes cómo definirte, si tu discurso debe ser social, político o humano. Por lo que de repente me cuestioné ¿para qué hago énfasis en el tema ahora si lo que necesito saber es quién soy yo?”.
Es así como Jaimes decide empezar con lo que más le emocionaba pictóricamente: rostros, caras, retrato. Mientras más pintaba rostros a manera de estudio fue profundizando hasta plantearse sobre lo que quería expresar realmente. En ese momento leía a Bauman y a Lipovetsky, autores con los que se identificó por sus discursos sobre el individualismo.
“A través de mis lecturas podía reconocerme dentro de la masa, o sea ese sentimiento arraigado de individualidad. Empecé a querer hablar de lo que fluye y de que nada parece ser lo que es porque todo el tiempo está en constante movimiento. Entonces mi propuesta fue muy literal, metí a mis personajes en una membrana y quise expresar su necesidad de querer salir de ella. Fue curioso, porque al momento de plasmar estas ideas sobre el lienzo terminé diciendo otras cosas y descubrí que siempre pasa lo mismo.” Declara la creadora.
En esa búsqueda en la que no era muy consciente de sus propios procesos, Paulina Jaimes empieza a trabajar un diálogo muy lúdico en el que se cuestionaba que si metía a sus personajes en plástico, qué pasaría si los metía en telas, es así como Jaimes fue construyendo una propuesta más formal donde la imagen y el juego que le daba la desestructura de las formas, lo que le resultó muy Duchampiano e incluso Picassiano.
Es como Jaimes comienza a experimentar con tela mojada y a sumergir a sus personajes en el agua, lo que para la artista era regresar al origen y cuestionarse de dónde venimos. Para Paulina Jaimes no hay paso que dé a nivel creativo sin antes haber digerido la información de lo que quiere decir, porque no puede hablar de lo que no comprende; sin embargo, no es un discurso que ella genere para los demás, sino es más introspectivo “A lo largo de mi camino descubrí lo vulnerable que puedo ser; por decir algo, si hablo de sangre es porque vivimos en una faceta difícil para un México en el que se nos plantea la sangre, y desde ahí cómo lo digerimos para transformarlo de otra manera y poder avanzar a un nivel si creativo pero más espiritual.”- agrega Jaimes, quien se concibe como una artista que atraviesa etapas, en primera instancia habló del agua que la llevó al origen, y después la tierra tema de su exposición en Taller 138 Galería.
“Tengo buen material para mostrar en esta ocasión, son 14 cuadros que siento funcionarán muy bien con el espacio de
Taller 138. Con esta exposición cierro ciclos y abro nuevos, pues siento la necesidad de trabajar en torno al elemento fuego”, nos comparte Jaimes, quien para su participación en Taller 138 Galería quiso que sus personajes se sumergieran en la tierra de alguna forma, al utilizar la misma metáfora que con el agua, pues para ella la tierra nos regresa de nuevo a la vida y nos nutre. Paulina nos revela que sus personajes tienen colores azules, rosas y verdes haciendo alusión a una anécdota sobre unas fotos que vio hace muchos años de una granja de cadáveres, un lugar donde los investigan al ponerlos sobre la tierra para ver qué pasaba con la carne en descomposición a la intemperie con el fin de que eso les facilite el estudio de las condiciones de cuando encuentran cuerpos en fosas.
“El ver esas fotos fue para mí muy impactante… Ver belleza en esos cadáveres porque justo los minerales de la tierra les daban esa coloración entre rosa, verde y azúl… Una especie de contradicción que me fascinó, cómo de algo que es muy lamentable se puede encontrar belleza, a fin de cuentas es algo que sigue generando vida al estar en contacto con la tierra, y a partir de esa experiencia es cómo surge esta serie. Confirmar la frase de que Polvo eres y en polvo te convertirás. Somos polvo de estrellas y desde ahí empieza lo místico.” concluye Jaimes.