* Escrita por Daniel de la O y presentada por la compañía Sin Sonrisa Teatro
* Extiende su temporada hasta el próximo 31 de octubre excepto el 30 de octubre de 2017 en la Sala Xavier Villaurrutia.
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de octubre de 2017.- Después de una destacada participación en importantes proyectos televisivos, Josejuan Meraz actúa y dirige la puesta en escena Voces de un asesino de cara larga y sin sonrisa, que ofrecerá funciones hasta el próximo 31 de octubre de 2017, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque los lunes y martes a las 20:00 horas excepto el lunes 30 de octubre de 2017 que no habrá función.
Josejuan Meraz, actor egresado del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, ha sido becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en la categoría de Creadores Escénicos. En cine ha participado en más de 15 largometrajes y como director teatral ha estrenado Voces de un asesino de cara larga y sin sonrisa, Negación, Mene o de cuando me volví invisible y Resignación.
“Mi búsqueda como creador escénico me ha llevado al desarrollo de un lenguaje reconocible que navega entre el humor negro y la ternura. Intento que mi discurso no se quede en el terreno del dolor o la violencia, sino que siempre vaya más allá, hacia la esperanza; abrir la herida, pero cerrarla antes de que el espectador salga del teatro”, comentó el protagonista y director de la obra.
Voces de un asesino de cara larga y sin sonrisa narra la historia de Buster, un personaje solitario que creció en un ambiente hostil y que ha encontrado en la figura de Buster Keaton una máscara con la que oculta sus miedos, inseguridades y su incapacidad de dar y recibir amor. Buster se confiesa ante el público y les mostrará que vivir puede ser complicado, pero vivir sin nadie, puede resultar peor.
La puesta en escena propone un espectáculo unipersonal con la dramaturgia de Daniel de la O que experimenta con una estructura singular y fragmentaria al abordar temas como la soledad y el aislamiento, mismos que son factores clave y que dejan al sujeto sin muchas opciones para sobrevivir.
El montaje pretende asestar un golpe seco al espectador, quien de modo indoloro y de manera cognitiva entrará en contacto con la oscuridad que de por si existe en su interior, en un espacio indeterminado, repleto de sillas vacías y fantasmas. Así el dolor sobrevendrá cuando intente sacarse esa flecha envenenada y ver porque entiende lo que dice Buster sin decirlo y porque se ríe de ello. El personaje surge en escena con razonamientos concretos, sinceros, pero colmados por un humor y ternura que utiliza como arma feroz para un combate moral, social y político.
“Quiero que el público entre pensando que va a ver una obra de teatro y salga pensando que le robé parte de la historia de su vida. Conmoverme con ellos. Estar justo debajo de la lluvia. Juntos”, finalizó Meraz.