En el encordado imaginario del aire en el Centro Histórico, estuvieron presentes el mítico Mil Máscaras, Dos Caras, Pagano, Sicodélico, los Villanos IV y V, y Dragón Rojo Jr., entre otros dignos representantes de este deporte que roza los linderos del arte.
La máscara, ese símbolo que hace de un simple mortal una figura que se proyecta a la cumbre de los dioses, elemento que confiere de magia y poder a quien la porta, objeto de análisis por parte de Octavio Paz en un buen número de páginas de su ‘Laberinto de la soledad’, es el catalizador que une a una afición constituida por chicos y grandes.
Generaciones se unen cada fin de semana para conjurar las emociones que allí estallan. Y de ello hablaron en una charla-conferencia realizada en el Club de Periodistas, recinto donde además se hicieron rodear de pinturas y parafernalia que se vinculan al universo mágico de la Lucha Libre, porque, según dijo Mil Máscaras, “la lucha libre es un arte, el arte del pancracio”, la disciplina que nos remite a su hábil ejecución en los tiempos de la antigua Grecia.
La afición lució contenta en esta convivencia que los acercó a sus ídolos. Donde al final se dio la clásica firma de autógrafos y la foto con el luchador favorito.
Enhorabuena.
(Nota de Martín Carlos Estrada para Voces del Periodista)