Voces del Periodista Diario

Cuando las vacas gordas no benefician a nadie

Almanaque de Cabecera

Por José Luis Adame (*)

Al paso de los días y cuando más cerca esta la fecha en que se realizará la gran pelea, Saúl “Canelo” Álvarez y su equipo no paran en buscar una justificación al resultado positivo por clembuterol en los test antidopaje que se le realizaron hace una semanas.

“Canelo” tiene programado un enfrentamiento ante Gennady Golovkin este de mayo en Las Vegas, Nevada, para definir de una vez por todas quien es el mejor en el cuadrilátero en la categoría de las 160 libras.

No cabe la menor duda que este asunto, más allá de la controversia que puede generar el dopaje, estuvo a punto de “mandar a la lona” la reputación del boxeador jalisciense afectando, no solo su credibilidad, sino, también, sus intereses económicos y los de su contrincante.

El clembuterol se utiliza para tratar problemas en las vías respiratorias y asma; además tiene un efecto anabólico, lo cual permite a atletas de alto rendimiento quemar grasa rápidamente, tonificar sus músculos y una mejor oxigenación, permitiéndoles tener  un mejor rendimiento de una manera ilegalmente ventajosa.

Así mismo, se usa para acelerar el proceso de engorda del ganado. Se presume que algunos ganaderos la emplean  a fin de sacar mayor provecho de ganancias, a costa de efectos colaterales en el organismo humano, como lo es la afectación del sistema nervioso y riesgos de problemas renales, entre otros.

El asunto del clembuterol y los deportistas mexicanos se ha convertido en un problema recurrente. Futbolistas mexicanos han sido presa en sus organismos por el consumo de carne contaminada con clembuterol, obligando a la Federación Mexicana de Futbol y a otras autoridades deportivas y sanitarias de nuestro país, a tomar medidas que permitan enfrentar ese problema.

Casos como los seleccionados mexicanos Guillermo Ochoa, Antonio Naelson “Sinha”, Edgar Dueñas, Francisco Javier Rodríguez,entre otros, durante la Copa Oro 2011, encendieron focos rojos ante el riesgo de castigar a estos “Pilares del TRI” con suspenderlos por dopaje y perder la oportunidad de coronarse en ese certamen.

De tal manera, se despertó en su momento una psicosis en la sociedad mexicana por el clembuterol, obligando a las autoridades deportivas y sanitarias de México, a tomar medidas para combatir este nuevo problema de salud pública, que por cierto fue minimizado por las instancias gubernamentales correspondientes.

Fue en el 2013 cuando las autoridades sanitarias en México decidieron que el uso de clembuterol en la cría y engorda de ganado no era un problema de salud pública.

Hace unos días “Canelo” y su equipo de trabajo manifestaron en una nota de la prestigiada revista estadounidense especializada en box, “The Ring”, que su organismo esta libre de sustancias prohibidas, como clembuterol precisamente. Bien por él y su staff.

Así las cosas, parece inaudito que gracias a un grupo de deportistas mexicanos y no por lo que podría afectar a la población en México, regresa a la memoria colectiva un antiguo problema que años atrás enajenó el interés por procurar la salud pública, y que con el paso del tiempo se perdió entre cajas de “archivo muerto”.

La historia se repite.

(*) Twitter: @JLAdame

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