Es probable que los Vaqueros de Dallas se hayan rendido ante la posibilidad de que Ezekiel Elliott rompa la marca de más yardas por acarreo para novato en la historia de la NFL. Pero sólo basta con ver el partido del Monday Night para darse cuenta de que por momentos Elliott parece imparable contra cualquier defensa que enfrente. “Es lo menos que espero de mi mismo cada partido”, dijo Elliott.
“Las metas importantes son las que tenemos como equipo. Estamos persiguiendo un trofeo, no una colección de yardas. Tengo la mejor línea ofensiva del mundo. Ellos hacen fácil mi trabajo, yo sólo tengo que correr el balón”.
El novato egresado de Ohio State logró 80 yardas por tierra, incluidas 74 en tan solo la primera mitad del partido que los Cowboys ganaron 42-21, a pesar de que casi ni tocó el balón en el tercer periodo y nada en el último cuarto.
“Yo siempre quiero jugar, pero sé que tenemos un propósito mayor como equipo”, dijo Elliott al finalizar el partido.
“Hay un propósito más grande para esta temporada que los récords individuales. Tú no quieres arriesgar nada. Pero en realidad no es mi decisión. Yo sólo confío en los entrenadores”. Elliott castiga defensas de todas las formas posibles, entre ellas físicamente.
De las 80 yardas que corrió el lunes ante Detroit, 64 fueron después del primer contacto; como sucedió incluso en su escapada de 55 yardas para touchdown. “La clave para jugar así es el trabajo duro”, dijo el entrenador de los Cowboys, Jason Garrett.
“Eso empieza con la preparación, la manera en que te preparas cada uno de los días para enfrentar el partido cada semana. Si te preparas de la manera correcta, estarás listo y te sentirás bien”. “Este muchacho ama jugar futbol”, agregó. “Juega con el espíritu correcto a muy alto nivel y se nota que está disfrutando el juego”.
En esta su primera temporada como profesional, Elliott suma 999 yardas antes del primer contacto; cantidad que lo tendría en el décimo sitio de la NFL en yardas por carrera. El resto de sus 1,631 yardas han sido después de librar el primer intento de tackleada.
Además de su poder, la explosividad de Elliott está fuera de cualquier duda.
Su escapada de 55 yardas contra Detroit fue su segunda en la temporada de más de 50 yardas, para ser sólo uno de dos corredores en la NFL con múltiples carreras de al menos media centena de yardas en esta campaña.
“Zeke ha excedido todas las expectivas”, consideró el ala cerrada Jason Witten.
“Es un guerrero. Es como tener un Ferrari. Hace todo. No hay muchos jugadores como él que lleguen a la liga con frecuencia”. Luce muy complicado que los Cowboys expongan en demasía a su joven corredor estrella en el último partido de la temporada regular, ya sin ninguna trascendencia en tabla de posiciones o en su clasificación dentro de la Conferencia Nacional hacia la postemporada.
El corredor Ezekiel Elliott llegó al duelo ante Detroit con 1,551 yardas por tierra, a 258 del récord para un novato de Eric Dickerson y ante los Leones corrió para 80, 74 de ellas en la primera mitad, con lo que en la Semana 17 estará a 177 yardas de las 1,808 yardas que corrió Dickerson en 1983, su primera temporada en la NFL.
Por lo pronto, Elliott ya tiene la tercera mayor marca de yardas por carrera para cualquier novato en la historia de la liga y la quinta en general para la franquicia de los Cowboys. Y sus 15 touchdowns en la temporada, son la cuarta mayor cifra para cualquiera que se haya corrido el balón con el casco de la estrella solitaria en una temporada regular. “Zeke es un monstruo y lo hemos visto toda la temporada”, dijo el receptor Dez Bryant.
“Se puede pedir poco más. Muchachos como él no llegan cada año a esta liga. Pero su mejor cualidad es que juega para el equipo. Eso refleja la actitud de todos en este vestidor”.
(Nota de Carlos Horta Martínez para La Crónica)