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La hora de la verdad para México en el Preolímpico

La actual generación de basquetbolistas de la selección mexicana se juega esta noche el partido más importante de sus carreras. Un duelo de 40 minutos que puede devolver a México al escenario olímpico, como no sucede desde hace cuatro décadas, o dejarlo en el pantano en un repechaje mundial el próximo año.

La misión es ganarle en la semifinal a Argentina, equipo contra el que México ha jugado en siete ocasiones desde  2001, cuando surgió la Generación Dorada albiceleste que terminó con el oro olímpico en Atenas 2004. Pese a todo, el saldo es favorable para los tricolores 4-3.

El miércoles, en el último duelo de la segunda fase del Preolímpico que se lleva a cabo en el Palacio de los Deportes, México tuvo un espectacular último periodo y de la mano de Gustavo Ayón y Jorge Gutiérrez derrotó a Argentina 95-83.

La única vez que se han enfrentado dos veces en un mismo torneo fue hace dos años en el Premundial de Caracas: Argentina ganó en el primer duelo y México en semifinales. Hoy es un buen momento para conocer de qué tamaño es la generación que lidera Ayón.

Deben dejar todo en la cancha porque no hay mañana, la oportunidad de clasificar a unos Juegos Olímpicos es aquí”, dijo Arturo Mano SantaGuerrero, integrante de la generación que representó a México en el Mundial de 1974 y en los Juegos Olímpicos de 1976. “El repechaje estaría muy difícil,  se enfrentarían a equipos europeos de mucha jerarquía. La oportunidad es aquí”, añadió Guerrero.

Los dos finalistas tendrán un boleto asegurado a Río 2016.

México participó por última vez en los Juegos Olímpicos de Montreal 76, a donde clasificó por la vía del repechaje. En 1980 tuvo la oportunidad de asistir debido al boicot impuesto por varios países, pero las autoridades nacionales no aceptaron la invitación.

Desde entonces, el basquetbol mexicano ha figurado en las posiciones secundarias del continente, rasguñando algunas preseas panamericanas (1991 y 2011) y con victorias memorables como aquella del Preolímpico de 2003, cuando un México liderado por Eduardo Nájera, Horacio Llamas y Omar Quintero derrotó 91-89 a la Argentina de Ginobili, Oberto, Scola y Nocioni; estos últimos dos estarán hoy en la duela, buenos sinodales para saber si este México puede pasar de guerrero a histórico.

Ceniceros fue el primero que vio gran potencial en Ayón

Desde la preparatoria hasta el Preolímpico, el camino que han seguido juntos el entrenador Javier Ceniceros y el capitán de la selección nacional Gustavo Ayón.

Fui su entrenador en la categoría juvenil C en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. Era banca, pero desde ese momento le vimos algo especial”, recuerda el ahora integrante del cuerpo técnico de la selección. Casi 15 años después Ayón volvió a estar a las órdenes de Ceniceros.

A sus 16 años, el Titán recibió del entrenador su primera gran oportunidad. “En una final en Monterrey, los entrenadores de la Universidad nos dimos cuenta que tenía buena coordinación: le ofrecimos una beca del 100%”.

Ayón terminó la preparatoria y estudió un año la Licenciatura; ahí ganó cuatro campeonatos.

Creció mucho en poco tiempo y de ahí saltó a representar a Puebla en el campeonato nacional”, indicó Ceniceros. 

Las invitaciones para convertirse en profesional en México comenzaron a lloverle, pero la meta del nayarita era llegar a la NBA, y sabía que el mejor camino era a través de la NCAA; para ello, la Universidad de San José, California, era su mejor opción.

Siempre le digo a mis jugadores que si tienen oportunidad de irse a otra Universidad a mejorar, que lo hagan”, asegura Ceniceros.

Sin embargo, tras su paso por la NCAA, Ayón regresó a México, con los Halcones de Xalapa. En 2009, una invitación del Fuenlabrada lo llevó a la Liga Endesa, en España. “Sacrificó el dinero para alcanzar su sueño. Una vez me comentó que me había fallado, porque no llegó a la NBA por medio de la NCAA. Yo le dije que era el mejor camino, pero que no era el único”, afirma Ceniceros.

Gracias a su buen paso con el Fuenlabrada, Nueva Orleans le ofreció un contrato y, así, su sueño de jugar en la NBA se concretó: luego militó con Milwaukee, Orlando y Atlanta. Ahora está de nuevo en España, con el Madrid.

 

 

 

Con información de Excélsior

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Redacción Voces del Periodista