Voces del Periodista Diario

1988: Las cosas fueron así

 

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

 

Las cosas fueron así: En la más alta curva de las campañas presidenciales en 1988, el entonces presidente nacional del PRI, Jorge de la Vega Domínguez ofreció a Carlos Salinas de Gortari ¡Veinte millones de votos!

En el cómputo final, planchado violentamente por el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados en septiembre, el saldo fue: Nueve millones 687 mil 926 sufragios para el candidato presidencial del PRI. A los candidatos de oposición en su conjunto -anulados cientos de miles de sufragios- se les reconocieron nueve millones 403 mil 917 votos.

El Colegio Electoral para la calificación de la elección presidencial, tripulado por los priistas Guillermo Jiménez Morales y Miguel Montes García, hizo malabares aritméticos para que Salinas de Gortari apareciera triunfante por un punto porcentual arriba del 50 por ciento. (51 por ciento).

Respecto de la oferta de veinte millones de votos, al PRI le faltaron diez millones 312 mil 7 votos.

Hacia el otoño de aquel año, se reunieron los altos mandos tricolores para evaluar aquellos resultados. Miembro del secretariado del CEN, Manuel Camacho Solís (+) leyó el dictamen: ¡El PRI sufrió el voto de castigo! de los electores, como reacción a la política económica (la de las medidas dolorosas, pero necesarias) asestada en el sexenio priista de Miguel de la Madrid.

Un año antes, en el interior del PRI, en ríspidos debates “en la cumbre” se había advertido que era necesario reorientar la política económica, liberando a México de los designios del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ese año fue 1987. El PRI está cumpliendo 30 años del inicio de la debacle sufrida en 1988, que De la Madrid caracterizó como terremoto político.

El dialoguista Lugo Verduzco y la ruptura

1986: Primavera. La presidencia del PRI está a cargo del senador Adolfo Lugo Verduzco, un hidalguense con posgrados europeos por el Instituto de Estudios Sociales de La Haya (Países Bajos) y por la Escuela Nacional de Administración, de Francia.

Lugo Verduzco fue Oficial Mayor de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), cuando su gestión estaba a cargo de De la Madrid. Alguna ocasión escuchamos a visitantes europeos, con interés en negocios en México, afirmar, después de una cita en Palacio Nacional: Este hombre es insobornable.

El hidalguense tenía vocación dialoguista. Había escuchado aquella demanda de que México fuera liberado del yugo del FMI.

Pero Lugo Verduzco había escuchado más: La exigencia de que el PRI abriera la selección de candidato presidencial para 1988.

La disposición de Lugo Verduzco hacia sus interlocutores era inadmisible para el tanque pensante de la SPP, entonces ya bajo la titularidad de Salinas de Gortari.

En octubre de 1986, la intriga surtió efecto en Los Pinos: Lugo Verduzco fue remitido a Hidalgo como candidato a la gubernatura. El 9 de octubre se hizo cargo de la papa caliente De la Vega Domínguez.

Ahí ardió Troya: El chiapaneco asumió una actitud de intolerancia hacia la que inicialmente se denominó internamente Corriente Democratizadora; después acreditada como Corriente Democrática.

Irrumpe el Frente Democrático Nacional

Citemos a algunos integrantes de dicha corriente interna: Desde Madrid, el embajador Rodolfo González Guevara: aquí, Porfirio Muñoz Ledo, Carlos Tello Macías, Ifigenia Martínez, Vicente Fuentes Díaz, César Buen Rostro, etcétera.

En ese etcétera está el nombre del entonces gobernador de Michoacán, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Lo citamos aparte, porque el 14 de octubre de 1987, Cárdenas Solórzano solicitó al PRI su registro como precandidato presidencial. Obviamente, le fue denegado.

Fue cuando la Corriente Democratizadora puso su mundo aparte. Para el 12 de enero de 1988, en Xalapa, Veracruz, se convocaron los representantes de algunos partidos con registro oficial: Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), Partido Popular Socialista (PPS), Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), Partido Verde (PV), Partido Social Demócrata (PSE) y Partido de la Revolución Socialista (PRS) y una legión de agrupaciones de corte izquierdista.

Por supuesto, ahí estuvo la Corriente Democrática (CD). En aquella plaza y en aquella fecha de constituyó el Frente Democrático Nacional (FDN).

Citamos primero al PARM, porque fue primero en registrar a Cárdenas Solórzano como su candidato presidencial. La energía orgánica de la campaña (sin patente formal de la Comisión Federal Electoral) sin embargo, la dirigió el FDN.

2000: Zedillo entrega Los Pinos al PAN

En 1988, como consecuencia del voto de castigo, el PRI se vio frente a una nueva correlación de fuerzas, particularmente en la Cámara de Diputados de la LIV Legislatura federal. Ya consignamos los aciagos resultados de la elección presidencial.

Para 1994, Cárdenas Solórzano se presentó por segunda vez como candidato presidencial -ahora por el Partido de la Revolución Democrática (PRD)- contra el priista Luis Donaldo Colosio. (El PRD nació con la bandera de restaurar la República, je je je).

El sonorense fue asesinado el 23 de marzo de 1994. El candidato y presidente suplente de Colosio, fue el tecnócrata Ernesto Zedillo Ponce de León, quien en 2000 entregó la banda presidencial al panista Vicente Fox Quesada.

Doce años el PRI estuvo fuera de Los Pinos. Volvió en diciembre de 2012.

Ahora, el PRI tiene en la presidencia nacional al tecnócrata que tiene pergamino de filósofo, Enrique Ochoa Reza; también economista, como Jorge de la Vega Domínguez.

Si se nos preguntara sobre las expectativas del PRI para 2018, contestaríamos: No te arriendo las ganancias. Es cuanto.

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