Voces del Periodista Diario

Joaquín Navarro-Valls, vocero papal y amigo de México

Ciudad del Vaticano, 5 de julio (Notimex).- Joaquín Navarro-Valls, quien falleció hoy a los 80 años de edad, fue el rostro público de Juan Pablo II durante 22 años de su pontificado, pero fue también un amigo de México como presencia constante en los viajes del pontífice polaco al país.

“El Papa abrió los horizontes de México a la superación de sus limitaciones y con ello se ganó el cariño del pueblo mexicano”, recordó el también periodista español, en una entrevista que concedió a Notimex en 2011.

En vísperas de la beatificación de Karol Wojtyla, ese año, aseguró que el líder católico siempre se sintió muy cómodo en tierras mexicanas sobre todo por el amor y el entusiasmo de sus habitantes.

“El Papa dijo a los mexicanos: vosotros sois superiores como seres humanos a lo que vosotros pensáis de vosotros mismos, podéis hacer mucho. Es decir le abrió horizontes, le descubrió al pueblo mexicano los horizontes reales de cómo eran de verdad”, dijo entonces.

“Yo creo que lo entendieron. El pueblo mexicano respondió como tenía que haber respondido, yo me acuerdo que México fue uno de los países de Latinoamérica en donde más veces estuvo (Juan Pablo II), lo visitó en cinco ocasiones y casi recorrió todo el país”, enfatizó.

Según el ex director de la sala de prensa vaticana, Juan Pablo II consideraba como “surreal” la situación en el país en sus primeros viajes, sobre todo porque la Constitución no reconocía a la Iglesia Católica, él mismo no podía vestir de sacerdote cuando “el 150 por ciento de la gente era guadalupana”.

Joaquín Navarro-Valls se convirtió en el primer no clérigo en ser director de la Sala de Prensa del Vaticano en 1984, por petición expresa de Juan Pablo II. Desde 1977 hasta ese año se desempeñó como corresponsal del diario ABC de Madrid en Italia y el Mediterráneo Oriental.

Nacido el 16 de noviembre de 1936 en Cartagena, Murcia (España), estudió medicina en las Universidades de Granada y Barcelona. Después obtuvo la licenciatura en periodismo y en comunicación por la Universidad de Navarra.

Fue presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia entre 1983 y 1984. Llamado por Juan Pablo II a presidir la Sala de Prensa del Vaticano, protagonizó algunos de los acontecimientos de importancia mundial que tuvieron como protagonista al Papa.

Participó en cuatro viajes apostólicos de Wojtyla a México, en 1990, 1993, 1999 y 2002. Entre otras cosas, en 1998 viajó a La Habana, Cuba, para negociar directamente con Fidel Castro los detalles de la histórica visita papal a la isla caribeña.

Además, participó como miembro en las delegaciones del Vaticano a las conferencias internacionales de las Naciones Unidas en El Cairo (1994), Copenhague (1995), Pekín (1995) y Estambul (1996).

Fue miembro numerario de la prelatura personal del Papa, Opus Dei. Recibió diversos doctorados honoris causa, entre ellos por la Univesidad CEU Cardenal Herrera (2005) y por la Universitat Internacional de Catalunya (2010). Además le otorgaron el Premio Luka Brajnovic de la Universidad de Navarra.

En 2005, sus informes diarios sobre el empeoramiento en la salud del Papa fueron seguidos por millones de personas. Dio la vuelta al mundo su rostro lloroso el 1 de abril de ese año, en la víspera de la muerte de Juan Pablo II.

Aunque deseaba dejar su puesto tras el fallecimiento de Wojtyla, el Papa Benedicto XVI le pidió permanecer todavía durante los primeros meses de su pontificado. Le aceptó su renuncia el 11 de julio de 2006, ese mismo día designó como su sucesor al sacerdote jesuita Federico Lombardi.

Ya fuera del Vaticano, volvió a su profesión original de médico y fue designado como responsable de la fundación del Campus Bio-Médico, universidad de Roma.

En 2014, pocos días antes de la canonización de Juan Pablo II, aseguró que el Papa conocía de las investigaciones vaticanas conducidas contra el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, por abusos sexuales contra menores.

“El primer paso fue mandar a (Charles) Scicluna, (promotor de justicia de la Doctrina de la Fe), a hablar con todas las personas. Esto ocurrió durante el pontificado de Juan Pablo II y el Papa fue informado de este proceso”, indicó entonces.

“Comprobar un caso de estas dimensiones tomó tiempo, aunque estaba referido a una sola persona tenía muchos involucrados. Cuando todo el material recopilado por Scicluna fue traído aquí y se llegaron a las conclusiones, ya el Papa había fallecido”, señaló.

Aseguró que, al inicio del pontificado de Benedicto XVI, él mismo habló con el Papa y le señaló que, pese a tratarse de un caso triste, debía ser comunicado a la opinión pública. Entonces el pontífice no reflexionó mucho, le hizo un par de preguntas y decidió: “informe mañana”. Entonces Navarro precisó: “Al otro día yo lo hice”.

“Juan Pablo II no tuvo en la mano el resultado de esta investigación, pero sabía que había comenzado el proceso, para ir a fondo en ese caso”, insistió.

El caso de Marcial Maciel Degollado, culpable no sólo de abusos contra menores sino también de otros actos inmorales (como por ejemplo el haber procreado varios hijos con diversas mujeres), ha sido una de las principales críticas de los detractores de la canonización de Juan Pablo II.

En la misma conferencia de prensa, Navarro se refirió también a la reacción de Wojtyla ante los primeros casos de abusos sexuales contra menores que comenzaron a llegar al Vaticano después del año 2000.

Reconoció que Wojtyla no se dio cuenta inmediatamente de la magnitud del flagelo, porque “nadie lo había comprendido en ese momento”.

Por Andrés Beltramo Álvarez. Corresponsal

Articulos relacionados

Putin: Rusia avanzará hacia la desdolarización de su economía

Avión sale de la pista en Turquía y se fractura

Redacción Voces del Periodista

Financial Times pronostica que Meade ganará la elección