Voces del Periodista Diario

La fallida cumbre de Singapur y la interferencia sionista-atlantista

Lupa Digital

Por Diego Pappalardo (*)

El presidente estadounidense, Donald Trump, canceló la Cumbre con Kim Jong-un que estaba prevista para el próximo 12 de junio en Singapur.

Evidentemente, lo hace por:

1) Presión de determinados poderes dominantes geolocalizados en Israel, Gran Bretaña y Estados Unidos, quienes persisten en no otorgarle a Corea del Norte su condición de Potencia Nuclear.

Esos mismos centros de poder son antagónicos del diseño geopolítico del régimen de Pyongyang, sobre todo por las alianzas y las sociedades que Corea del Norte ha vertebrado con competidores de esas mismas facciones.

2) El líder norcoreano se ve imposibilitado de concederle a Trump lo que el presidente estadounidense reclama para presentarse ante el mundo entero como un paladín de la paz y como actor necesario para resolver los inconvenientes de las diferentes élites dominantes en Occidente.

A mediados del año pasado, 2017, anotamos:

Oponente del diseño dominante de las élites occidentales, Kim Jong-un también mantiene distancia con la visión internacional de Israel.

En efecto, la estrategia de política exterior del Pyongyang desaprueba la geopolítica israelí y se solidariza con los pueblos palestinos, sirios e iraníes.

Corea del Norte no reconoce al estado de Israel, lo considera invasivo y ocupante.1

Mientras que Donald Trump avanzaba con su discurso meloso y su gestión infructuosa para aproximarse a Kim, Gran Bretaña reforzaba su presencia militar frente a la península coreana para, según canales oficiales británicos, hacer cumplir las sanciones internacionales contra Corea del Norte.

Fue el mismo Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, quien expuso públicamente el único modelo que debería ofrecerle el inquilino de la Casa Blanca al líder norcoreano: el modelo libio. Pauta que fue reafirmada por el vicepresidente, Mike Pence, enrolado en la corriente del sionismo cristiano.

Tanto John Bolton, como el Secretario de Estado, Mike Pompeo, y la embajadora en la ONU, Nikki Haley, le deben sus actuales cargos a jugadores sionistas como Sheldon Adelson, quien se ha transformado en un gran donante y protector de la estabilidad presidencial de Trump.

El Pentágono, por otro lado, hacía público un informe con su ponderación condenatoria del Mariscal Kim Jong-un y el modelo de gobierno imperante en Corea del Norte.2

Con ello, se enviaban señales claras de cuál es la agenda real que los poderes fácticos prevalentes en Washington tienen respecto de Corea del Norte y de su plataforma geopolítica.

La planificación de la conformación geoeconómica macrorregional que incluye a la península coreana no tiene -ni tendrá- a los Estados Unidos como eje y/o protagonista. Se excluye a los Estados Unidos de otro proceso de cara al Futuro inmediato.

El asunto capital no era, ni es, la realización de la Cumbre entre el mandatario estadounidense y su homólogo norcoreano, sino el diseño, la tensión y el desafío geopolíticos entre poderes realmente existentes. Ante esa complejidad, una conversación personal entre Trump-Kim carece de importancia determinativa.

Todo ello lo hemos venido afirmando de manera modesta pero firme.

Notas:

1) http://ramblalibre.com/2017/08/02/la-voluntad-geopolitica-de-kim-jong-un/

2) https://edition.cnn.com/2018/05/23/politics/pentagon-north-korea-assessment/index.html

(*) Analista argentino. Director de Consultora Universum.

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