La mayor parte de la población en México es joven, se encuentra en la etapa en la que el deporte es importante para su formación personal y desarrollo físico. La práctica del deporte es fundamental para la salud del individuo. En la ciudad de México y otras de gran tamaño, la perdida de espacios públicos ha llevado a que los jóvenes mantengan un escaso o nulo contacto con algún deporte, lo que ha sido, entre otros factores, un elemento que explica la “epidemia” de obesidad que las autoridades de salud y educativas registran entre los niños, niñas y jóvenes.
Para el Estado la promoción del deporte es importante porque es una actividad que colabora en el desarrollo integral de los futuros ciudadanos, por sus cualidades relacionadas con la salud y la formación del carácter en el individuo, entre otros factores. Para alcanzar estos objetivos, la organización del deporte fue depositada en diversas federaciones, especializadas en un deporte, las cuales son el medio para que los deportistas participen en competencias locales, nacionales e internacionales y toda esta actividad es financiada por el gobierno federal.
Por décadas éste ha sido el modelo de “administración” del deporte que ha dado como resultado, en la participación de México en eventos internacionales, como las olimpiadas, escasos premios a pesar de que suelen ser numerosas las delegaciones que representan al país.
Esta situación ha conducido a que las federaciones tengan fama de constituir ámbitos donde la transparencia en el uso y aplicación de los recursos financieros de origen público no existe.
El pasado 16 de abril Alfredo Castillo Cervantes asumió el cargo de Comisionado Nacional de Cultura Física y Deporte, por designación del presidente Peña Nieto, en cuyo gobierno se ha desempeñado también como Subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo de la PGR; Procurador Federal del Consumidor y Comisionado para la Seguridad y Desarrollo integral de Michoacán.
Estos puestos públicos le han acarreado la fama de ser el “apagafuegos” del gobierno del presidente Peña Nieto. En Michoacán su fama fue de dureza en los procedimientos para contener el avance de la delincuencia organizada, el combate a los Templarios y la organización y legalización de los grupos de autodefensa y posterior “despistolización” lo que generó la resistencia de algunos grupos y líderes como el Doctor José Manuel Mireles, hoy preso en el estado de Sonora.
La llegada de Alfredo Castillo a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) fue vista en un principio como una determinación presidencial para darle una salida decorosa del estado de Michoacán, pero los acontecimientos recientes permiten interpretar que su trabajo es poner orden en el deporte mexicano ante la opacidad que caracteriza a la totalidad de las federaciones que integran su estructura, incluyendo al Comité Olímpico Mexicano (COM).
Cuando Alfredo Castillo llegó a la CONADE comentó que pondría en orden a las federaciones nacionales. Su determinación implicó aplicar auditorías, llevar a cabo la revisión de documentos y detectar irregularidades por las que canceló el registro a algunas federaciones.
Dejó de entregar recursos financieros a las federaciones que no pudieran comprobar sus gastos del presupuesto de 2014, al menos 24 fueron afectadas y le negó recursos al COM. Según Castillo, las federaciones no han comprobado casi 300 millones de pesos y “prácticamente hemos regalado 36,000 millones de pesos en los últimos ocho años”.
(Con información de Enrique Pérez Quintana, en Yahoo)