Voces del Periodista Diario

Un Leviatán rapaz e insaciable

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

De las cosas que aquí se exige a los medios que se cuenten, una mala es que, durante 2016, las calles y las plazas públicas  de Santiago de Chile fueron tomadas por cientos de miles de obreros, en protesta contra el sistema de jubilaciones y pensiones, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.

El detonante de la exacerbación de la clase trabajadora, fue el descubrimiento de que una privilegiada militante del Partido Socialista chileno es beneficiada con una pensión equivalente  a siete mil 800 dólares al mes, contra le media mensual de 315 dólares.

La cosa buena que hay que contar, es que el gobierno chileno ha tomado el toro por los cuernos y promueve ya la revisión del régimen pensionario pinochetista.

Se toma ese caso porque, durante la presidencia de Ernesto Zedillo Ponce de León, copiando el modelo chileno, en México se reformó en 1997 el viejo Sistema de Ahorro para el Retiro (SAT) para privatizar esos fondos mediante cuentas individuales puestas bajo gestión de las Afore.

Esta semana se anunció en la Ciudad de México una revisión de la Ley en la materia, pero…

La deuda pública ataca “límites prudenciales”

Pero el asunto amerita un marco de referencia, que podemos trazar en estos términos:

Al emitir su reporte de revisión de la Cuenta Pública de 2015, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), de la Cámara de Diputados, alertó que la deuda pública ha tocado los límites de criterios prudenciales de sostenibilidad que recomiendan los organismos internacionales.

El dato que aporta la ASF es que, en 2000, la deuda pública estaba situada en 2.51 billones de pesos. Para 2015, ya se había disparado a 8.6 billones de pesos.

Para marzo de 2017, con base en cifras contenidas en lo que eufemísticamente se denomina Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, algunos medios especializados encontraron que de enero de 2016, el mismo mes del 17 la deuda pública pasó de los 8.51 billones de pesos a 9.81 billones de pesos.

Con estadísticas desagregadas, 3.79 billones de pesos corresponde a deuda externa; 6.01 billones de pesos a deuda externa.

Vale un dato espeluznante: Para 2017, la Secretaría de Hacienda informó que sólo a pago de intereses generados por la deuda pública se reservaron 763 mil 400 millones de pesos.

Para inversión productiva, respecto del Producto Interno Bruto (PIB) de 1939 a 2017 en que se habla de “finanzas manejables”, de 3.9 por ciento se da un  bajón 80 años a 2.4 por ciento, y eso es que nuestra economía, dicen los tecnócratas, marcha por el camino correcto, y sostienen que “la crisis sólo está en la mente de algunos”.

Ya se consume el “crédito flexible” del FMI  

Recientemente, en el cónclave del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington,  el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens reveló, sin precisar sumas, que el gobierno mexicano ya está echando mano al crédito flexible disponible en ese organismo, superior a los 80 mil millones de dólares.

Revelación, porque esa cosa buena que  hay que contar, aquí casi no se ha contado.

Pero entremos en materia: Al arrancar el año, se informó que el Sistema de Fondos para el Retiro había acumulado ya 2.7 millones de pesos, producto de las cuotas aportadas por los titulares de cuentas individuales y los acogidos a la ley de 1973.

La cosa mala que hay que contar, es que, urgido de liquidez, el gobierno mexicano se alza con 53 de cada 100 pesos ahorrados por obreros y empleados. Diez pesos de cada 100, van a papeles emitidos por el sector privado. Ambos conceptos encajan en los manejos del mercado especulativo.

Sobre la subcuenta de Vivienda

El anuncio del que hablamos antes, es que el gobierno de Enrique Peña Nieto prepara (acaso mediante la discrecionalidad administrativa), un nuevo ardid en materia de ahorro de la clase trabajadora.

Se trata de trasladar a la gestión financiera de las Afore -y en automático de las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos de Retiro (Siefore)-, la subcuenta de Vivienda (que administra el Infonavit).

De esa manera, entre el seis que aportan los cotizantes como porcentaje de su salario para los fondos de retiro, y el 5 por ciento de cotización para vivienda, la suma sería de 11 por ciento.

El asunto no para ahí: Los gestores privados de las Afore y Siefore están exigiendo al Congreso de la Unión reformas al régimen para incrementar el porcentaje de cotización al ahorro para el retiro.

Le cuelga aún para que los ahorradores para el retiro  en el sistema privado cobren la primera pensión que, si bien les va, puede quedar en un 30 por ciento de su último salario; o poco más, si amplían su aportación de manera “voluntaria”.

Pero los que mueven a México no quieren aumentar impuestos para resarcir la insolvencia de la hacienda pública.

Importamos lo malo de la globalización; pero si, como en Chile, se intenta la rectificación, le hacemos al occiso. Eso es, en México,  el neoliberalismo. Qué le vamos a hacer.

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