Voces del Periodista Diario

¿México militarizado?

Mundo Militar

Por Héctor Chavarría

Grita devastación y libera a los perros de la Guerra

William Shakespeare

Im memoriam: Francisco Calzada Jáuregui, PNP, (sttl).

Desde hace bastante tiempo se ha criticado al Ejército Mexicano y la Marina Armada de México por su injerencia en asuntos civiles de lucha contra el crimen organizado, se les ha tildado incluso de asesinos y de ejercer violencia contra los “inocentes” delincuentes, los cuales son comparables con hermanas de la caridad según los encargados de los derechos humanos.

La primera aclaración necesaria es que nuestras fuerzas armadas se metieron a esto por órdenes superiores (del entonces mini presidente Calderón, que se sentía militar, sin dar la estatura, aún en contra de las opiniones de verdad de militares de verdad, del Estado Mayor presidencial), antes de eso el Ejército ya estaba encargado de la lucha contra el narco, destruyendo plantíos y en ocasiones teniendo enfrentamientos contra los delincuentes, pero Calderón declaró… la “guerra”.

 Antecedentes nefastos

Cada vez que un gobierno es inepto, corrupto, incapaz de controlar a los delincuentes; o carente de apoyo popular, suele recurrir a sus fuerzas armadas para meter el orden donde no existe, mediante la fuerza.

El caso de Madero y Huerta es icónico, incluida la sembrada de cajeta del chaparrín Pancho, el asesinato de personas por grupos paramilitares de Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez (quienes hoy hablan de “represión” no habían nacido entonces, cuando era “pecado” ser joven y se le consideraba “terrorista-guerrillero”, por ese simple hecho; si uno traía consigo libros, era un “peligroso intelectual”), no es inútil alabanza o canto de jilguero, pero el gobierno actual ha sido muy tolerante, o muy débil, al respecto.

El Ejército Mexicano hoy

Nuestro Ejército actual es totalmente de extracción popular y profesional; nada tiene que ver con el “ejército federal porfirista” pregonado por el payaso sub comediante Marcos, es un Ejército formado por voluntarios, muy ajeno a la leva porfirista; quienes lo integran comienzan a estudiar desde su ingreso como soldados rasos, en el caso de los oficiales, el estudio intenso es desde el ingreso al Heroico Colegio Militar o a la Heroica Escuela Naval, entre más alto el grado, más intenso el estudio pues sólo mediante este se puede acceder a la promoción, en la Udefa, en el Heroico Colegio Militar y en la Heroica Escuela Naval, se estudia de verdad, ahí no hay sindicatos de “maistros”.

Así que cuando el actual secretario de la Defensa expresó: “nosotros no estudiamos para eso” estaba refiriéndose a que los militares no son policías, expresaba que son hombres y mujeres entrenados para la Guerra, para enfrentarse a similares a ellos, no a delincuentes y asesinos civiles… el soldado es entrenado para la guerra (cuya finalidad es la aniquilación del enemigo para obtener la victoria y tiene sus propias reglas), meterlos a tratar con civiles es un error no son policías. A un soldado, en un enfrentamiento, no se le puede pedir que no mate a su oponente y, si este no porta uniforme; es un terrorista o un espía y de acuerdo a las leyes de la guerra (que los civiles desconocen) debe ser aniquilado…

Los de los derechos humanos jamás han estado bajo fuego, sus alegatos son mera retórica ñoña y claro, las madres de los delincuentes insistirán que sus hijos eran “almas de dios”; bueno, esas buenas personas deberían agradecer que esas almas puras que antes de ser abatidas estaban disparando con fusiles de asalto Automat Kalashnikova 47 y 74, hayan sido enviadas con su creador, donde seguramente serán recompensados cuál mártires…

Si son cometidos crímenes de guerra, para eso están los tribunales del fuero militar, el problema es que esto es una “guerra idiota”, irreal que se inventó el pequeño Calderón, sintiéndose “generalito”.

Corrupción y el único instituto respetable como remedio    

Ante la incapacidad gubernamental de enfrentarse a la ingobernabilidad en sitios donde de facto los grupos de delincuentes imponen su voluntad y ante la corrupción e incapacidad de las policías para resolver esto (además de la torpe medida de Calderón de “declarar la guerra”), el gobierno incrementó la influencia militar en el país, el número de elementos y el equipamiento; impuso cada vez más a los militares labores de policía (para las cuales no estudiaron), además y de pilón, se acusa a los militares de “exceso” en el uso de la fuerza. Y, ¿qué esperaban Calderón y EPN cuando por sus órdenes directas (como comandantes supremos) se pone a personal entrenado para la guerra a trabar combate con miembros civiles de la delincuencia?

La petición del Secretario de la Defensa de que se extienda la protección de derechos humanos a los militares que cumplen una misión por órdenes superiores, es totalmente legítima, puesto que no es válido culparlos por ejercer su trabajo, ese para el cual fueron entrenados… no son policías, no estamos en guerra contra otro ejército y los militares son seres humanos, como usted y como yo. Aclaremos, la Ley Orgánica del Ejército Mexicano, es una herramienta operativa interna, no un mandato constitucional, lo que vaya en contra es mera interpretación.

Hoy por hoy, el Ejército Mexicano es la única institución honorable del país, en un mar de corrupción e ineptitud; costó mucho trabajo lograr eso; que nuestro Ejército fuera apolítico, tender un puente entre civiles y militares, no vaya a conseguirse que nuestro personal castrense tenga la tentación de meterse en política, lo cual está siendo propiciado; los militares tampoco estudiaron para eso, es imperativo revisar nuestra historia para no repetirla.

Quienes juramos bajo el lábaro patrio y portamos con orgullo el uniforme, sólo podemos reiterar nuestro compromiso con la Patria: ¡Hasta obtener la victoria, o perder la vida!

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