Voces del Periodista Diario

EXPRESAN CINEASTAS VASCOS DESEO DE TENER PROYECTOS EN MÉXICO

Aitor y Amaia Merino

Madrid, 30 Sep (Notimex).- Los hermanos Aitor y Amaia Merino manifestaron su deseo de tener proyectos cinematográficos en México, tras haber ganado el premio a la mejor película vasca en cualquiera de las secciones del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, con “Asier Eta Biok” (Asier y yo).

Los directores de “Asier Eta Biok”, que obtuvo cuatro premios a la postproducción en el pasado Festival de Cine de Guadalajara, en México, indicaron que la experiencia en México fue maravillosa “y lo que tenemos es deseo de volver”.

Entrevistado por Notimex, Aitor Merino, indicó que estuvieron en el Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocDF) y la experiencia fue muy buena, además de que allí tomaron contacto con distribuidores para su película.

Por su parte, Amaia, quien vive en Ecuador, expuso que parte de la postproducción de “Asier Eta Biok” se hizo con empresas mexicanas, “trabajamos muy bien allí y la verdad es que encontramos gente volcadísima y muy profesionales”.

 “Ojalá haya muchos más proyectos en México, indicaron los cineastas premiados en San Sebastián, norte de España.

 “Asier Eta Biok” trata sobre la relación entre uno de los directores de la película, el actor Aitor Merino (Historias del Kronen, Te doy mis ojos, Horas de luz), y su amigo desde la infancia Asier, quien hace una década se integró a ETA.

Al dotarlo de un enfoque universal a través de la amistad entre los dos protagonistas, el documental pretende ofrecer un punto de vista subjetivo de las causas del conflicto y sugerir posibles soluciones.

Tanto Aitor como Amaia ven necesario abordar el tema desde ángulos nuevos, y creen que el momento de hacerlo es ahora: en pleno desarrollo de un proceso de paz que aún no ha cerrado las heridas después de décadas de violencia.

Manifestaron su convencimiento de que el relato de la amistad de Aitor con Asier puede aportar un granito de arena en la senda de la reconciliación.

Además, coincidieron en que el tema interesa en México, no solo porque tanto en este país como en el País Vasco han habido conflictos armados.

 “Muchos etarras se refugiaron allí e imaginamos que ETA tiene amigos, familiares, cercanos pues en el entorno de violencia hay gente implicada, que no lo quiere estar, pero forzosamente se ve en esa situación”, dijeron.

Amaia Merino, de quien fue la idea original, anotó que “lo que queríamos era contar una historia que creara lazos de entendimiento, romper un tabú tan arraigado como es el tema de ETA y toda la violencia que ha generado, especialmente en el resto del Estado español”.

Consideró que hablar de esto en Madrid o en otras partes del mundo implica una serie de prejuicios.

 “El concepto que se tiene del militante de ETA es un estereotipo. No dice nada de las creencias, de los anhelos o de los sentimientos de esa persona más allá de su militancia y el uso de la ideología”, agregó.

Aitor subrayó que “apenas se habla de las motivaciones políticas que hay detrás de esa lucha armada, aunque por otro lado Amaia y yo rechazamos como directores la vía armada de la organización y eso lo dejamos claro en la película.

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