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Meryl Streep será La mejor peor de todas, este fin de semana

El Carnegie Hall lucía lleno. Semanas antes se agotaron las entradas. Florence Foster Jenkins aceptó darles gusto a sus admiradores y presentarse, el 25 de octubre de 1944, en la sala de conciertos neoyorquina. La emoción no era por oír a una voz privilegiada, sino a una mujer con la creencia de tener grandeza interpretativa, pero en realidad era patente su falta de habilidad.
La vida de la soprano estadunidense empeñada en justificar las risas en sus recitales, al creer que era mera “envidia profesional” de sus colegas intérpretes; su pasión por el repertorio operístico estándar, su muy poco sentido del oído, el ritmo y su incapacidad de mantener una nota, es llevada al cine, encarnada por Meryl Streep, quien asumió el reto de aprender a cantar mal.
Streep probó su valía como intérprete en Mamma Mia! (2008), En el bosque (2014) y Ricki and The Flash (2015)—, sin embargo, en entrevista concedida por Zima Entertainment, considera “que realmente no puedo cantar tan bien”. Por ello aceptó dar vida a la vocalmente nada talentosa Foster Jenkins, en el filme Florence: La mejor peor de todas, del director Stephen Frears.
“Pensé que sería pan comido”, abunda la también protagonista de El diablo se viste a la moda, pero pronto se dio cuenta de la gran dificultad de mostrar en pantalla esa nula aptitud para cantar de su personaje. “(La película) no se trataba de lo terrible que era una cantante como Florence, sino de lo cerca que estaba de ser una buena cantante”, explica.
Desde la lectura del guión, Streep asumió la responsabilidad y se mimetizó con Foster Jenkins. Para lograr desafinar, la histrión contó con la ayuda del entrenador vocal Arthur Levy. Iniciaron con ella cantando lo mejor posible, “entonces nos fuimos al paisaje de los errores. No pensé cómo Florence habría cantado aquellos tonos.
“Pensé en cómo mi Florence se habría acercado a ellos. Recuerdo haber escuchado a Irving Berlin tocando su música y estaba fuera de tono. Eso me hizo pensar que tal vez haya esa desconexión, incluso en músicos muy consumados”, cuenta Streep, quien trabajó arduamente hasta encontrar a su rol a través de la música.
Una tarde Meryl envió un clip de sonido con su canto como la malograda soprano: “No podía creer cómo había capturado la tragedia, la hilaridad de Florence y pensé ‘esto va a ser genial’”, comenta el guionista Nicholas Martin.
Stephen Frears quiso también hacer notar en su filme la importancia de Foster Jenkins como “una socialista que hacía mucho por la música durante la guerra; apoyó al famoso director Toscanini y fue una filántropa”, apunta el cineasta. Para ello recurrió a Streep, quien aceptó de inmediato por la posibilidad de trabajar a su lado.
Meryl estaba familiarizada con la soprano. En su época de estudiante de teatro sus compañeros se pasaban una grabación con la voz de Florence: “Recuerdo un grito de todos”, señala. Además de colaborar con Frears, la actriz se involucró con el proyecto gracias a la trama con un núcleo enternecedor.
“Se trata de una relación larga y feliz entre dos personas (Florence y su esposo-mánager, St. Clair Bayfield —Hugh Grant—). La verdadera Florence Foster Jenkins fue la mejor dama del club. No podía cantar bien, pero le encantaba, amaba la música y hay algo de ese deleite en nuestro guión. Es el significado purista de la palabra amateur”, analiza Streep.
 
De científico a pianista
Otro de los atractivos de Florence: La mejor peor de todas es la actuación de Simon Helberg (The Big Bang Theory), quien encarna al acompañante de piano de Florence, el mexicano-americano Cosmé McMoon. El actor aceptó el papel para estar cerca de Meryl Streep, Hugh Grant y Stephen Frears.
La ganadora al Oscar por La decisión de Sophie tiene a Helberg, después de la filmación, en alta estima: “Es tan divertido e inteligente. La película cobra vida cuando Simon está en la pantalla como su personaje. Ve la situación desde el punto de vista de la audiencia. Tenemos mucha suerte de tenerlo como un comediante brillante.
“Pero también puede tocar estas piezas de piano muy difíciles. Tuvo el trabajo más duro de todos, tenía que tocar piezas difíciles, así como reaccionar a lo que está pasando en la habitación. Es simplemente brillante. Está tan vivo y la interpretación es impecable; nunca cometió un error, es asombroso”, finaliza Streep.
Florence: La mejor peor de todas llega a las salas cinematográficas de la República Mexicana el 5 de enero.
(Nota de Eduardo Gutiérrez para La Crónica)

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