Más de 120 académicos irlandeses han anunciado su boicot a las instituciones académicas israelíes en respuesta a las violaciones de la ley internacional por parte de Tel Aviv.
La decisión de los académicos se produjo en respuesta al “llamamiento de la sociedad palestina en favor de un boicot económico de Israel. La decisión supone romper las relaciones con cualquier institución académica israelí”, señaló la Red de Noticias Palestina el viernes, citando el texto del comunicado de los académicos.
Éstos últimos afirmaron que continuarán el boicot “hasta que Israel cumpla con las obligaciones internacionales y los principios universales sobre derechos humanos.”
“El conflicto de Palestina ha alcanzado ya su “momento sudafricano”, es decir, el punto en el que el apartheid israelí ha comenzado a ser reconocido por la comunidad internacional”, dijo Haim Bresheeth, un cineasta residente en Londres.
“EEUU, la UE y otros estados han protegido a Israel y financiado su ocupación desde 1967, haciendo imposible la resolución del conflicto a través de canales diplomáticos,” añadió Bresheeth.
Gobierno israelí: los promotores del boicot son terroristas
Por su parte, Israel está tratando de silenciar a los promotores del boicot internacional contra Israel. Esta semana, hubo un encuentro ministerial dirigido a tratar este tema, según señala el periódico The Times of London. La razón es obvia: dado el inminente colapso de las negociaciones de paz con los palestinos, el gobierno israelí teme un incremento del boicot popular a Israel cuando tal hecho se produzca.
Una de las medidas contempladas por el gobierno Israeli es la de llevar a cabo una campaña sucia de desprestigio contra los promotores de los boicots intentando presentarles como personas vinculadas a “organizaciones terroristas y estados enemigos”. En este sentido, el ministro de Inteligencia, Yuval Steinitz, ha pedido al Mossad que busque o invente cualquier tipo de vinculaciones semejantes para que puedan ser utilizadas en dicha campaña contra los promotores de los boicots.
Responsables israelís han intentado durante mucho tiempo pintar la oposición a las políticas expansionistas y criminales como una muestra de terrorismo, de nazismo o de cualquier cosa que pueda sembrar temor entre los posibles críticos de Israel.
Pese a todo, la campaña de boicot a Israel, que va dirigida en primer lugar a castigar la expansión de los ilegales asentamientos israelíes en el territorio palestino, se está incrementando cada día más en Europa y otros lugares. Es, además, imposible que Israel pueda impedir la extensión de la misma dado que en ella participan millones de personas que optan por no adquirir productos israelíes o de compañías que mantengan vínculos con Israel.
(Con información de Al-Manar)