En el marco del peor ataque registrado en su historia reciente, París vivió el fin de semana del viernes una jornada de terror, al registrar alrededor de 150 muertos, más de 200 heridos, 80 de ellos graves, y ocho extremistas islámicos muertos. De los ocho terroristas fallecidos, siete se suicidaron y uno fue abatido. Se trata de la agresión más grave y extensa contra la capital francesa desde la Segunda Guerra Mundial, según mencionó el presidente François Hollande, quien declaró el estado de excepción y el cierre de las fronteras, así como el despliegue de fuerzas militares en todo el país.
La oleada terrorista incluyó tres tiroteos en los distritos 10 y 11 del norte de París; tres explosiones cercanas al estadio Stade de France, donde se jugaba un partido amistoso de futbol entre equipos de Francia y Alemania, el cual presenciaba el mandatario François Hollande, y un asalto al teatro Bataclan, donde los terroristas tomaron a más de 100 rehenes. “No habrá piedad con los terroristas”, advirtió el mandatario francés.
Informes señalan que en la calle Charonne hubo 18 muertos, 14 en dos restaurantes atacados de la calle Alibert, 5 en un bar de Fontaine-au Roi y uno en el Boulevard Voltaire. El número de los fallecidos por las explosiones cerca del estadio no fue facilitado.
El mayor número de víctimas se registró en la sala de conciertos Bataclan. En ese lugar los agresores se atrincheraron y tomaron como rehenes a más de 100 asistentes al concierto de rock que daba la banda californiana Eagles of Death Metal. Un testigo que logró salvarse declaró que adentro del inmueble ocurría una masacre. Los atacantes, armados dispararon en ráfaga contra el público asistente. Señaló además que hombres vestidos de negro y la cara descubierta dispararon indiscriminadamente durante aproximadamente 10 minutos con ametralladoras Kalashnikov. Mientras abatían a la gente, gritaban “Allahu Akbar” (Alá es el más grande). Dependiendo de las fuentes consultadas, se habla de tres o cuatro terroristas que participaron en los hechos.
Según otra fuente, en el operativo de la policía que puso fin a la toma de rehenes, fueron abatidos tres de los atacantes. Según la radioemisora France-Info, otros agresores alcanzaron a darse a la fuga. Cuando la sala de conciertos fue evacuada, el presidente Hollande la visitó brevemente y declaró que el país será implacable contra los responsables de los hechos.
El teatro Bataclan, de más de 100 años de antigüedad, está ubicado en Boulevard Voltaire, a pocas cuadras de las oficinas de redacción de la revista satírica Charlie Hebdo. Dicha publicación fue objetivo de un atentado en el mes de enero, en el contexto de una oleada de ataques en que resultaron 17 personas muertas.
Analistas señalan que en el transcurso de las recientes semanas, expertos habían advertido acerca de la posibilidad de atentados islamistas de envergadura sin precedente. Además indicaban que, dada la complejidad del asunto, sería casi imposible impedirlos.
Momentos después del atentado, las calles de París lucían desiertas y con estrecho patrullaje. El gobierno ordenó el cierre de las fronteras y el estado de excepción bajo alerta máxima. Además se suspendieron los vuelos de Airfrance y fueron desplegados en todo el territorio mil 500 soldados.
En México, las aerolíneas Aeroméxico y American Airlines también cancelaron sus vuelos a Francia.