El proyecto humanitario depende de que la Organización de Naciones Unidas acepte la propuesta del mandatario, quien quiere albergar a los menores en la mansión oficial destinada a las vacaciones presidenciales.
Agregó que la idea surgió de la visita que el canciller Nicolás Almagro hizo a un campo de refugiados en Zaatari, Jordania, donde viven apenas si sobreviven unas 100 mil personas, entre ellas cientos de huérfanos.
Mujica se planteó entonces que si se traen presos de la cárcel Guantánamo, por qué no hacerlo con un grupo de niños que han sido afectados por una terrible guerra civil, que ya se ha cobrado más de 150 mil víctimas.
“Todos vemos la tele por todas partes y una cosa que impacta es la cantidad de gurises (niños) abandonados que están en esos campos de refugiados alrededor de Siria”, declaró con anterioridad el mandatario.
“¿No podremos hacernos cargo como sociedad? ¿No tendremos voluntad de recoger algún puñado de esos gurises y ofrecerle al mundo una mano, que no significa coartar la identidad o tener hijos robados del dolor, sino sencillamente una práctica familiar de la solidaridad?”, cuestionó.