Voces del Periodista Diario

“ESPAÑA AHORA”

Por Regino Díaz Redondo

•“El 20% de los jóvenes europeos apenas sabe leer y escribir y 70 millones de adultos, tampoco”: Comisión Europea de Educación.

MADRID.- Este es el país en que habito: la mayoría de los políticos son prevaricadores, amigos de lo ajeno y gozan de impunidad. Los defraudadores salen libres porque la justicia está contaminada. Gente sospechosa de lucrar como Francisco Camps y Jaume Matas, son declarados inocentes, o casi…. Resultan impolutos y se ríen de la sociedad.

Por su parte, Jordi Pujol, ex presidente de la Comunidad catalana, muestra su cara oculta: desprecia a España y dice que se acabó “la puta y la Ramoneda”, que es gráfica de un caricaturista barcelonés, El Periódico. La puta es él y la Ramoneda, Artur Más, el actual jefe de gobierno de esa Comunidad.

España se desdibuja a merced de la incompetencia de sus dirigentes, del latrocinio de financieros y de redes sociales en manos de especuladores y agiotistas. El rostro limpio de la gente ha desaparecido. Los que mandan son irresponsables aprovechados que aprietan más el pescuezo de la nación.

Iñaki Urdangarin, yerno del rey, sin mucha materia gris, sigue libre pese a las evidentes imputaciones en su contra. El juicio se prolonga a propósito. Se trata de que la indignación vaya cediendo y que se olviden de sus triquiñuelas.

El esposo de la infanta Cristina viaja ahora en Barcelona en un coche de 1995, pequeñito y feo; ha dejado Washington, donde vivió casi cuatro años, y vuelve para alquilar un pisito y poner en renta su castillo de Pedralbes que renta por 14 mil euros al mes, cuando menos. Da vergüenza cómo trata de engañar, sin lograrlo.

Se ríe de los ciudadanos, manda a sus hijos a un colegio francés – ¡qué bueno! – y él es separado de su puesto en Telefónica que lo mantuvo en nómina hasta que no tuvo más remedio que renunciarlo. Sus privilegios anteriores le sirvieron para hacer caja. Tiene dinero en el extranjero, como buen español y duque de Palma y pagan el pato su familia y sobre todo sus retoños.

Este señor es el ejemplo claro de la descomposición social que nos invade. Los valores casi han desaparecido. El honor se oculta avergonzado. La honestidad tiene una enfermedad terminal y está a punto de morir.

El ciudadano no cree ni en su propia sombra. Está agobiado, sabe que lo que ocurre está mal. Que estamos gobernados por individuos sin escrúpulos e interés bastardos pero teme caer más y calla, aunque ya hay voces disidentes que crecen y alcanzarán un protagonismo difícil de ignorar.

El poder judicial es cuestionado. Si tienes dinero, no te pasa nada. Si no, te pudrirás en la cárcel. No es nuevo pero aquí tiene dimensiones superlativas.

Claro que hay excepciones, son las que confirman la regla. No todo es malo en Sodoma, pero ahí está Gomorra para advertir que el peligro no ha sido superado. Ahora es caos y santos óleos.

Nuestra geografía muere con rapidez. La historia, óptima o pésima, es olvidada. El español actual sobrevive porque echa mano de su instinto de conservación. Pero prefiere no pensar en el deterioro de las instituciones, en su falta de credibilidad. Enfermó el lado sano.

El gobierno de Mariano Rajoy, como ocurrió con el pasado de Rodríguez Zapatero, está a expensas de un grupo elitista de financieros internacionales liderados por la canciller alemana Ángela Merkel a la que el resto de los líderes temen y obedecen.
Como ocurre siempre, resurgen personajes oscuros como Mario Conde, ex depredador de Banesto, que se lanza a la política para aspirar primero en un puesto en Galicia y luego al más importante en el gobierno central.

No lo logrará, pero se le deja hacer. Es así porque sabe mucho de muchos y estos temen que desvele secretos que los exhibiría como armatostes a sueldo del mejor postor.
Sí, Conde es un ridículo, pero ahí está. En esta piel de toro – ¡qué risa! – es un toreo que ya no aparece en Cataluña y tiende a desaparecer en el país vasco.

Vaya, es un toro enamorado de la luna que abandona por las noches la maná para ir a servir a las multinacionales que lo reciben con un trapo rojo, los banderillean y lo matan entre tragos de whisky y vino blanco.

Allá en el sur, donde la canción gitana lucha contra enemigos poderosos, se presenta también otro distinguido ejemplar de la ilógica cañí: José María Ruiz Mateos (Rumasa), que ya estuvo entre rejas por robo y que, con el pretexto de su edad y enfermedades que no tiene, vuelve locos a jueces y autoridades y permanece libre porque permiten que la insania los devore.

Se burla de la autoridades y es un referente mediático que algunos aún consideran ícono del bienestar y el carácter español.
¡Cuántos crímenes se han cometido en nombre de España! Y cuántos se están cometiendo por la sordera y la complicidad de todos los que pueden cambiar el camino y no lo hacen?
Por eso, la ruta será marcada, comienza a serlo, por quienes están hartos de soportar las indecencias.

La transformación llega y avanza más rápido. Vendrá el estallido, Ojalá para bien. La calma volverá; con la calma, el renacimiento de los valores que se han perdido.
Si no es así, el precipicio espera para recogernos y sepultarnos.
Ora pronobis… con pecado concebido…

(Artículo para VOCES DEL PERIODISTA)

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