Voces del Periodista Diario

GRECIA: SOLICITANTES DE ASILO Y MIGRANTES, ACOSADOS POR OPERACIONES POLICIALES Y GRUPOS DE EXTREMA DERECHA

Grecia está incumpliendo gravemente su obligación de respetar los derechos de las personas migrantes y solicitantes de asilo, ha advertido Amnistía Internacional en un informe publicado hoy.

Todos los años, decenas de miles de solicitantes de asilo y migrantes en situación irregular, procedentes de Oriente Medio, Asia y África, cruzan la frontera entre Grecia y Turquía por vía terrestre y marítima; buscan cobijo, refugio, o simplemente una vida mejor en la Unión Europea (UE). Son pocos los que lo consiguen en Grecia.

El informe de Amnistía Internacional Greece: The end of the road for refugees, asylum-seekers and migrants refleja los obstáculos que encuentran para entrar en el país y las dificultades a las que deben hacer frente una vez allí.

“La falta de respeto por los derechos de las personas migrantes y solicitantes de asilo que muestra Grecia está llegando al punto de convertirse en una crisis humanitaria. En un entorno de continua presión migratoria, profunda crisis económica y creciente sentimiento xenófobo, Grecia está demostrando que ni siquiera es capaz de satisfacer las necesidades más básicas de seguridad y cobijo de los miles de migrantes y solicitantes de asilo que llegan cada año” ha afirmado John Dalhuisen, director del Programa de Amnistía Internacional sobre Europa y Asia Central.

Aunque Grecia soporta una gran carga, no hay excusa para los obstáculos con que se encuentran los solicitantes de asilo a la hora de presentar su solicitud. En 2011 se creó por ley un nuevo organismo para estudiar las solicitudes de asilo que aún no ha tramitado ni un solo caso debido a la escasez de personal.

Mientras tanto, en la Dirección Policial de Extranjería de Ática, en Atenas, sólo unas 20 personas consiguen presentar su solicitud de asilo en el único día de la semana que permanece abierta. Ya días antes empieza a formarse en la calle una larga cola con cientos de personas; Amnistía Internacional habló con numerosos solicitantes de asilo que habían tenido que pelearse con compañeros para conservar su puesto en la cola.
La mayoría no consigue presentar su solicitud de asilo, o deja de intentarlo; estas personan corren el riesgo de acabar detenidas en redadas masivas y recluidas en centros de detención, en condiciones de hacinamiento y falta de higiene, durante periodos de hasta un año e incluso más.

“Las autoridades griegas incumplen las normas internacionales al seguir deteniendo sistemáticamente a solicitantes de asilo y migrantes en situación irregular, entre los que hay menores no acompañados; parece que utilizan la reclusión –cuyas condiciones son a menudo atroces– como medida disuasoria”, ha manifestado Dalhuisen.

“La situación de los menores no acompañados, que se encuentran entre las personas más vulnerables, es especialmente preocupante. Durante la visita que realizamos recientemente al centro de detención de Corinto, encontramos a varios menores recluidos entre adultos, en condiciones sumamente deficientes. Si en el centro de recepción no encuentran un lugar para ellos, quedan en libertad sin que se les ofrezca cobijo de ningún tipo.

“Las autoridades griegas deben garantizar que sólo se recurre a la detención relacionada con la inmigración en última instancia, y que se prohíbe la detención de menores no acompañados en la ley y se le pone fin en la práctica.

“Amnistía Internacional incluso ha recibido informes sobre personas que huyen del conflicto y la guerra en países como Siria a las que se ha obligado a volver a Turquía a través del río Evros.”

A lo largo de 2012 también ha aumentado drásticamente el número de ataques por motivos raciales contra solicitantes de asilo, migrantes, centros comunitarios, tiendas y mezquitas; desde el verano se denuncian casi a diario.

“Las autoridades griegas deben condenar enérgicamente e investigar la violencia por motivos racistas y procesar a sus responsables”, ha declarado Dalhuisen.

El proyecto de decreto presidencial que crea unidades policiales especializadas para poner freno a la violencia racista constituye un primer paso en el sentido correcto, pero no llega a garantizar la investigación efectiva y el enjuiciamiento de delitos cuando las víctimas se muestran reticentes a dirigirse a la policía por temor a acabar detenidas y recluidas.

La política de asilo de la UE exige que las personas solicitantes de asilo regresen al primer país de la UE al que llegaron. Sin embargo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos concluyó en 2011 que Grecia carecía de un sistema efectivo de determinación de los casos de asilo, y muchos países de la UE han dejado de devolver a solicitantes de asilo a Grecia.

“La mayoría de los países europeos han adoptado la medida correcta al dejar de devolver a solicitantes de asilo a Grecia mientras ese país no reforme su sistema de determinación de casos de asilo. Sin embargo, deben compartir la responsabilidad de tramitar las solicitudes de asilo y de prestar apoyo a los solicitantes de un modo más igualitario entre los Estados miembros”, ha manifestado Dalhuisen.

“La situación actual en Grecia no es digna en absoluto del premio Nobel de la Paz concedido a la Unión Europea, y dista tanto de cumplir las normas internacionales de derechos humanos que las ridiculiza. Grecia necesita ayuda, pero también debe asumir sus propias responsabilidades.”

Casos
En junio de 2012, N., procedente de la ciudad siria de Aleppo, se encontraba a bordo de una barca con otros seis sirios cuando llegó la policía griega en una lancha patrullera. Estaban en la mitad del río, donde se supone que empieza la frontera griega; según informes, la policía comenzó a empujar su bote hinchable hacia Turquía y un agente clavó una navaja en el material plástico de la barca, que se hundió. Sus ocupantes tuvieron que nadar hacia la orilla turca.

En agosto de 2012, K. un solicitante de asilo de origen africano que llevaba meses intentando presentar su solicitud de asilo, fue detenido durante una redada contra migrantes en situación irregular en Atenas y recluido en un centro de detención. Mientras estaba recluido, K. siguió intentando pedir asilo, y, tras múltiples intervenciones de ONG, en octubre se registró su solicitud. Sin embargo, en diciembre de 2012 continuaba bajo custodia.

El 10 de septiembre de 2012, dos hombres vestidos de negro entraron en una barbería de un paquistaní. Dos paquistaníes que se encontraban allí, incluido un empleado de la barbería, contaron a Amnistía Internacional que los dos hombres insultaron al cliente griego al que estaban atendiendo por cortarse el pelo en un establecimiento regentado por paquistaníes y, cuando el hombre respondió, lo apuñalaron. Después empezaron a destrozar la tienda y lanzaron cócteles Molotov. La policía fue a investigar los hechos y detuvo a dos paquistaníes porque estaban en situación irregular. En octubre estaban recluidos, pendientes de expulsión.

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