Se llevó a efecto el Certamen Nacional e Internacional de Periodismo correspondiente a este 2017, como cada año con la entusiasta participación de los ganadores y representantes de los más diversos medios de comunicación. Presidiendo el magno acto estuvieron el Presidente del Club de Periodistas de México, Mouris Salloum George y la siempre atenta Secretaria General de este organismo, Celeste Sáenz de Miera.
A continuación, se presentan las palabras de la señora Celeste, quien se dirigió a la concurrencia de esta manera:
Muchísimas gracias, queridos amigos. Gracias, Alejandro querido. Gracias a todos y cada uno de los que están aquí. Gracias al director general de Medios Estatales de la Presidencia de la República.
Queridos amigos, todos. Un propósito nos une y es honrar a la palabra como instrumento de vida.
Hace 66 años, Don Antonio Sáenz de Miera y Feytal, fundador del Club de Periodistas de México, también instituyó este Certamen Nacional de Periodismo, mismo que nació independiente y libre, y por eso mismo es que no solamente continúa, sino que se fortalece, ajeno a intereses económicos y políticos.
Compañeros: vivimos momentos oscuros. Paradigmas que nos muestran evidencias en la fabricación de realidades, en la utilización del engaño como instrumento en retóricas victimistas y de agnotología, que es el poder de la ignorancia como un instrumento para manipular, para secuestrar el sentido común, para vestir la verdad, para utilizar tremendas mentiras.
Eso, por una parte, en la confusión, en la apelación de la confusión como sofisticación de la censura. Vamos viendo que se va sofisticando la censura. Pero hoy nuestros queridos homenajeados, todos y cada uno de ustedes, por alguna razón, siempre importante, nos hacen retomar la confianza, la fe, el empeño y la obligación que tenemos de velar por la palabra.
Hoy vencieron la distancia, el entrañable periodista Thierry Meyssan, que sabemos, a través de sus escritos qué sucede y qué ha pasado, y qué lecturas hay de la sofisticación de la mentira y cuál es la realidad.
Qué decir de tener en este espacio al talentosísimo, valiente, Daniel Estulin, quien será homenajeado también y quien dará mucho qué hablar con un documental que es reconocido en este espacio y que conocemos el aporte que da a la información verdadera.
También se encuentra Eva Bartlett, periodista canadiense, que viaja, que va por el mundo y que da voz a los sin voz, de aquellos que están en la guerra y que están encubiertos por mentiras. Ella es la voz ante la ONU y ante organismos internacionales que ha aclarado y que ha puesto puntos sobre las íes de lo que verdaderamente está pasando, por ejemplo, en Siria.
Está aquí también con nosotros el director de Rusia Today, Alexander Luchaninov, quien también fue denostado con otros medios libres, precisamente porque no van con los intereses de la guerra, que después de tanto nos hemos dado cuenta que nos mintieron por varios años.
Y más allá de lo que es la mentira y lo que hay detrás de ella: la muerte de muchos inocentes, el sufrimiento de muchos solamente por invadir espacios que no les pertenecen.
Son vencedores de la verdad y han evidenciado el color de la interna ambición depredadora, que es capaz de crear terrorismo aniquilador de cualquier vestigio de cordura. Allá, en el campo de batalla; allá, en el campo de lo casi irreal y la oscura realidad. En el campo, también, de las calumnias. Y ellos han salido airosos, y vienen a abrazarnos.
Y, en México, ¿qué pasa, queridos amigos? ¿Qué pasa con las Miroslavas, los Ricardos, los Cecilios, los Armandos, que no ceden al espacio del engaño? Se topan con las balas de corrupción. ¿Qué pasa? Que los asesinan. Estamos aquí nosotros, cada año, mencionándolos. Mencionando víctimas. Poniendo aquí letreros con sus nombres, que están en el salón de enfrente. Lo decimos cada año. ¿Y qué pasa con la tragedia de cada familia? ¿Con la tragedia de todos nosotros, al saber que ya no están aquí? Todo pasa y no pasa nada.
¿Qué pasa, Miroslava? Te extrañamos. Ricardo, Cecilio, Armando, que no cedieron al espacio del engaño. ¿Qué pasa con las balas de la corrupción, de la incompetencia, de la ineptitud? Y lo peor, lo peor de todo, queridos amigos, de la impunidad. Porque si sigue pasando todo esto es porque hay impunidad. Por eso estamos aquí vestidos de tragedia y de llanto. Todo pasa y no pasa nada.
Con más de dos mil atentados contra periodistas, de seis años a la fecha, y solo tres casos “resueltos”. Habrá que saber si realmente fueron resueltos. No hay mucho más qué decir. Entre otras cosas, es urgente modificar el artículo 73, fracción XXI, en su párrafo segundo de la Constitución mexicana, para que la capacidad de atracción no sea optativa, sino obligatoria.
¿Qué pasa con nuestros compañeros de provincia? No tienen confianza en las autoridades locales. O puede ser que después las venganzas, aunque haya quienes estén tras las rejas, persigan a esos periodistas valientes.
De alguna manera, queridos amigos, fortalezcamos desde adentro al Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Hagámoslo preventivo. Se está trabajando en ello, pero corresponsabilicemos y exijamos, pero exijamos participando. Hagámoslo. Sobre todo, vigilando y exigiendo que las causas de injusticia sean atendidas. El fondo del asunto es ese.
Además, debemos blindar a nuestros jóvenes. Reforzar y reconocer aquellas nuevas vías de comunicación ética y cívica que vacunan contra el impacto constante de eventos vergonzosos.
Por esto, el Club de Periodistas de México y su brazo académico y asistencial, la Fundación Antonio Sáenz de Miera y Fieytal I.A.P., han decidido desde el año pasado reconocer a la Comunicación Ciudadana, que fortalece el tejido social y que articula esperanza desde lo cotidiano del corazón, de la sensibilidad, de la vida… Ya verán ustedes portales y espacios de jóvenes prometedores.
Tenemos qué vacunarnos con cosas que alienten el alma. Eso ha hecho nuestra querida Tere García Ruiz, fortaleciendo el periodismo altruista, ahora que va a fortalecer desde la Fundación la capacidad de los jóvenes periodistas.
Gracias por este acto de presencia, de solidaridad, de dignidad de un gremio unido que solo así hacemos y haremos sentir a la voz para construir, para entregarla a aquellos que carecen de ella, que sufren de injusticia y a quienes debemos nuestra razón de ser y de sentir.
¡Que viva la verdad y la justicia, pero hagamos que siga viva! ¡Hagámoslo! Es nuestra tarea.
¡Qué viva el Club de Periodistas de México, queridos amigos!
¡Que viva México!
