Tras la tragedia aérea del Chapecoense, empiezan a aparecer datos que demuestran que no fue un accidente. Edward Tumini, uno de los sobrevivientes y miembro de la tripulación, aseguró que en ningún momento le avisaron que el avión estaba en emergencia. Él era el encargado de verificar la cantidad de combustible. En sus declaraciones contó que el piloto nunca le avisó que había una situación de peligro.Al parecer, el piloto, tenía cosas que ocultar. La Fuerza Aérea de Bolivia (FAB) informó que Miguel Quiroga estaba procesado en su país y tenía una orden de arresto por haber abandonado la institución antes de tiempo para dedicarse a la aeronavegación comercial.
“El capitán Quiroga, que fue piloto del avión que se accidentó, tenía un juicio con la FAB e incluso contaba con un mandamiento de apremio”, dijo el ministro boliviano de Defensa, Reymi Ferreira, según la agencia estatal ABI.
Según el ministro, Quiroga y otros cuatro militares que abandonaron la institución están procesados por esa razón, pero evitaron ser detenidos porque presentaron recursos legales de amparo constitucional.
“Ellos recibieron una formación profesional, en la que el Estado invierte (…) y de pronto a media carrera en lugar de cumplir con el acuerdo y volcar esos conocimientos y destrezas a favor de la FAB y el Estado, prefieren renunciar”, explicó Ferreira.
Según el reglamento, los pilotos militares tienen el compromiso de cumplir con 5 años de servicio una vez terminada su formación. Solo en casos excepcionales, se puede analizar la baja de un militar de la institución. Según informó la FAB a la agencia española Efe, en cinco casos analizados, incluido el de Quiroga, no había justificación para que dejaran la fuerza.
El avión de la aerolínea Lamia boliviana reportó falta de combustible antes de caer contra una montaña en las afueras de Medellín, vuelo en el que viajaba el Chapecoense, equipo de fútbol del estado de Santa Catarina.