WASHINGTON (VOA), 25 de agosto de 2017.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, concedió el viernes un perdón al ex jurista y aliado político Joe Arpaio, el autoproclamado “sheriff más duro de Estados Unidos”, menos de un mes después de haber sido condenado por desacato criminal en un caso relacionado con la política de perfiles raciales de su departamento.
Trump había señalado esta semana que el primer perdón presidencial de su administración iría a Arpaio, de 85 años, a quien ha elogiado con frecuencia por su línea dura de inmigración.
“A lo largo de su tiempo como sheriff, Arpaio continuó el trabajo de su vida de proteger al público de los flagelos del crimen y la inmigración ilegal“, dijo la declaración de la Casa Blanca anunciando el perdón de Arpaio.
Arpaio, que perdió su candidatura para la reelección en el condado Maricopa de Arizona en noviembre tras 24 años en el cargo, fue conocido por su represión contra inmigrantes indocumentados e investigando demandas infundadas apoyadas por Trump cuestionando la ciudadanía del ex presidente Barack Obama.
Antes de que Trump concediera el indulto, la Unión Americana de Libertades Civiles, que solicitó la orden judicial contra Arpaio, dijo que sería “un aval presidencial del racismo”.
Arpaio, quien hizo campaña por Trump en 2016, fue condenado el 31 de julio por la juez de distrito Susan Bolton, quien dictaminó que había violado intencionalmente una orden judicial de 2011 que prohibía detener y detener a los automovilistas latinos por sospecha de estar ilegalmente en el país.
Arpaio admitió inadvertidamente desobedecer la orden judicial, pero dijo que su conducta no cumplía con una norma penal. Dijo que la acusación fue un intento político motivado por la administración Obama de socavar su oferta de reelección.
Su controversial tenencia como sheriff trajo los titulares nacionales de Arpaio para las redadas masivas de sospechosos de inmigrantes ilegales y por la forma en que dirigía la cárcel del condado de Maricopa.
Reintegró a las pandillas de la cadena, hizo que los reclusos usaran uniformes rosados o anticuados en blanco y negro, y les prohibió tomar café, sal y pimienta.