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Invaden aceras 4 romerías

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Robo de energía eléctrica con “diablitos”, toneladas de basura y malos olores, así como saturación de calles por las camionetas de comerciantes es lo que padecen vecinos de cuatro zonas de la Delegación Cuauhtémoc a causa de las romerías.

Los colonos acusan a las autoridades delegacionales de autorizar tianguis y bazares sin explicar el beneficio vecinal por el uso de la vía pública.

En la Glorieta de Insurgentes, en el Monumento a la Madre, en el Parque Ramón López Velarde y en Buenavista, los vendedores ambulantes provocan escasez de agua y “bajones” de energía en el alumbrado público.

Para las fiestas navideñas, en el Monumento a la Madre se instalaron 150 puestos que se dedican a ofrecer juguetes.

Hasta 2010, estos comerciantes se colocaron en la explanada de la estación de trenes de Buenavista, pero con la puesta en marcha del Tren Suburbano, fueron reubicados.

Al monumento también llegaron otros vendedores con carpas de color azul que obstruyen el paso peatonal y un carril de la calle de Sullivan.

La invasión de informales también afecta a la Glorieta de Insurgentes desde el 12 de diciembre.

Ahí, el Delegado Alejandro Fernández autorizó la colocación de un bazar con 100 carpas, en el cual se oferta ropa y comida, ocupando la totalidad de la glorieta; además, los vehículos de los tianguistas ocupan carriles de la calle Jalapa, en la Roma Norte.

Los dueños y encargados de negocios establecidos ya tienen pérdidas de 30 por ciento en sus ventas por la competencia de informales.

En esta plaza se realizaron operativos conjuntos entre el GDF y la Delegación en 2003, 2007, 2012 y 2013 para retirar el ambulantaje de la glorieta y aunque Fernández se comprometió a mantenerla libre de comercio, no cumplió.

“Las ventas han reducido un 30 por ciento desde que colocaron el bazar, pero nos tenemos que aguantar.

“Nos hemos enfermado porque tuvimos que encender los ventiladores para sacar el humo de las parrillas de los que venden comida afuera”, contó Enrique Villa, encargado de un café internet.

En tanto, en el parque Ramón López Velarde, ubicado sobre Avenida Cuauhtémoc, los casi 300 comerciantes del Bazar Obregón obtuvieron permiso para laborar todos los días durante diciembre y parte de enero.

Mientras los líderes del bazar obtienen ganancias de 45 mil pesos diarios, aproximadamente, por permitir la colocación de los puestos, los vecinos alertan por el deterioro en el parque.

Se constató que en la fuente principal hay agua estancada y pestilente que se acumuló debido al drenaje tapado por la basura generada por los comerciantes.

Además, hay bancas de metal, mobiliario de concreto y piso de adoquín rotos y se contabilizaron cinco tiraderos de escombros.

En la Colonia Buenavista, también se autorizó una romería con 250 puestos y juegos mecánicos que provocó la suspensión de dos estaciones de la Línea 4 del Metrobús.

“Es un tormento, no tenemos libre acceso a nuestras cocheras, debemos soportar olores fétidos, ruidos todo el día y además la basura que dejan en todos lados. El Delegado Fernández impuso su voluntad al ponernos la feria, porque nunca consultó a la comunidad.

“Algunos comercios tuvieron que cerrar, una cantina, varios restaurantes de comida corrida y una galería de artesanías, porque los clientes no pueden pasar a la zona”, dijo el vecino Enrique Estévez.

La constante en estas romerías es el robo de luz, el uso de agua de tomas públicas y el tráfico que provocan.

Con información de Reforma

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