México, 16 Oct. (Notimex).- En los últimos 20 años el incremento de la obesidad en las niñas y niños del país es alarmante e incluso se habla de una epidemia, pues se calcula que hoy en día uno de cada 10 niños es obeso al llegar a los 10 años de edad, señalaron diputados del PRD.
Los legisladores Verónica Juárez Piña, Fernando Zárate Salgado y Francisco Tomás Rodríguez Montero, resaltaron que en 2009 el sector salud gastó 42 mil millones de pesos para atender los impactos generados por el sobrepeso y la obesidad, como diabetes e hipertensión arterial.
Ante ello, mencionaron que de aquí a 2017, el costo directo de la obesidad aumentará a 78 mil millones de pesos.
Por su parte, Zárate Salgado aseveró que “el mayor riesgo de algún sector industrial que genera obesidad, es que se les equipare con un ?pecado?. Esa identificación es la más peligrosa para ellos, porque deja al descubierto una verdad y de que están enriqueciéndose a costa de la salud de nuestros mexicanos”.
Al participar en la conferencia magistral “La Pandemia del Azúcar” en el Palacio Legislativo de San Lázaro, dijo que los diputados no deben confundir su principal labor que es privilegiar la salud de la ciudadanía y no enriquecer a nadie.
Consideró que a las refresqueras les interesa que en México no se modifique el comportamiento de los ciudadanos respecto al consumo de sus productos, porque puede afectar sus ingresos en otros países de América, y tienen miedo que se establezca que los refrescos generan obesidad y se les equipare con un pecado.
En tanto, Juárez Piña, presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez, informó que México ocupa el primer lugar en el consumo de refrescos y bebidas azucaradas a nivel mundial, con una ingesta per cápita de 163.3 litros al año, siendo 40 por ciento mayor que el promedio de consumo en Estados Unidos.
En tanto, Francisco Tomás Rodríguez Montero afirmó que la obesidad en el país no es sólo por los refrescos, sino por muchos problemas: no hacer ejercicio, comer a toda hora, no tener una dieta balanceada. El mexicano no está acostumbrado a comer legumbres ni verduras, por lo que es necesaria una mejor cultura.
Indicó que en el diseño de una política pública contra la obesidad infantil, deben intervenir diversos actores además de las dependencias gubernamentales, entre otros, los propios industriales de los alimentos para que también exista el desarrollo de productos más adecuados a las condiciones actuales de salud de la población.
Ante ello, destacó que es adecuada la implementación de medidas fiscales para desalentar el consumo de los refrescos y las bebidas azucaradas, obteniendo de esta forma recursos dirigidos a la creación de programas que prevengan la obesidad y aumenten la disponibilidad de bebederos de agua en las escuelas y los espacios públicos.
En tanto, el especialista Robert Lustig, del Instituto de Estudios de Políticas de Salud de la Universidad de California, aseguró que según sus estudios, el alto consumo de azúcar que contienen los refrescos, ha contribuido a que en los últimos 30 años los ciudadanos alcancen niveles de obesidad que ponen en riesgo su salud.
“De no modificar rápidamente sus comportamientos alimenticios la sociedad mexicana estará inmersa en una crisis de salud pública por diabetes y obesidad, lo cual será prácticamente imposible de atender para las instituciones de salud”, aseguró.