Una rencilla motivada por el control del penal de Topo Chico desató una riña entre grupos antagónicos de internos. Utilizando puntillas, navajas y palos, entre otros objetos, la lucha dejó un saldo de 49 muertos y 12 lesionados, 5 de ellos de gravedad.
El conflicto partió de una disputa entre los grupos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, El Credo, y Juan Pedro Saldívar Farías, El Z- 27, dijo el gobernador Jaime Rodríguez Calderón.
“En Nuevo León estamos viviendo una tragedia derivada de la situación tan difícil en que se encuentran los centros de reclusión”, expresó tras los hechos iniciados a las 23:30 horas del miércoles, que incluyeron el incendio de la bodega de víveres por parte de los reclusos.
Los disturbios se suscitaron en los sectores C-2 y C-3 del penal y en principio se dijo, extraoficialmente, que había sido un motín; posteriormente se afirmó de manera oficial que se trató de una riña en el penal ubicado en la colonia Nueva Morelos.
En la trifulca “se utilizaron puntillas, navajas, bates, palos… fue una batalla campal; es horrible y terrorífico”, refirió el gobernador, quien confirmó además que fueron realizados disparos de arma de fuego.
De acuerdo con testigos, unas 35 mujeres que estaban en el área de visita conyugal fueron llevadas a un cuarto para protegerlas de las llamas mientras los reos deambulaban sangrando.
Decenas de familiares de reclusos se concentraron a las puertas del penal, en demanda de información, misma que, al no obtenerla, los llevó a la desesperación. Arrojaron piedras, palos y botellas a la policía, e incluso trataron de derribar el portón. Después bloquearon calles y avenidas cercanas en reclamo de información sobre sus parientes.
“Los guardias nos obligaron a abandonar el área conyugal para que nuestras parejas regresaran a la celda; pero muchos de ellos intentaban protegernos, aunque los guardias no lo permitían”, narró una de las mujeres.
Otra mujer afirmó haber escuchado al menos 6 detonaciones de arma de fuego. “Yo sí escuché, fueron 6 balazos, mientras que se daban todos contra todos”.
Elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal apoyaron las tareas de vigilancia y de acuerdo con el mandatario estatal se descartó que en medio del caos se hubiesen producido fugas de reos.
Las fuerzas de seguridad tendieron un cerco alrededor del centro penitenciario, así como de otros 2 penales del estado.
