Voces del Periodista Diario

Con esos amigos ¿para qué necesitas enemigos? VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Pese a las evidencias como catedral, de las atroces consecuencias sociales pagadas por los mexicanos durante la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sería conmovedora, si no fuera indignante, la heroica resistencia de la tecnocracia peñista contra su revisión y eventual cancelación con las que amenaza el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump.

Con mentalidad de súbditos, desde el primer sexenio neoliberal los del gabinete económico exhiben su gusto por lamer el yugo extranjero. “Es la globalización, usted lo sabe”.

Este año, se han cumplido 40 de que México fue obligado a firmar la primera carta de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La decisión entreguista marcó un antes y un después en el desarrollo de México: Se revirtieron las altas tasas de crecimiento económico desde un 8 por ciento anual hasta 2 por ciento con el que cierra 2016. Por supuesto, el producto per cápita fue colocado en el mismo tobogán.

El estreno de las políticas de choque

A partir de Miguel de la Madrid, el diseño del Plan Nacional de Desarrollo (PND) fue puesto bajo la tutela del FMI, que empezó a aplicar las políticas de choque que ahora tienen la nave nacional en pleno naufragio.

Desde entonces, los secretarios de Hacienda y los conductores del Banco de México comenzaron a colgarse  medallas como “ministros del año” y mejores gobernadores de la banca central. El sinodal fue el FMI.

Sin embargo, hacia finales del sexenio de De la Madrid, los más influyentes medios estadunidenses especializados en economía y finanzas, denunciaron que los nuevos libramientos de fondos por el FMI a México, se estaban desviando al financiamiento de campañas electorales del PRI.

Al terminar 2013, el FMI dio certificado de excelencia a México por la segunda generación de reformas estructurales. Al arrancar 2016, sin  darse por enterado del desencanto por el fracaso de las expectativas de esas reformas, el mismo Leviatán aseguró que en lo sucesivo el crecimiento económico mexicano sería de 4 por ciento, mínimo. (Algunas consultoras calculan que en 2017 ese crecimiento podría caer a menos de 2 por ciento).

Las anteriores calificaciones, con grado de “mención honorífica”, las expidió la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde.

La sinodal de México, procesada por corrupción

Todavía, a principios de octubre pasado, en el marco de una reunión de secretarios de Hacienda de la región, auspiciada en Washington por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Secretaría de Hacienda expidió un alegre boletín para dar a conocer que la señora Lagarde se había desecho en elogios al éxito de las reformas transformadoras.

En ese boletín,  se hizo abstracción de que apenas 30 días antes había sido defenestrado el “ministro de finanzas del año” Luis Videgaray Caso, operador principal de las reformas transformadoras.

Decimos, pues, que la autoridad técnica y moral que califica el desempeño económico del gobierno mexicano, es la doctora Christine Lagarde.

Ayer, en Francia, los movimientos contra la corrupción saltaron a la arena política parisina, coléricos por la sentencia de una Junta Ejecutiva que avaló fallos de instancias preliminares en un caso de corrupción que costó a los franceses la nada despreciable suma de 400 millones de euros (casi 9 mil millones de pesos al tipo de cambio actual).

Actora en ese caso de fraude público fue Christine Lagarde, ministra de Economía de Francia (2007-2011), firmante de un dictamen gubernamental por el que se avaló el rembolso de la suma citada al empresario Bernard Tapie, amigo del entonces presidente Nicolas Sarkozy, implicado por su lado en otros expedientes de corrupción que podrían  hacerlo inelegible en las próximas elecciones francesas.

El enojo de los movimientos anticorrupción derivó de que la Junta Ejecutiva que dictó la sentencia, imputó al menos negligencia a Lagarde, pero eludió condenarla, en cuyo caso habría sido remitida a prisión un año.

La Junta de Gobierno del FMI declaró ayer mismo que no pasa nada. Que su directora gerente puede continuar el periodo de su  mandato. Y todos tan contentos.

Lo que resta, es decir al gobierno mexicano: Con esos amigos, ¿para qué necesitas enemigos?

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Redacción Voces del Periodista