Voces del Periodista Diario

Cuando el destino nos alcance el 1 de diciembre de 2018

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Apenas bien surgen -como en estas semanas- los pretendientes al máximo rectorado del Estado mexicano, salen los mercadólogos a escena, se activan las cajas de resonancia electrónicas y poco nos falta para que a los presidenciables se les encuentren atributos para ser nominados al Premio Nobel en cualquier disciplina.

En esos menesteres electoreros, los partidos postulantes, que blasonan de escoger a sus mejores hombres, lanzan al público papeles curriculares que caracterizan a sus candidatos por dos calidades básicas: 1) Sus virtudes cardinales -prudencia, justicia, fortaleza y templanza-, y 2) Sus virtudes teologales -fe, esperanza y caridad. Son hombres “Diez”: Los seres perfectos.

Para emplear un lugar común aplicado a cuestiones de administración empresarial, es de suponerse que los grandes electores dieron con sus candidatos después de pasarlos por los filtros de la evaluación por resultados.

El imperativo más ingente: Oxigenar la economía nacional

¿Cuál es el imperativo más ingente que se agiganta como desafío para el sexenio 2018-2024? Rescatar la economía nacional del naufragio en que se asfixia desde hace casi cuatro décadas.

Cuando en 1981 se proclamó la candidatura priista del secretario de Programación y Presupuesto, el abogado Miguel de la Madrid, éste propuso a los votantes Siete tesis (ideas fuerza, se les publicitó) como Plan de Gobierno.

Por orden convencional, subrayamos las siguientes: Sociedad igualitaria, democratización integral, renovación moral de la sociedad y descentralización de la vida nacional.

Esas fueron las ofertas del PRI para el sexenio 1982-1988. Quede constancia.

Hecho el balance de seis sexenios, aquellas siguen siendo asignaturas pendientes después de haberse registrado dos alternancias en el poder presidencial.

Puestas a caballo las precampañas presidenciales, en la sofocante parlocracia no encontramos algo que se parezca a un Plan de Salvación Nacional.

La injusta exclusión de don Antonio Ortiz Mena

Hagamos una fotografía retrospectiva de los mexicanos que se quedaron a la vera del camino cuando los partidos buscaron a su mejor hombre para conducir la República.

Verbigracia, el PRI le negó dos oportunidades a un hombre de excepción, don Antonio Ortiz Mena, profesional egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la UNAM.

Don Antonio, nativo de Parral, Chihuahua, fue doce años secretario de Hacienda y Crédito Público. Lo reclutó en 1958 el mexiquense Adolfo López Mateos. Ese periodo se acreditó como el de la consolidación del desarrollo estabilizador.

De 1950 a 1980, México tuvo un Producto Interno Bruto en constante crecimiento a tasas de 6.6 por ciento como promedio anual contra una inflación de dos por ciento. El producto per cápita creció al mismo ritmo.

En mérito a su eficacia, Ortiz Mena fue contratado para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), gestión que despeñó durante doce años. Al arrancar el siglo XXI, todavía al chihuahuense se le reconocía como referente de una época de prosperidad.

Si sumamos sólo los dos sexenios de Ortiz Mena en Hacienda, se tendría un acumulado de 70 por ciento de incremento del PIB.

Los números rojos de los secretarios del ITAM

Cambio de página: En la primera década del siglo que corre, el crecimiento del PIB mexicano en el periodo fue apenas de 19.86 por ciento. Es la marca de la casa del Estado neoliberal.

No es un resultado fortuito: Desde el 1 de diciembre de 2000 a noviembre de 2017, la titularidad de Hacienda ha sido ocupada por egresados del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Un periodo anterior, el de 1988 a 1994, otro itamita había desempeñado el encargo: Pedro Aspe Armella.

Evaluación por resultados: El PRI optó desde agosto pasado, por un candidato presidencial “externo”: José Antonio Meade Kuribreña, quien pasó dos periodos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Ocupó, además, la titularidad de otras tres secretarías de Estado.

Explicó el PRI su veredicto inapelable: Tenemos que clausurar la oscura caverna del populismo. No permitir que México regrese al pasado.

Cuando el destino nos alcance el 30 de noviembre de 2018, en caso de que la voluntad de los once magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación así lo decida, con Meade Kuribreña tendremos lo que coloquialmente la “raza” dice así: ¡Más de lo mismo! Es cuanto.

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