Voces del Periodista Diario

El fantasma de Juárez rondó ayer en Gobernación

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Todo parece indicar que Enrique Peña Nieto está viendo ya lo que la nomenclatura del PRI ve y lo que avista la preocupa: Que la precampaña de José Antonio Meade Kuribreña no levanta.

Si es así -como así parece ser-, El plan B del tricolor consiste en afinar la puntería antes de la proclamación de candidato presidencial en convención nacional, para intentar una mejor selección de aspirantes al Congreso de la Unión; obviamente, para las gubernaturas que se disputan en 2018.

La estrategia se orienta a nominar candidatos al Senado y la Cámara de Diputados federal que han pasado ya por el tamiz de las urnas en sus entidades de origen.

Básicamente, aquéllos que han tenido triunfos de mayoría, que los plurinominales invariablemente nadan de muertito. De lo que se trata, es de asegurar votos, no expedir constancias de jubilación con suculentas dietas parlamentarias a modo de pensión.

De ello deriva que Peña Nieto prepara un enésimo ajuste a su gabinete presidencial para enviar a la contienda electoral a algunos de sus secretarios.

Con sabor a despedida… y a suspenso

El que ayer fue puesto en marquesinas fue el secretario de Gobernación y coordinador del gabinete de Seguridad Nacional, el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, que ya ha sido gobernador de su estado y diputado federal. Viene de la brega política desde sus tiempos de estudiante.

Ayer por la mañana, el “responsable de la política interior” modificó el formato de cada inicio de enero, en que reunía a sus colaboradores para brindarles el saludo de año nuevo y partir la rosca de Reyes.

Algunas crónicas describen un acto con sabor a despedida. Por la tarde Osorio Chong estaría en Los Pinos. Sin embargo, ni en el primer acto ni en el segundo se dio comunicado de renuncia. Hoy continuaba el suspenso con el secretario asistiendo a eventos de su agenda regular.

El encuentro de Osorio Chong con funcionarios y trabajadores en el recinto de Gobernación merece algunas líneas. En las palabras ante el personal de esta dependencia el hidalguense difundió la sensación de reivindicar su condición de político.

Vale subrayar esa intencionalidad, habida cuenta que durante lo que va del sexenio peñista los que han ocupado los primeros planos informativos son los secretarios tecnócratas que no han pasado por los baños de pueblo.

Juárez recomendó vivir en la augusta y honrada medianía

La ocasión fue auspiciosa: Con fecha de “diciembre de 2017”, se develó una placa alusiva al nombre del titular de Gobernación. El bronce se injertó en el pedestal de una escultura de Benito Juárez, cuya memoria se ha desdibujado aun en Guelatao, Oaxaca, donde el natalicio del Benemérito de las Américas, el 21 de marzo de cada año, era de fastos presidenciales.

El texto de la placa develada tiene la siguiente leyenda: “Con buena política se transforman las instituciones y con buenas instituciones se transforma la realidad”. No podía faltar, desde luego, la máxima más socorrida: Entre los individuos, como entre las naciones, etcétera.

Reminiscencias de mejores días: De su credo juarista, en la vieja casona de Cobián dejaron constancia Miguel Alemán, don Adolfo Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez. Abandonaron ese sobrio palacete para ocupar el despacho de Palacio Nacional. (Francisco Labastida Ochoa no pudo llegar a Los Pinos. Tampoco Fernando Gómez Mont.)

Bien, que Osorio Chong suscriba el imperativo de buenas instituciones. Formidable -especialmente en este sexenio de antidiplomacia-, que se recuerde la regla de oro del respeto entre las naciones. Fue como México mereció el Premio Nobel de la Paz.

Si se pudiera pedir más, reclamaríamos al hidalguense una omisión: Benito Juárez hizo, en su propia conducta, honor a su recomendación a los servidores del Estado: Vivir en la augusta y honrada medianía. Dicho en buen republicano: No manoteen sobre la hacienda pública. Nadie es perfecto. Es cuanto.

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