Voces del Periodista Diario

El recuento de los daños

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Derretidos los últimos saldos de plástico durante El buen fin de noviembre, los mexicanos fueron saludados: “Bienvenidos a la realidad”.

El Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas (Inegi) acaba de dar su reporte sobre el Índice de Confianza del Consumidor. Al cerrarse diciembre, el acumulado de 2016 es a la baja en 7.8 por ciento.

Ese índice recoge el estado de ánimo en los hogares mexicanos, respecto de sus expectativas económicas. Es obvio que el espíritu navideño no dio aliento alguno para aquellos que ya no sabe lo que es peor, si lo duro o lo tupido.

Los ricos también lloran: Los empresarios, formados ya  en la fila de los consumidores de energéticos, no asimilan el golpe de los gasolinazos. Sobre el costo que éstos implican en las actividades industriales, agropecuarias, de transportación  y comerciales, les llega la carga adicional de los saqueos. No acaban de cuantificarse los daños por la rapiña.

El sector importador, ya afectado por la devaluación del peso, no termina de cuadrar sus cuentas de 2017. Los gasolinazos y las descargas eléctricas entraban en sus cálculos, pero no en la brutal dimensión en que se están asestando en enero. Falta conocer el Índice de Confianza de los inversionistas.

El Banco de México entró de nuevo al quite reanudando la inyección de dólares al mercado, pero hoy la recuperación del peso fue mínima.

La cotización de la mezcla mexicana de petróleo sigue en incesante tambaleo.

Nuevo giro en la violencia

Ayer, la violencia tomó un nuevo giro. En Nuevo León y Coahuila no fueron los establecimientos mercantiles el blanco de la ira. La protesta popular contra los gasolinazos en Monterrey, relativamente pacífica, fue violentada por vándalos encapuchados que le metieron pedradas, varillazos y fuego a recintos de gobierno, situación que no se había presentado, al menos no en esa magnitud, en otras ciudades.

Los establecimientos de detención empiezan a ser insuficientes para tanto arrestado: Más de 500 en el Estado de México, 300 en Veracruz, otros tantos en la Ciudad de México y no termina de hacerse el recuento en el resto de los estados donde los aparatos policiacos son rebasados por la plebe y los refuerzos federales se reparten de manera casuística.

Sólo un detalle tranquiliza al menos en las horas recientes: En la caótica contención de los disturbios, no se ha echado mano de las Fuerzas Armadas federales. Todavía.

Inquieta en cambio que, atrapado sin aparente salida, el gobierno empiece a enterarse de las responsabilidades del gobierno anterior en busca de chivos expiatorios ante la reacción pública contra medidas que no sólo se tomaron en este sexenio, sino que además se festinaron por los conductores de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

La perspectiva es incierta pero, una vez asumido el riesgo, al gobierno solo le queda la recomendación ranchera: O cabresteas o te ahorcas.

Hacer gestión administrativa es una cosa; muy otra, es hacer política. Y ésta sigue brillando por su ausencia.  

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