Voces del Periodista Diario

Estamos en guerra: ¡Y nosotros la vamos ganando!

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Conmueve, a quienes aún creemos que el pasado histórico ha tenido algo que ver en el diseño y la construcción del México contemporáneo, que el discurso público rescate la memoria de Benito Juárez, cuya obra capital fue la Restauración de la República frente al acoso del invasor extranjero.

Para la formación cívica de niños y jóvenes mexicanos, nos queda un principio juarista que impone que el servidor público ha de conformarse con vivir en una augusta y honrada medianía, imperativo ausente en nuestros días en México.

Si el de la Educación pública es desafío de la hora actual, según el discurso que da pie a estas notas, no estorba recordar que esa política pública la confió Juárez en la persona del eminente educador don Gabino Barreda. No hay punto de comparación entre el perfil del docente poblano con los de Aurelio Nuño Mayer y Otto Granados Roldán.

Queda pendiente la desamortización de las conciencias

La invocación de la obra de Juárez nos incita a otra consideración: La Generación juarista acometió una gigantesca hazaña a mediados del siglo XIX: El deslinde de los campos de acción entre el Estado y la Iglesia, hasta entonces depositaria del más alto porcentaje de los bienes terrenales en México.

De los resultados de la Reforma liberal, destacados militantes de esta tendencia doctrinaria nos dejaron esta conclusión: Se desamortizaron los bienes de la Iglesia, pero queda pendiente de la desamortización de las conciencias.

La Restauración de la República es una de las asignaturas que, en el discurso electoral de la Sucesión Presidencial, no tiene la fuerza que demanda el compromiso del próximo gobierno.

Plutarco Elías Calles: “Los reaccionarios también son mexicanos”

En la arena electoral reclaman su sitio quienes, como los notables del siglo XIX, detentan el poder económico. Lo dijo en su oportunidad el fundador del PNR, Plutarco Elías Calles: Los reaccionarios también son mexicanos. En las recientes semanas, han venido metiéndole decibeles a su pretensión.

Dos constantes tiene esa actitud beligerante: Dar prioridad a la inversión y el empleo. Su protección e impulso, es la divisa retórica a cargo de los dueños del gran capital que se acredita como fuente insustituible del mercado laboral.

Hablan, esas voces, de que nueve de cada diez empleos y 8 de cada diez pesos de inversión son mérito del sector empresarial privado.

De la calidad y la remuneración al empleo

Dibujemos un cuadrante: Registros oficiales indican que la Población Económicamente Activa (PEA) tiene ya un ejército de reserva de casi 60 millones de mexicanos. Las mismas fuentes admiten que más de 30 millones de individuos subsisten en la economía informal.

Recuperemos otros datos: De acuerdo con estudios recientes, en el sector público se ocupan unos tres millones de burócratas, cifra que incluye al personal de base y una selección de no más de 15 mil cuadros de mando.

Un análisis sobre ese punto informa que esos altos mandos de gobierno, en algunos casos, tienen ingresos superiores a los de ejecutivos del sector privado. En promedio, 173 mil pesos al mes: 32 veces más que aquellos que figuran en la parte más baja del escalafón burocrático.

La placenta de la Economía criminal

Abriendo el escenario, 41 por ciento de los mexicanos ocupados tiene ingresos por debajo de la línea de la canasta alimentaria.

Estudios especializados (que incluyen a agencias financieras multinacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial), así como calificadoras internacionales de deuda, coinciden en que, en el México de las últimas tres décadas, la economía productiva ha sido avasallada por la economía especulativa.

Algunos científicos sociales y juristas aportan investigaciones que indican que en ese proceso se incuba lo que tipifican como Economía criminal, en la que medran los delincuentes de cuello blanco.

Retomemos un hilo conductor de esta narrativa para el siguiente efecto: Uno de los aspectos de la operación de la economía productiva en México, revela que la formación de capital tuvo como origen básicamente la actividad agropecuaria e industrial. Como actividades subsidiarias crecieron los sectores comercio y servicios.

En el periodo neoliberal, la correlación de fuerzas se modifico en favor del comercio y los servicios. En el mismo periodo, sin embargo, cobró predominio el sector bancario-financiero.

El motor de esa dinámica, que devino inercia, fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la serie de reformas constitucionales que, al afectar el interés de la clase trabajadora, alteraron sustancialmente las relaciones de producción.

Consecuencia de esas políticas depredadoras, son los datos que trascribimos párrafos antes con base en la situación de la Población Económicamente Activa.

Trabajan por México y contra el cambio

En la pugna por la sucesión presidencial, repetimos, se han insertado los agentes de las cúpulas de hombres de negocios: Se dicen agredidos y amenazados, cuando su único pecado es trabajar por México.

En el centro de gravedad de la posición de ese sector, dicen sus detractores por su lado, está la resistencia al cambio; obviamente, del modelo económico. En el enfrentamiento clasista, lleva la voz cantante el Consejo Coordinador Empresarial, que esgrime el espantajo del populismo. A éste le pone periodo y nombres.

Señor Presidente: Nos hizo sentir orgullosamente mexicanos

Sólo a manera de ilustración de ese entorno discursivo, recuperamos algunos expedientes. Señor Presidente, hace unas horas, usted nos hizo sentir orgullosamente mexicanos.

Data esa expresión del 5 de febrero de 1982, en Guadalajara, Jalisco, dirigida al presidente priista José López Portillo. La pronunció el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón. López Portillo había dado una pieza oratoria comprometiéndose a defender el peso como un perro.

Dos años después de la expropiación bancaria, ejercía el poder presidencial el priista Miguel de la Madrid. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial era ya Jorge Antonio Chapa Salazar, estas son sus palabras el 8 de marzo de 1984:

México, en realidad, no tiene qué imitar modelos extranjeros, ni que adaptar las grandes corrientes de pensamiento político universal a sus propias necesidades.

De una manera admirable, los creadores de nuestro marco jurídico, interpretando los deseos y necesidades del pueblo, intuyeron soluciones a circunstancias particulares de México, que se encuadran perfectamente en las corrientes que después tomaron forma en el ámbito internacional.

Lo que necesitamos no es inventar nuevos modelos o, como se dice ahora con tono amenazante, buscar nuevo modelo de nación, como quien cambia de modelo de coche: Nuestro modelo es de 1917. No es viejo, ni siquiera anticuado. Es perfectamente nuevo porque nunca ha sido puesto a andar. Nunca ha sido rodado: Bastaría que aplicáramos a la letra la legislación que nos dejaron nuestros próceres.

Chapa Salazar, nunca fue escuchado. Se inventó un nuevo modelo. Tres décadas después, sin embargo, don Jorge fue distinguido por la comunidad de hombres de negocios con el Galardón Empresarial 2014 por su meritoria trayectoria en la actividad económica.

Cuando Clouthier dedicó la oración citada a López Portillo, fue en ocasión de la inauguración de un complejo hotelero. Sus propietarios agradecieron al mandatario el apoyo al sector privado.

No era para menos: Los inversionistas habían firmado con el entonces Presidente la Alianza Nacional para la Producción, cuyo tercer firmante fue el movimiento sindical.

Tiempos en que no sentían dormir con el enemigo

Nos consta, como reporteros, que los mismos inversionistas privados se deshicieron en elogios al priista Luis Echeverría Álvarez. Dos ocasiones al canto: Cuando fue puesto en marcha el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda (Infonavit) y la entrega en Mazatlán de un moderno Parque Industrial, que abrió nuevas expectativas de producción y mercado internacional a la empresa pesquera.

Al priista Gustavo Díaz Ordaz los inversionistas le aplaudieron cuando le dio un nuevo giro a la estrategia de desarrollo de la industria petrolera. Obviamos los aplausos después del 2 de octubre de 1968.

Los inversionistas privados no escatimaron elogios al priista Adolfo López Mateos. Ocasión auspiciosa: La entrega de la monumental obra del Ferrocarril Chihuahua-Pacífico y la recepción a su homólogo estadunidense John F. Kennedy.

Hablamos de constancias: Al priista Adolfo Ruiz Cortines le aclamaron los inversionistas privados cuando, a golpe de huracanes, la agricultura sinaloense fue devastada, y el Presidente autorizó la consolidación de créditos y ordenó la rehabilitación de la infraestructura portuaria y marítima que en su sexenio fue moderniza.

Al primer priista Presidente, Miguel Alemán, los inversionistas privados le rindieron su voluntad cuando impulsó la fase más promisoria de los sistemas de infraestructura hidráulica y eléctrica en el noroeste de México, y le dio aliento a la industria naval para que México pudiera fabricar su propia flota marítima.

Fue ese pasado y aun el más remoto, en el que los inversionistas privados lograron levantar portentosos complejos industriales como el de Monterrey; vieron florecer, entre otros sectores, el minero, que en la década de los setenta, con la Siderúrgica Lázaro Cárdenas, abrió expectativas para la conquista del mercado de China. Hoy los privados la tienen bajo su gestión.

Libre empresa sí, pero para la producción

El Consejo Coordinador Empresarial nació al amparo de una iniciativa impulsada por el empresario e ideólogo Juan Sánchez Navarro, quien le dio sólidos fundamentos doctrinales a la libre empresa mexicana.

El propio Clouthier del Rincón fue un hombre cuya creatividad y versatilidad le permitió crear y dirigir uno de los más poderosos enclaves agroindustriales del noroeste.

El citado Chapa Salazar tuvo como extracción profesional la economía productiva.

A finales del siglo XX, presidió el Consejo Coordinador Empresarial, Eduardo Bours Castelo, cuyo tronco empresarial iniciaron y consolidaron los empresarios Robinson Bours.

Con la avícola Bachoco, Bours Castelo alcanzó el liderazgo del Consejo Nacional Agropecuario (frente de economía productiva) y ocupó la Unidad de Coordinación para el Acuerdo Bancario, que permitió resarcirse a los inversionistas privados de perdidas cambiarias y abrir la vía para remitir sus adeudos al Fondo Bancario de Protección al Ahorro, después convertido en Instituto de Protección al Ahorro Bancario, donde se encuentra la deuda contingente convertida en deuda pública con cargo a los contribuyentes.

Preside actualmente el Consejo Coordinador Empresarial Juan Pablo Castañón. Hijo de un modesto comerciante de Los Mochis, Sinaloa, (El Faro), estudió en la privada Universidad Anáhuac y en el ITAM.

Impulsor de su propio negocio, Almacenes Muebleros de Los Mochis, su actividad, en estricto rigor, no se encuadra en la economía productiva. Castañón encabeza actualmente la cruzada por la inversión y el empleo.

De Town & Country a Forbes

En la década de los 70-80, los jerarcas del sector empresarial y sus retoños eran nominados por la publicación estadunidense Town & Country. Tiempo después, por la también norteamericana Fortune. Ahora, unos 15, por Forbes, el catálogo de los más ricos del mundo.

Los plutócratas mexicanos están en pie de guerra. Parecen seguir una convicción de uno de los magnates más conspicuos de los Estados Unidos, Warren Buffet: En efecto, estamos en una guerra de clases: Y nosotros la vamos ganando. Es cuanto.

Articulos relacionados

Estado de emergencia nacional

Redacción Voces del Periodista

Periodismo en peligro

Editor Web

Recordando el ocaso del patriarca