Voces del Periodista Diario

No votaron los mexicanos por más de lo mismo

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Tuvimos, desde septiembre de 2017, un anuncio de Los búhos de Minerva  que alcanzó decibeles de terrorismo: ¡Ahí viene el Apocalipsis!

Por lo que se cuenta después del 1 de julio, los cuatro jinetes parecen haber sido exorcizados.

Ahora, las aves son abiertas en canal para tratar de adivinar en sus entrañas qué es lo que viene en el sexenio 2018-2014. Hay un candidato presidencial electo.

Sigamos con las metáforas: Cuando Jesús eligió y ungió a Mateo como su nuevo discípulo, cuestionado por sus seguidores sobre el asunto del ayuno, el Mesías hizo dos proposiciones: No se corta un trozo de vestido nuevo para remendar un vestido viejo: No se echa vino nuevo en odres viejos.

¿Qué aplicación tendrían esos sabios retruécanos bíblicos en la perspectiva de un nuevo gobierno que propone la cuarta transformación regida por la revolución de las conciencias?

Vieja demanda aún no satisfecha: La Reforma Administrativa

Si el voto ciudadano se pronunció por un cambio, obviamente el sentido de su elección fue contra el modelo de gobierno vigente. No se llega aún a racionalizar si la exigencia es por un cambio de régimen.

El punto es si la nueva gestión presidencial cumplirá las expectativas con el actual sistema administrativo en el orden federal y sus escalas estatales y municipales en los que la alternancia es un mandato electoral casi generalizado.

Desde finales del sexenio 1976-1982, en la búsqueda de control, eficiencia y eficacia en el sector público se puso en agenda la reforma administrativa de la Federación.

El debate fue apasionante, porque en el centro de gravedad de la discusión de dicha reforma las posiciones se polarizaron sobre el criterio de que la gestión gubernamental debiera estar a cargo de la rectoría de los políticos, con los técnicos como agentes auxiliares del servicio público.

En los sexenios sucesivos, aquella idea fuerza se fue decantando en repetidas reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

El indeseable resultado fue que se abultó la nómina de secretarías encargadas de despacho, se creó un gabinete paralelo, aparecieron órganos autónomos del Estado que, a más de no abonar a la eficacia, descargaron su costo en el incontenible incremento del gasto corriente.

Secretarías que anidan nuevos modelos de corrupción

Todavía hace seis años, en nombre de la austeridad, se propuso la desaparición de al menos tres secretarías: Reforma Agraria, Función Pública y Turismo.

El caso de la Función Pública requiere una inevitable acotación: Su origen tuvo como fin combatir la corrupción de los funcionarios del Estado. En el actual sexenio, la marca de la casa es precisamente la corrupción.

La sustitución de Reforma Agraria quedó a cargo de la nueva Secretaría Agraria, Territorial y Urbana: El remedio salió peor que la enfermedad. Por un lado, la Auditoría Superior de la Federación documenta en cada revisión de las Cuentas Públicas nuevas y más sofisticadas maneras de desviar el gasto federal.

Del otro, están saliendo a la luz pública turbias operaciones que tienen en su ejecución bienes patrimoniales del Estado, enajenados en favor de particulares  y, en no pocos casos, bienes comunales que debieran estar amparados en títulos que acreditan la propiedad social de la tierra y, por lo tanto, tutelados por el Estado.

Algo se puede adelantar al cambio de régimen

El cambio de régimen no es miel sobre hojuelas: Tiene que pasar por el tamiz de las reformas constitucionales, cuya facultad queda entre las atribuciones del Congreso de la Unión, que por añadidura tiene que contar con mayoría calificada.

La reforma administrativa, en cambio, tiene una vía más expedita en el amplio margen de  potestad discrecional del Poder Ejecutivo.

Es una cuestión de no poca monta sobre la que no tenemos en este momento claridad. Es de esperarse que, conforme las aguas broncas vuelvan a su cauce, las definiciones del gobierno que se inaugura el 1 de diciembre den señales al respecto. No votó en forma tan radical por más de lo mismo. Vale.

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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