Voces del Periodista Diario

Perro que da en comer huevos, aunque le quemen el hocico

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

En el verano de 2017, en recreo por la Alameda Sur, de la Delegación Coyoacán, escuchamos una ríspida discusión que detuvo nuestro trote: Representantes de una filmadora que lograron permiso oficial, para tomas fílmicas en ese parque, estaban a la defensiva acosados por unos sujetos que reclamaban un moche en especie para dejarlos continuar su tarea.

Observamos que esos individuos aseguraban actuar en nombre del ex delegado de esa demarcación, ya en funciones de diputado a la Asamblea Legislativa de la CDMX, Mauricio Toledo.

La compulsión reporteril nos llevó a otras colonias de los pedregales de Santo Domingo. Se hablaba de que esas prácticas eran comunes en todo el territorio de la delegación y los extorsionadores eran identificados como integrantes de un grupo de choque conocido como Los Buitres, cuya creación se atribuyó a Toledo.

Desde hace varios periodos, el gobierno de Coyoacán está en manos del PRD aunque el control se le adjudica a Toledo desde que era diputado.

La denuncia que no escuchó el procurador de Justicia DF

En el comité perredista delegacional se nos relató otra historia: En la perspectiva de las elecciones de 2012 el PRD inició en 2010 una campaña de afiliación y refrendo de militantes, dirigida por el presidente de dicho comité Francisco González Gómez.

Una facción que por alguna causa no alcanzó ficha para cumplir con el procedimiento se alebrestó. Irrumpió entonces Toledo amenazando de muerte al dirigente delegacional.

González Gómez no se cruzó de brazos. Interpuso denuncia de parte: La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal no se dio por enterada de la denuncia. Era titular entonces el doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa.

A la Asamblea Legislativa por asalto

Mauricio Toledo tiene un historial de impunidad. Eso le ha permitido transitar de la legislatura a jefe delegacional y de aquí saltó a la Asamblea Legislativa en 2015, en elecciones en que el PRD empezó a perder su hegemonía frente a Morena.

Al instalarse la actual Asamblea, Mauricio Toledo y su correligionario Leonel Luna maniobraron en pacto con las bancadas minoritarias del PAN y del PRI para hacerse de los órganos de gobierno de dicha asamblea.

En septiembre los terremotos cimbraron la Ciudad de México. Se planteó la urgencia de la reconstrucción. La propia Asamblea integró una comisión para tal efecto. Semanas después, el jefe de Gobierno Mancera introdujo el proyecto de Presupuesto de Egresos para 2018.

En la iniciativa se reservó una partida de más de siete mil millones de pesos para la reconstrucción en la CDMX.

Esos recursos incitaron al apetito crematístico: Los diputados perredistas Toledo y Luna vieron la oportunidad calva e invitaron al banquete a su par azul Jorge Romero, quien a su vez había despachado como titular de la Delegación Benito Juárez en el periodo anterior.

Dicho sea de paso, en la Juárez se registro la peor devastación inmobiliaria atribuida a la tolerancia, la complicidad y la impunidad hacia los mercaderes de la construcción. El panista Romero no pasa la prueba de ácido en la indagatoria de ese crimen.

La trinca hizo más en la perspectiva electoral del 18: Se despachó con la cuchara grande en el reparto selectivo de otros ocho mil millones de pesos a las delegaciones en tesitura de convertirse en alcaldías: Total, más de 14 mil millones sumando las dos partidas.

Desde la aprobación del Presupuesto de Egresos, hubo una denuncia sistemática de esa aberración partidista. El jefe de Gobierno hizo mutis. Ya había visto frustrada su pretensión de ser candidato a la presidencia de la República.

Fue hasta esta semana en que Mancera, a regañadientes, tomó cartas en el asunto y propuso a la Asamblea revocar sus propios y abusivos mandatos. Cuando escribimos estas notas, el procedimiento legislativo correctivo está en marcha.

Los dos implicados buscan fuero en el Senado

En el recorrido, sin embargo, Mancera aceptó ser candidato a senador por el PAN. Toledo logró ser abanderado para encargo similar por el PRD, tripulado por Los chuchos. En la LXIV Legislatura federal podríamos ver confirmado el apotegma: Dios los hace… y ellos se juntan.

Ahora que recordamos, invariablemente aquellos que tienen cola que les pisen buscan el fuero legislativo como amparo a sus trapacerías porque, según dice la conseja popular: Perro que da en comer huevos, aunque le quemen el hocico. Es cuanto.

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