Voces del Periodista Diario

¿Quién violenta el estado de Derecho?

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Tomemos un contrapunto para efectos de referencia: Cuando dirigía el PAN Felipe Calderón, la voz del PRI se alzó, acusando a los panistas de facinerosos electorales. (Consta en crónicas sobre  elecciones locales en el estado de Puebla).

El expediente no es ocioso: El gobierno de Ernesto Zedillo había enviado al Congreso de la Unión la sexenal reforma electoral. Las bancadas azules dieron su voto afirmativo en la etapa de revisión constitucional, pero se retiraron de cualquier acuerdo cuando se abordó la fase de reglamentación. Los legisladores priistas llamaron chantaje la coacción panista, que pretendía se le reconociera el triunfo en un minúsculo municipio poblano.

En diciembre de 1999, cuando el Tribunal Electoral federal negó al panista Vicente Fox la aparición de su retrato en las boletas electorales el  2 de julio de 2000, el guanajuatenses acusó a los magistrados de perpetrar marranadas.

El punto inverso se dio en 2002, al culminar el proceso interno para la elección de dirigentes nacionales del PRI, del que resultaron favorecidos Roberto Madrazo Pintado y Elba Esther Gordillo Morales.

Entonces, la ex presidenta nacional del tricolor, María de los Ángeles Moreno tipificó ese proceso como una operación de delincuencia organizada.

El lenguaje típico en procesos contra el crimen organizado

Ahora que cuatro magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dictaron el fíat para que el regio Jaime El bronco Rodríguez Calderón aparezca en la boleta electoral de julio próximo, no faltó politólogo que declarara públicamente: Tendremos como candidato presidencial a un delincuente.  

Esa codificación deriva del cúmulo de transgresiones que los consejeros del INE documentaron en la campaña de Rodríguez Calderón para la recolección de firmas de apoyo a su candidatura, por lo que el independiente se inconformó ante el TEPJF, que le dio la razón contra el dictamen de los consejeros electorales federales.

Esa es la gran cuestión: Desde que desapareció la antigua Comisión Federal Electoral (CFE), que presidía el secretario de Gobernación en turno y se quitó a los colegios electorales de las cámaras del Congreso de la Unión la facultad de calificar los resultados electorales y declarar Presidente electo, para trasladarla a los magistrados electorales, el lenguaje en casos de conflicto se equipara al que emplean fiscales y jueces en causas imputadas al crimen organizado.

No es el caso hacer juicios de valor sobre la conducta de los beligerantes electorales. Para eso están los árbitros, que deben ceñirse a los mandatos de la Constitución y las leyes secundarias correspondientes.

Meade da la bienvenida a Rodríguez Calderón

Lo que sobre el asunto llama la atención, es que ayer el candidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña le dio la bienvenida a Jaime Rodríguez quien, de su lado, puso como camote a los consejeros electorales para adular, en cambio, a los magistrados que fallaron en su favor.

Ya entrado en gastos, el ex secretario de Hacienda se dijo respetuoso de las decisiones de los magistrados electorales y pretendió hacer un deslinde, sin dar nombres, entre quienes creen en las instituciones y quienes violentan el estado de Derecho. Buena rima.

Por lo pronto, otros candidatos presidenciales han optado por andar con pies de plomo y suavizar sus lenguas de madera al comentar el pavoso caso.

Los que pusieron en entredicho la credibilidad de las instituciones fueron actores no beligerantes en el proceso de sucesión: Expertos en Derecho electoral, obviamente investigadores y académicos; especialistas en Comunicación Política, voceros de organizaciones no gubernamentales y ciudadanos de a pie a los que, excepcionalmente, les dieron voz algunas cadenas electrónicas.

Un punto de coincidencia tuvieron varias de esas críticas: Y ¡esos magistrados! serán los responsables de calificar los resultados de la elección presidencial y declarar Presidente electo. Al buen entendedor, pocas palabras. Menos de las que ocupa un mensaje en twitter. Por hoy, con eso ¡Basta!

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

VP/Opinión/EZ

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