Voces del Periodista Diario

Y usted, ¿ya pasó por la báscula del siquiatra?

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra 

Descuentos de salario, cese y cárcel a los “maestros ignorantes y mugrosos” que se resisten contra la reforma educativa. Pena de muerte a los secuestradores. Para los violadores, castración química. “Moches” -de los otros- de manos, a los amigos de lo ajeno.

A candidatos presidenciales tramposos, la pena capital. A todos los corruptos, “vestirlos de jaula”, como dicen los argentinos. ¿Quién cerrará por dentro las rejas de los penales de alta seguridad?

De eso se trata, finalmente: A los amigos, justicia y gracia. A los enemigos, justicia a secas. Tenemos consumados expertos mexicanos en este código fáctico y expedientes judiciales, y sentencias mediáticas que así lo documentan.

Proponemos un túnel es escape del huerto de los sembradores de odio. No dramaticemos la puesta en escena. Hay derecho a un ejercicio lúdico. Ofrecemos una primera gráfica sobre ciertos síndromes humanos. Si el lector quiere continuar, al final proponemos una relación de profesiones a las que eventualmente podrían aplicársele el diagnóstico. Al grano:

Incapacidad de formar frases o de entender su significado. Lenguaje inconexo en el aspecto gramatical y sintáctico. Estado sicológico causado por la absorción excesiva y prolongada en el tiempo de bebidas alcohólicas. Oír voces que en realidad nadie ha producido o ver imágenes que no corresponden a personas o cosas efectivamente presentes.

Salidas para compensar el complejo de inferioridad

Consumo de fórmulas químicas que desempeñan un papel relajante en los estados de ansiedad. Impulso irrefrenable que mueve a robar. Acciones y reacciones de individuos normales a compensar su inferioridad con una actividad de tipo real y equilibrado. Puede caerse en una hipercompensación.

Deterioro progresivo y permanente de todas las funciones mentales como consecuencia de algunas alteraciones orgánicas del cerebro. Desdoblamiento de la personalidad. Tendencia a situar la propia personalidad en el centro del mundo. Flujo de palabras y frases totalmente privado de cualquier significado lógico.

Todo fanatismo conduce a la intolerancia

Ciega dedicación a una determinada causa o idea a menudo cargada de intolerancia. Reacción ante un obstáculo que impide satisfacción, caracterizada por un elevado valor afectivo. Incapacidad para hacer frente a las exigencias concretas de la existencia individual o social a consecuencia de una deficiencia… física o síquica adquirida. Reacción frente a experiencias emocionales negativas.

Convicción de ser una persona absolutamente excepcional. Sentimiento patológico de poder y superioridad, no justificado por un motivo real. Cansancio, irritabilidad, pérdida de memoria… incapacidad de concentración y otros trastornos síquicos y físicos. Inclinación del individuo a asumir determinadas actitudes, expresar juicios y realizar gestos que él reconoce totalmente inútiles y francamente absurdos pero a los que no puede sustraerse.

Locuacidad excesiva que indica en el sujeto un estado de inseguridad. Trastorno del lenguaje que se manifiesta a través de errores en la elección de las palabras y torpezas en su pronunciación.

Enfermedad mental en la que se presentan a menudo manías persecutorias o de grandeza. Mecanismo de defensa por el cual impulsos primitivos y socialmente inaceptables son derivados a fin de ser admitidos por la sociedad.

Condición de dependencia respecto de una droga o un fármaco.

De poetas y de locos, todos tenemos un poco

Los síntomas descritos corresponden a las siguientes alteraciones de la salud: Afrasia, agramatismo, alcoholismo, alucinación, ansiolíticos, cleptomanía, complejo de inferioridad, demencia, disyección, egocentrismo, fanatismo, frustración, hándicap, manía de grandeza, megalomanía, neurosis, legorrea, parafrasia, paranoia, sublimación y toxicomanía.

El tema fue consultado en el Diccionario de Psicología, editado para México por Origen/Planeta. Lleva como sumario el conocimiento de sí mismo y de los demás.

A bote pronto, la intención fue tratar de descifrar la sicología (y patologías) de algunos políticos que se niegan a pasar a retiro después de haberla bailado y que ahora se ostentan como líderes de opinión acogidos por determinados medios electrónicos -de preferencia televisivos-, desde los que pretenden erigirse en factótum de la sucesión presidencial de 2018.

En la nómina no se excluiría a ciertos dirigentes de partido en activo, a coordinadores, voceros y abogados de los candidatos presidenciales y a los candidatos mismos.

Sin abandonar la intención original, sin embargo ampliamos el abanico para incluir sin discriminación a los miles de candidatos a más de tres mil 400 puestos de elección popular. Pero son casi 30 mil. No alcanza el espacio.

Iniciativa de ley del PAN, condenada a la “congeladora”

No hay mala leche en el propósito: Da la casualidad que hace unos días, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), como una medida cautelar, presentaron la iniciativa de que los aspirantes a cualquier mando de la República, como lo han hecho con la declaración 3 de 3, le den máxima publicidad a los certificados de salud expedidos por facultativos especializados, con cédula profesional vigente.

Obviamente, aquella iniciativa, de aprobarse, tocaría el contenido normativo de todo el paquete de legislaciones electorales. Aquí encontramos una traba: El registro de candidatos, en el nivel principal, es facultad del Instituto Nacional Electoral (INE).

La dificultad es doble: ¿En qué diván serán examinados los consejeros electorales y, por extensión, los magistrados federales?

La iniciativa está condenada al fracaso: Los órganos de arbitraje electoral tendrían que estar a cargo de siquiatras. Y a éstos, ¿quién los certificará  para saber si no andan mal de la azotea? ¡Qué intríngulis! Es cuanto.

Articulos relacionados

Cambios geopolíticos de impacto global y los Estados Unidos en tiempos de crisis

Redacción Voces del Periodista

Una mala persona no puede ser un buen periodista

Editor Web

Cerrar o no cerrar la ciudad de México…