Voces del Periodista Diario

Ya llegó, ya está aquí, CDMX, ¡El crimen organizado!

El Lecho de Procusto

Por Abraham Garcia Ibarra

La mayoría de los sedicentes gobernantes de la Ciudad de México, nació en el Distrito Federal. Algunos blasonan que le dieron a la entidad su Constitución Política. ¿De veras conocen la historia de la sede de los tres Poderes de la Unión?

Revisemos los últimos veinte años metropolitanos: El Distrito Federal ha sido gobernado por tres ex priistas: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard Casaubón y, en la transición constitucional, el híbrido políticamente, Miguel Ángel Mancera.

Aunque nacido en el Distrito Federal, a Cárdenas se le considera, por línea familiar, michoacano. Ebrard y Mancera tienen la misma oriundez citadina.

Algunos expedientes para conocer la Capital Social

Corre video: En 1945, en la tibia cuna del PRI se buscó candidato presidencial para la sucesión de Manuel Ávila Camacho. Se apuntó para el cambio el hidalguense líder campesino, don Javier Rojo Gómez, entonces regente del Distrito Federal. Resultó candidato el veracruzano Miguel Alemán Valdés.

Lo rescatable de aquel proceso, es que el aguerrido tabasqueño Carlos Alberto Madrazo Becerra militó al lado de Rojo Gómez. Para entonces era diputado federal presidente de la XXXVIII Legislatura.

Típico en los anales del Partido de la Revolución, por su indisciplina el tabasqueño fue encarcelado sin ser desaforado. Lo acompañó a Lecumberri el veracruzano Roque Espinozo Foglia. El pretexto es lo de menos para efecto de esta narrativa.

En busca de elocuentes hilos conductores

Para el sexenio siguiente, fue designado regente del DF el veracruzano Fernando Casas Alemán.

En febrero de 1948 fue asesinado a balazos en el Distrito Federal el tlaxcalteca senador priista  en funciones Mauro Angulo Hernández. En 1919 había sido procurador de Justicia de su estado. Tras veinte años de escalafón legislativo llegó a la gubernatura. De ahí salto por segunda vez al Senado en 1945. Fue compañero de escaños de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.

El senador Angulo fue ejecutado por los hermanos Hugo y Arturo Izquierdo Ebrard, de ascendencia veracruzana.

Saltamos tiempos para situarnos en 1984: En Veracruz fue asesinado el  ya nombrado Espinozo Foglia, la reputado líder cañero. Se vinculó al apellido Ebrard en ese crimen. Obviamente, la especie fue desmentida.

Regreso a los años con los que iniciamos esta entrega: En 1944, en Mazatlán, Sinaloa, se asesinó al gobernador Coronel Rodolfo T. Loaiza. Su ejecutor fue Rodolfo El gitano Valdez, procesado por la justicia militar, y confinado finalmente en El Palacio Negro de Lecumberri.

En el periodo de la Segunda Guerra Mundial, a presión del gobierno de Roosevelt, Sinaloa fue incorporado al territorio donde, con licencia no escrita, se impulsó la siembra de amapola, para generar la goma precursora de la heroína y la morfina.

En las crujías del Palacio Negro capitalino coincidieron Izquierdo Ebrard y El Gitano. Hicieron migas.

Los primeros encuentros cercanos de tercer tipo

Por sinrazones que se llevó a su tumba, el gobernador sinaloense Leopoldo Sánchez Celis (1962-1968) logró que El gitano -su compadre- fuera trasladado a Culiacán. Llegó acompañado por Izquierdo Ebrard.  

Fue en aquel periodo cuando a Hugo se le vio estrechamente vinculado con Miguel Ángel Félix Gallardo, entonces parte del equipo de seguridad de Sánchez Celis. De Félix Gallardo, ¿se requiere decir más?

El tres veces procurador de Sinaloa, Manuel Lazcano Ochoa confesó en sus memorias escritas que Sánchez Celis tenía cordial comunicación y control de los jefes que entonces dirigían el tráfico de drogas. Les recomendaba que hicieran sus ajustes de cuentas fuera de la entidad. “Aquí no quiero que derramen sangre”.

Siendo gobernador de Sinaloa, Sánchez Celis “hizo química” con  Carlos Hank González, entonces director general de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares.

Cuando el profesor de la eterna sonrisa se hizo cargo en los setenta de la gobernación del Estado de México, apareció el sinaloense Sánchez Celis como comisionado de Desarrollo Agropecuario de la entidad.

Hank González fue reclutado por José López Portillo, quien le encomendó la regencia del Distrito Federal. Sánchez Celis lo acompañó con la misma comisión que tuvo en el estado de México.

La década de los setenta fue marcada en por la Operación Cóndor para disolver el Triangulo dorado (Sinaloa, Durango y Chihuahua).

De cómo se empedró el eje San Jerónimo-Atizapán

Los jefes mayores, el citado Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo se domiciliaron en Guadalajara. Capos menores se refugiaron en Atizapán de Zaragoza, Estado de México.

En el sexenio 1976-1982 ya empezó a hablarse del corredor San Jerónimo-Atizapán, en alusión a la residencia de políticos sinaloenses en los pedregales de San Ángel, barrio del Distrito Federal y la plaza mexiquense habitada por capos sinaloenses.

A principios de los 80, en que ya empezó a hablarse de la droga y de cárteles, en restaurante marisquero de Insurgentes, de la Colonia Florida, DF, fue tendida una trampa al jefe de jefes del Cártel de Juárez, Amado El señor de los Cielos Carrillo Fuentes.

En operación comandada por el procurador federal Jorge Madrazo, se dio con el hallazgo de la residencia propiedad de Carrillo Fuentes, que fue asegurada con todo y pacas de dólares y droga, por agentes federales en Los Pedregales.

El esplendor empieza a iluminar Lomas de Santa Fe

Estamos hablando de la década de los ochenta. Al tiempo, el Desierto de los Leones, Lomas de Chapultepec, barrio de San Ángel, colonias Del Valle y Nápoles, se convirtieron en código postal de lavado de dinero.

Pronto, siguiendo a Atizapán en la competencia de los mejores fraccionamientos residenciales del país, aparecieron en el municipio de Huixquilucan, Estado de México, vecino de las delegaciones Cuajimalpa y Miguel Hidalgo, DF, los lujos, los automóviles último modelo y los ríos de dólares, con marcada predilección por Las Lomas de Santa Fe.

El atentado contra Carrillo Fuentes en el DF debió suscitar la sospecha de que los cárteles de la droga ya operaban en la Ciudad de México. Las más selectas tiendas de Santa Fe, fueron blanco de repetidos asaltos a la alta escuela.

Amieva corrige la plana al remiso Mancera

Miguel Ángel Mancera armó su largo escalafón burocrático -antes de llegar a la jefatura de gobierno del Distrito Federal, nominado por el PRD- en las áreas de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia.

Hasta sus últimos días en la jefatura de Gobierno, antes de irse de candidato a senador por el PAN, Mancera se obcecó en su hipótesis de que la creciente violencia criminal en la entidad, era obra de “la delincuencia común”; si acaso, de algunas bandas dedicadas al narcomenudeo.

La marca de esa violencia daba para más. Se veía en Iztapalapa, Iztacalco, Gustavo A. Madero, Coyoacán. Mancera seguía montado en su macho retórico.

El destazadero humano ya se hizo presente en estos días en la Delegación Cuauhtémoc. Los fiambres despedazados fueron dispersados sobre la Avenida de los Insurgentes. Ayer, entre Iztapalapa y Tláhuac, más de tres horas de balazo. Cuatro muertos en el primer conteo; docenas de capturados.

La ya constitucionalizada Ciudad de México, nada le pide en barbarie a Reynosa o Nuevo Laredo, Tamaulipas; Ciudad Juárez, Chihuahua; zona metropolitana de Guadalajara; principales ciudades de Guanajuato, Morelos, Michoacán o Colima.

Los carniceros de Nonoalco-CDMX

Por fin, el jefe de Gobierno sustituto de la CDMX, José Antonio Amieva declara tímidamente que Los carniceros de Nonoalco parecen tener vínculos o relaciones con “otros grupos” mafiosos de otras regiones del país.

No son “vínculos o relaciones”, señor Amieva: Esos grupos son células instaladas en la Ciudad de México por el crimen organizado. Lo sabe hasta un bolero del Zócalo o de la Alameda Central. Es cuanto.

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