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Arman en Alemania a Olli, primer minibús eléctrico que no necesita chofer

El primer minibús para pasajeros, eléctrico y totalmente autónomo, ya fue construido en Alemania, con piezas fabricadas en Estados Unidos, a partir del diseño de un joven colombiano de 24 años de edad, llamado Edgar Sarmiento.
Durante una visita de Crónica al taller de desarrollo y pruebas de este vehículo, en la capital de Alemania, el equipo que trabaja con este nuevo invento informó que el minibús es propiedad de la compañía estadunidense Local Motors, pero que fue desarrollado y probado en Alemania para participar en un proyecto llamado Urban Mobility Challenge 2030. Por esta razón el primer prototipo se llamó Berlino y fue armado en Europa. Actualmente la compañía ha decidido que el minibús se llamará Olli.
En la actualidad, la carrera por construir vehículos autónomos se ha acelerado. Existen grupos que trabajan dentro de universidades, como el que encabeza el mexicano Raúl Rojas, en la Universidad Libre de Berlín, pero también hay grupos fuertes que buscan desarrollar otros vehículos autónomos en compañías privadas como Google, Tesla y BMW.
El joven Edgar Sarmiento, quien concibió el primer prototipo de Berlino u Olli, es un diseñador industrial que vivía en Colombia cuando entró en contacto con la compañía Local Motors, por medio de internet. Así trabajó a distancia con otros diseñadores e ingenieros hasta acabar el primer modelo que se armó en Alemania, a principios de 2016.
El minibús autónomo es capaz de transportar a 12 pasajeros sentados, pero también puede ser adaptado para transportar a una o dos personas en silla de ruedas, además de otras personas sentadas o de pie. Otras de sus características innovadoras son el ser totalmente eléctrico y contar con un programa de cómputo y conexión a redes que permiten que los usuarios soliciten sus servicios por medio de una aplicación o App para teléfono celular.
En el Centro de Innovación para la Movilidad y el Cambio Social, localizado en Berlín, el profesor Robert Schönduwe explicó que en la actualidad hay muchas empresas alemanas que colaboran con otras de Estados Unidos para solucionar algunos de los problemas de movilidad y transporte del futuro, por ejemplo las interconexiones o los llamados viajes intermodales. El autobús autónomo Olli, fue pensado para estar presente en puntos donde terminarían las rutas de otros medios de transporte, por ejemplo, los trenes o grandes estacionamientos de automóviles.
“Estamos pensando en las necesidades de los usuarios de transporte del futuro. Olli es un vehículo que puede recogernos en un lugar, sin necesidad de que un chofer nos esté esperando.  Se trata de un vehículo eléctrico, autónomo y que se recarga por inducción”, explicó Schönduwe en el campus de experimentación.
El autobús cuenta con 30 sensores y procesadores de información para poder seguir una ruta conocida y evitar obstáculos o frenar en caso de riesgo de accidentes. Controla la apertura de puertas y descenso de rampas para que aborden personas con silla de ruedas y se desplaza a una velocidad inferior a los 20 kilómetros por hora, lo que lo hace muy seguro.
Los ingenieros que lo prueban informaron que es un autobús que puede servir para transporte de pasajeros en lugares cerrados como Campus universitarios o parques tecnológicos, pero que ya negocian una solicitud del estado de Nevada, Estados Unidos, para probar el autobús en pequeños poblados.
En el caso del Campus de Berlín, el vehículo se revisa principalmente para revisar sus condiciones de seguridad y evitar cualquier tipo de accidente, que es una de las preocupaciones centrales en Alemania.
“Con la llegada de los vehículos autónomos también hay preocupación entre los alemanes sobre la manera como se vigilará la seguridad y se evitarán accidentes. Este es un debate ético que va a acompañar el desarrollo de la tecnología de movilidad autónoma, porque ya la tenemos en la puerta”, explicó Robert Schönduwe, del Centro para la Innovación para la Movilidad y el Cambio Social.
 
Armado fácil
El prototipo de Olli que se prueba en Berlín es exactamente igual a otro prototipo que se presentó el 20 de junio en la ciudad de Washington, Estados Unidos, debido a que la compañía Local Motors produce todas las piezas de este vehículo autónomo por medio de impresoras de tercera dimensión o 3D, por eso es posible que colaboren ingenieros y diseñadores industriales que viven en diferentes países y desde diferentes geografías, ya que pueden enviarse los datos necesarios para imprimir en tercera dimensión la pieza que se necesite.
Todas las piezas que se necesitan para armar una copia de Olli en otro país se pueden imprimir en diez horas, aunque la verdadera dificultad radica en el trabajo de los ingenieros para armarlo, instalar la electrónica y los componentes de inteligencia artificial que le permiten navegar sin piloto.
El fundador de Local Motors, John B. Rogers, aseguró en Washington que este automóvil también fue desarrollado con apoyo del área de Internet de las Cosas, de IBM.
De acuerdo con las proyecciones del propio Rogers, hay 50 ciudades en el mundo donde rápidamente podrían comenzar a usar a Olli en algunas áreas donde se promueve el transporte sustentable.
Los planes de Local Motors son comenzar a instalar puntos de fabricación de autopartes que permitan armar hasta 20 mil vehículos en cada planta, y tener plantas de producción en diferentes ciudades.
(Nota de Antimio Cruz en Berlín para La Crónica)

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Redacción Voces del Periodista