Voces del Periodista Diario

Capítulo adicional de La divina comedia

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Ya está demostrado científicamente que, desde el arranque del sexenio, el gobierno de Enrique Peña Nieto arrojó demasiados fierros a la lumbre en un momento en que en todos los cuadrantes soplaban vientos que ahora han configurado la tormenta perfecta para 2018.

En el transcurso de los dos últimos años, los parrilleros originales de las grandes reformas transformadoras, han sido inmolados en su propio holocausto.

Sin condolerse del hondo drama que vive desde 2014 el actual grupo dominante, todavía antes de las elecciones de 2016 -umbral de las generales del 18-, los consejeros de Peña Nieto le echaron más gasolina al fuego, embrocándolo con la iniciativa de los matrimonios igualitarios.

Dentro de 48 horas, se registrarán en el país nuevas movilizaciones de la resistencia político-clerical contra aquella iniciativa, de la que ya se hizo un ensayo general hace apenas unos días.

Esta vez, sin embargo, las organizaciones que apoyan el proyecto ya sacado de la agenda parlamentaria, se proponen disputar simultáneamente a los manifestantes de las derechas el escenario de la glorieta del Ángel de la Independencia, en la Avenida de la Reforma de la Ciudad de México.

La autoridad política de la CDMX en riesgo

La vitriólica y electoral ofensiva desencadenada por “los defensores de la familia mexicana tradicional”, tuvo como blanco original la figura presidencial.

En el rudo juego de vencidas programado para el 24 de septiembre, está de por medio la estabilidad de la autoridad pública capitalina. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, siguiendo una historia legislativa en la que el PRD ha pretendido acreditar su progresismo, es partidario de los matrimonios igualitarios.

Para el próximo domingo sabremos de qué cuero salen más correas. Abrimos un in pase sobre ese peliagudo tema.

Para seguir con el código religioso, observamos que el partido del Presidente, el PRI, ve la tempestad y no se arrodilla.

Si de fierros a la lumbre se trata, la bancada priista en la Cámara de Diputados federal, que pastorea el mexiquense César Camacho Quiroz, ha lanzado otro de por sí ardiente desde hace rato en el fuego de la tragicomedia mexicana.

Nuevo choque de trenes con el poder económico

Camacho Quiroz empleó como mano de gato, la de la diputada tricolor Claudia Edith Anaya Mota, quien mansamente se ha prestado a abrir otro frente de resistencia de arrogante intransigencia.

Colocando la iniciativa en el contexto del inconcluso Sistema Nacional Anticorrupción, Anaya Mota propuso una reforma a la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones.

El propósito de esa iniciativa, es castigar a los empresarios que corrompan a funcionarios públicos. Nada más, pero nada menos.

Para efectos políticos prácticos, hay que recordar que la comunidad empresarial está encuadrada en al menos siete poderosas centrales nacionales, por las que dan la cara principalmente el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). Puro peso completo.

Como canta el difunto de moda: ¡Pero qué necesidad! En la pasada primavera, el sector empresarial le ganó un round al Congreso de la Unión.

El capitulo mexicano de Transparencia Internacional, a dúo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, violentaron el paquete anticorrupción, introduciendo la ciudadana Ley 3 de 3.

Dicha iniciativa imponía a todos los servidores del Estado tres declaraciones: La patrimonial, la fiscal y de conflicto de interés. En el Senado se incorporó una cláusula extensiva a personas físicas y morales que, por diversos conceptos, reciben decursos del Erario público.

La reacción de la iniciativa privada obligó al Ejecutivo a vetar ese aspecto de la ley y ordenó su revisión al Poder Legislativo. Se calmaron relativamente los ánimos.

Si la nueva iniciativa priista en la Cámara de Diputados no es una revancha, se le parece mucho.

Cero “tolerancia a la corrupción”, dice en su exposición de motivos la reforma de ley. La corrupción es un infierno en el que se queman al parejo, pecadores y santos. Tendremos en estos días un  capítulo adicional de La Divina Comedia, de Dante. ¿Quién le pondrá el punto final?

Articulos relacionados

El coronavirus “matará” 25 millones de personas

Redacción Voces del Periodista

María Zajárova: “En Ucrania, los órganos humanos son comercializados online y offline”

Editores

Los pupilos de Hank González no se miden

Redacción Voces del Periodista