Voces del Periodista Diario

Inversión extranjera; golondrina no hace verano

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Para no confundir a la audiencia, que no es experta en descifrar los crípticos  mensajes tecnocráticos, siempre es recomendable hacer ejercicios del idioma español, sobre todo cuando los temas se refieren a lo bien que anda la macroeconomía mexicana.

Miguel de la Madrid estudió la carrera de Leyes. No obstante haber pasado por la Universidad de Harvard, cuando ocupó la titularidad de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), confesó no entender ni las tarjetas ejecutivas que le presentaban sus colaboradores entonces conocidos como jóvenes turcos.

Siendo director general de Difusión de la SPP, don Miguel González Avelar (+) -quien dominaba incluso los  palíndromos; no cualquiera-, quiso reparar esa deficiencia de su jefe, coordinando la elaboración de un ABC de las Cuentas Nacionales.

Se trataba, sobre todo cuando se dio a conocer el Plan Global de Desarrollo del sexenio de José López Portillo, de que sus explicadores se hicieran entender por el público, traduciendo al cristiano los términos técnicos importados por la tecnocracia.

Sería recomendable que aquel ABC se reeditara para bien de la comprensión del discurso público de estos días.

Capital extranjero que llega y el que se va

Pongamos el siguiente caso: Hoy, el presidente Enrique Peña Nieto blasonó que durante los cuatro años su gobierno la inversión extranjera ha alcanzado la suma de 127 mil millones de dólares; cifra superior al mismo  periodo del sexenio anterior, dijo.

Hoy mismo se publicó otra información: Entre los meses de enero y noviembre de 2016 (esto es, en sólo once meses), se fugaron de México 132 mil 460 millones de dólares de inversión extranjera.

¿Quieren decir los dos párrafos anteriores que en menos de un año se desfondó el paquete de inversión extranjera acumulada durante cuatro años? Grave asunto.

El Presidente empleó la suma mencionada para declarar que “México es el motor de la economía de América Latina”. Una cosa buena de contar.

Lo que habría que precisar -de acuerdo con los usos de la Secretaría de Economía-, es si los 127 mil millones de dólares son Inversión Extranjera Directa (IED) nueva. Si es inversión sólo notificada (en cuyo caso estaría por concretarse); o si se trata de reinversión de utilidades obtenidas por las trasnacionales instaladas en México. Hay diferencias de grado y calidad.

Entre la suma dada a conocer por Peña Nieto de cuatro años; y la otra información  sobre los 132 mil 460 millones dólares retirados de México en once meses, hay una diferencia negativa de más cinco mil millones de dólares.

Lo que implicará el incremento de tasas de interés

El segundo punto requiere una explicación adicional: Los capitales expatriados operaron en el mercado especulativo mexicano, que tienen como opción preferencial  los papeles de deuda, tanto pública como privada.

En ese mercado (de portafolio, le llaman los especialistas), el gobierno federal aplica incesantemente su margen de endeudamiento.

Los capitales extranjeros que huyeron, lo hicieron a los Estados Unidos, atraídos por los incrementos que la Reserva Federal (Fed) ha hecho las tasas de interés.

Son aquellos, pues, capitales golondrinos. Así son los especulativos. Su vuelo ha incidido en la devaluación del peso.

Lo grave del asunto es que, para evitar la fuga, el Banco de México ha dispuesto a su vez decretar incrementos a las tasas de interés de referencia internas. Eventualmente, un nuevo incremento podría darse la semana próxima hasta la cota de 5.25 por ciento.

¿Qué sigue? Que ese incremento de la tasa de interés impactará sobre deuda del gobierno federal, exorbitante de suyo. Éramos muchos, y parió la abuela de la volatilidad.

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