Voces del Periodista Diario

Los buitres no están de luto

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

 

¿A quién, desde su íntima nostalgia reaccionaria, puede alegrar en México un eventual descarrilamiento del acuerdo de Paz impulsado por el presidente colombiano Juan Manuel Santos y los mandos de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC), después de los resultados negativos del plebiscito del pasado domingo?

En los resultados de dicha consulta incidió poderosamente el partido derechista Centro “Democrático”, tripulado por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe quien, desde la instalación de las mesas de negociación en La Habana, comenzó a hacer labor de zapa.

A bote pronto, se puede especular que alegraría el fracaso del acuerdo comentado a los ex presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa. La clave se puede nombrar Iniciativa Mérida.

Fox y Calderón aceptaron mansamente la imposición y operación por parte de Washington de ese instrumento represivo, copia del Plan Colombia.

 La “Iniciativa”, tomada y dictada por la Casa Blanca durante el mandato de George W. Bush, impone como contrapartes mexicanas al Consejo Nacional de Seguridad, El Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Con eso está dicho todo.

Repetimos, la “Iniciativa” es copia del Plan Colombia que se asestó con la coartada de combatir el narcotráfico y el crimen organizado. Después, se le agregó el combate al terrorismo.

En el más largo periodo de ejecución de ese plan, su responsable fue precisamente el ex presidente Álvaro Uribe.

De acuerdo con análisis de expertos en Política Internacional, la derrota del plan se condensó en una especie de simbiosis: Los políticos colombianos pasaron a ser narcos y los narcos colombianos se mudaron en políticos.

La guerra narca de Felipe Calderón

Rehén voluntario de la Iniciativa Mérida, con mexicana alegría Felipe Calderón acometió su guerra contra el crimen organizado. Su santo y seña fue el desgarramiento del tejido social, cuyas víctimas mortales y desaparecidas aún no acaban de computarse.

Durante el mandato de Calderón -coincidente con el de Uribe-, se desplazaron a Colombia “misiones” como las del fascista México Unido contra la Delincuencia  con la encomienda de importar el modelo de Seguridad Pública de  Uribe.

En esos momentos, se conocía ya que Uribe había alentado la formación y acción de bandas paramilitares con el pretexto de combatir a las FARC; en realidad, fueron instrumentos de exterminio humano en las zonas rurales. ¿Qué pasó a la larga en Michoacán, patria chica de Calderón?

A propósito de la “estrategia” de Seguridad Pública calderoniana, para los anales queda la exclamación de Alejandro Martí: “¡Si no pueden, renuncien!

De la mano con golpistas latinoamericanos

Acabaron los periodos constitucionales de Álvaro Uribe y Felipe Calderón. Pero no sus empeños subversivos. Se convirtieron en socios para sonsacar movimientos golpistas contra regímenes de izquierda en América Latina, particularmente contra el bolivariano Hugo Chávez, primero, y luego contra Nicolás Maduro.

Obcecado, Álvaro Uribe rechaza la convocatoria de Juan Manuel Santos para que el Centro “Democrático” se integre a un acuerdo político nacional a fin de continuar el proceso de pacificación, al que se han incorporado ya al menos siete formaciones políticas colombianas.

El  socio mexicano de Uribe, Felipe Calderón aplica su talento en promover la candidatura presidencial de su mujer Margarita Zavala Gómez del Campo para 2018. Con chance y la gire de “Presidente consorte”.

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