Voces del Periodista Diario

Más sobre el represor y metiche Mauricio Macri

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George.

En entrega anterior, nos referimos a la oficiosa pero peligrosa intromisión del presidente argentino Mauricio Macri en el proceso de paz en Colombia.

Recordamos en ese contexto el infame trato que Macri ha dado a las militantes del movimiento Las madres de la Plaza de Mayo que pasan por el doloroso viacrucis de buscar a sus familiares, víctimas de la dictadura militar.

No se enfriaba el texto comentado, cuando despachos de agencias internacionales nos informan hoy que Mauricio Macri calificó de “desquiciada” a la anciana Hebe de Bonafini, una de las inquebrantables mujeres en resistencia, ahora de más de 80 años.

La descalificación presidencial de la abuela De Bonafini tiene que ver con el saldo de víctimas, muertas o desaparecidas en la negra noche de la dictadura. No tiene sentido, dijo el “humanista” argentino, saber si “fueron nueve mil o 30 mil los muertos”.

Como se ve, para el ultraderechista neoliberal, las personas asesinadas, muchas de ellas en lactancia o infancia, son meros guarismos, cuyos nombres y restos, de ser localizados, no merecen cristiana sepultura; ni siquiera una esquela.

El sedicente “pacificador” de Colombia, anda por estos días en oficios para recuperar la gracia del Reino Unido en el asunto de las Malvinas, que tanta “sangre, sudor y lágrimas” han costado a sus compatriotas.

No solo: Prácticamente desde el inicio de su mandato, Mauricio Macri tiene metidas las narices en la conspiración para derrocar al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, emprendida en Venezuela por el pacto de la Mesa Unidad “Democrática” (MUD), sonsacado desde Washington.

Son incesantes los contactos que agentes de Argentina han sostenido principalmente con la Democracia Cristiana venezolana, uno de los frentes de la oposición contra Maduro, activa en la iniciativa para la revocación de mandato del presidente.

Nos incumbe a los mexicanos esa cuestión, porque en las mismas andanzas golpistas están embarcados los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa, México, y Álvaro Uribe, de Colombia.

Grave esas acciones injerencistas cuando, precisamente hoy, los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y el propio Maduro se encuentran para buscar la pacífica distensión fronteriza entre ambos países, zona exacerbada por el conflicto interno venezolano. ¿Y la OEA? Bien, gracias.

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