Voces del Periodista Diario

México, hay de agendas a agendas

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

A media semana (digamos martes y miércoles) un etéreo pero tenso eje se tendió entre Cozumel (Quintana Roo)-Casa Blanca-Palacio Nacional, CDMX.

Especulemos que la clave de esas conexiones está contenida en el guarismo 20-30.

De Cozumel, rescatamos el tufo militar; de la Casa Blanca, el apetito comercial; de Palacio Nacional, el sueño humanista por el que clama la sociedad mundial del llano.

México en el área de influencia USA

En el orden geográfico establecido, empecemos por la isla Cozumel: A mandato de los Comandos Norte y Sur que encarnan el poder militar imperial USA en América, fueron reunidos ministros de Defensa y comandantes de siete países centroamericanos: Guatemala, Belice, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Panamá. México, anfitrión, jugó como especie de péndulo.

El encuentro se denominó Conferencia de Seguridad de Centroamérica. En grande, la doctrina militarista estadunidense le llama Seguridad Hemisférica. La primera sirve a manera de espejo de la segunda.

En mesa de prensa, llevaron la voz cantante el jefe del Estado Mayor de la Defensa de Guatemala, general Manuel Pérez Ramírez y el ministro de Defensa de El Salvador, general David Mungía.

Para obviar el resultado de dicha conferencia, los militares centroamericanos anunciaron la coordinación de una fuerza de tarea para el patrullaje terrestre en la región. Su misión, será combatir conjuntamente “el crimen organizado”. El uso, pues, de las fuerzas armadas en tareas de seguridad policiaca, dicho eufemísticamente.

El Petén, la base de operaciones

La base de operaciones de esa “fuerza de tarea” será El Petén, en territorio guatemalteco. Como dato cultural agregamos que en ese territorio las Fuerzas Armadas guatemaltecas instalaron campamentos de entrenamiento gringo-japonés-israelí de los temible y temidos Kaibiles, fuerza de élite para reprimir a las comunidades indígenas. 

En este mismo espacio, hace dos semanas dimos cuenta de los anuncios desde Washington de los jefes de los Comandos Norte y Sur en el sentido de que se tenía programada una operación militar regional, en la que se tenía asignado a México un papel esencial.

Si vale la lectura del signo, en la mesa de prensa fue visible la ausencia del general secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos Cepeda y del almirante secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, organizadores de la conferencia, que por primera vez tiene su sede en México.

Trump: El juego del gato y el ratón

Por supuesto, la atención de los medios mexicanos se concentró en la Casa Blanca. El martes, el espectro gubernamental doméstico se cimbró con el anuncio de que Donald Trump declaró de manera tajante que los Estados Unidos se salen del Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLAC).

El alma volvió al cuerpo cuando se difundió que Enrique Peña Nieto y Trump tendieron un puente telefónico en se habría exorcizado el fantasma de la ruptura y que se inician negociaciones sobre el punto en agosto.

Palacio Nacional tuvo ayer otros huéspedes para hacer un balance de la Agenda 20-30 para el Desarrollo Sostenible, iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas.

El acto central fue presidido por Peña Nieto. Dijo sin rodeos: Atravesamos por un periodo de incertidumbre global y no sólo existe el riego de incumplir, sino abandonar algunos de los compromisos más importantes de dicha agenda.

Es una declaración inquietante, porque previamente se había instalado el Consejo Nacional de la Agenda 20-30, donde se recapitularon sus objetivos: Que nadie pase hambre y que ningún menor de cinco años padezca desnutrición; eliminar la pobreza extrema; dar acceso equitativo a todos los niveles educativos y eliminar cualquier forma de violencia contra niñas y mujeres.

¿Con cuántos de esos fines no cumplirá México?

México-EU: La integración silenciosa

Una cosa lleva a la otra y aquí ligamos la asociación de ideas a partir de la conferencia militar en Cozumel y los otros sucesos consignados.

Empecemos por el TLCAN y recordemos que cuando se firmó en 1993 para ponerlo en marcha en enero de 1994, sus detractores denunciaron que era una estrategia para la plena anexión de México a la economía norteamericana. De integración silenciosa, para decirlo de otra manera, se habló desde entonces.

En el sexenio de Vicente Fox, el guanajuatense impulsó el Plan Puebla Panamá (PPP). Llegó a sugerir a los gobernantes del área su extensión a América del Sur.

Pero Fox habló de un plus del TLCAN. Se trataba del Acuerdo Comercial de las Américas (ALCA), concebido en Washington, que terminó reventado por la resistencia de los gobiernos izquierdistas sudamericanos.

Fox, sin embargo, dócil a George W. Bush, dio por integrado a México en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y la Alianza Energética de América del Norte (AEAN).

El proyecto 20-30 de Calderón

En el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, pareció un enigma su insistencia en la promoción de la Agenda 20-30. Algunos despistados la relacionaron con el proyecto político-económico transexenal del salinismo para asegurar la continuidad del modelo neoliberal globalizador.

Para decirlo pronto, Calderón cerró su periodo a tambor batiente: Cedió su firma a la jefa del Departamento de Estado de Barack Obama, Hillary Clinton, en el Acuerdo para la Exploración y Explotación de Yacimientos de Hidrocarburos Transfronterizos México-Estados Unidos.

Quienes hicieron un análisis técnico de ese instrumento, encontraron que Clinton se aseguró para su país la parte del león en los potenciales yacimientos del Golfo de México. A nuestro país se le dejaron las zonas más accidentadas, fracturadas y de oneroso desarrollo.

Pero eso es decirlo demasiado pronto: El gobierno calderoniano se había guardado bajo llave un abultado expediente bajo el rubro: México 20-30/ Proyecto de Gran Visión.

Dicho proyecto es un compendió de las conclusiones de una serie de talleres que en el periodo de transición, a los Calderón convocó en octubre de 2006 con la participación de  especialistas mexicanos y extranjeros.

En ese sexenio, el interés crítico de los analistas tuvo como centro de gravedad la Iniciativa Mérida, carta de navegación de Calderón en su guerra contra el crimen organizado. Se explica el interés crítico por su inmediatez y sus desgarradoras consecuencias en las que se empezó a hablar de crisis humanitaria.

Pero de la Gran Visión, los revisores no gubernamentales encontraron estos ejes básicos: Área financiera, área comercial, área gubernamental y la culminante: Área militar. En una variante: Área financiera comercial-políticas publicas.

Si alguien halla en el expediente de ese proyecto preocupación por el hambre, la pobreza extrema, la equidad, la inseguridad y violencia en México, con gusto recibimos noticias.

México: País accionista-asociado

Sobre los temas expuestos, es de obligada consulta una investigación del mexicano Pablo Moctezuma Barragán, bajo el título México, dependencia y autoritarismo. Su síntesis, en voz de ese autor: País accionista-asociado.

En otros trabajos, queda establecido el hilo conductor del Destino Manifiesto: Ustedes aportan sus recursos naturales en greña y a precios de ganga; nosotros se los regresamos industrializados a costos del Primer Mundo. La lógica colonialista de más de una mitad de milenio.

En una conclusión libre en método periodístico: En el área financiera-bancaria, México ya no es dueño ni del Sistema de Pagos; en el área comercial, México está prendido con alfileres de las decisiones de la Casa Blanca; en el área política México, ha caído presa de la ingobernabilidad.

Del área militar, desde Cozumel recibimos las primeras y ominosas señales. ¿Podemos quedarnos aletargados en la hamaca de la impotencia o, peor aún, de la indolencia?

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