Voces del Periodista Diario

Pensiones: Último apretón a la tuerca

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Si se renuncia voluntaria o compulsivamente a la obediencia a la  soberanía popular, lo lógico es que quien, desde el extranjero, suple al Estado nacional, se arrogue facultades para perpetuar el régimen de dominación sobre una sociedad colonizada.

Apenas 48 horas antes de la ritual e inane conmemoración del 106 aniversario de la Revolución mexicana, en Huatulco, Oaxaca, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) realizó su 51 reunión periódica.

Ahí, el presidente Enrique Peña Nieto y los gobernantes de las 32 entidades federativas suscribieron el compromiso de “defender el interés nacional”.

Lo hicieron, con miras al 20 de enero de 2017 en que asume la presidencia de los Estados Unidos el temible y temido republicano Donald Trump.

Eso está muy bien: Es un imperativo patriótico, cuya observancia es plausible.

El FMI vuelve a atacar

Pero, donde menos se espera salta veloz y perspicaz la liebre: Hoy nos encontramos con que el padrastro de nuestras políticas de choque, el Fondo Monetario Internacional (FMI), recomienda al gobierno de Peña Nieto darle otra vuelta a la tuerca, quizá la última.

Como la clase trabajadora mexicana está harto satisfecha de sus “conquistas históricas”, justo es que pague el diezmo por tanto privilegio.

El FMI, que regentea la doctora Christine Lagarde, prescribe ahora que, para paliar la carga fiscal del régimen de jubilaciones y pensiones, se proceda a una enésima reforma a tal sistema.

Por si el lector no estuviera informado, preciso es recordar que los cuantiosos recursos (se perfilan hacia los tres billones de dólares) de los fondos para el retiro de los trabajadores, han sido privatizados desde 1997.

Un alto porcentaje está metido ya en el mercado especulativo para el financiamiento de deuda del gobierno federal y de empresas privadas nacionales y extranjeras.

El FMI aconseja una mezcla de “beneficios definidos” entre los recursos operados ya por las Afores, y la subcuenta de vivienda operada por diversas instituciones públicas. Por supuesto, su gestión sería transferida a entidades financieras privadas. Sobre el muerto, las coronas.

El problema es que, contra ese tipo de políticas patronales-gerenciales (que ahora mismo están provocando disturbios sociales en Chile), los ahorradores mexicanos no cuentan para su defensa ante los consejos técnicos con una representación de clase, que debiera ser asumida por la organización sindical.

A los trabajadores, pues, no le queda ni el derecho de los ahorcados: El de pataleo. Por donde quiera que se vea la cuestión, los actuales y potenciales pensionarios, entre la sartén y el fuego, pasan del frito al asado. Así es el neoliberalismo.

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