Voces del Periodista Diario

Primer descarte para el 18

Habemus Supersecretario

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Al cesar en sus funciones Luis Videgaray Caso como secretario de Hacienda y Crédito Público, el presidente Enrique Peña Nieto aplicó hoy en automático un primer descarte de precandidatos a la sucesión de 2018.

En su lugar, se posiciona como presidenciable Luis Antonio Meade, dos veces secretario encargado de despacho con el panista Felipe Calderón (Hacienda y Energía), y tercera vez secretario en el gabinete peñista (Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y desde hoy nuevamente titular de Hacienda).

Al término de su mandato, Calderón anunciaba urbi et orbi que dejaba a su sucesor (Peña Nieto) un barco de gran calado: La economía de México, blindada contra todo embate de la tempestad finisexenal.

Se creía entonces que había pasado el catarrito que el también ex secretario de Hacienda calderoniano, doctor Agustín Carstens Carstens -hoy gobernador del Banco de México- diagnosticó frente a los primeros embates de la crisis financiera internacional desencadenada en los Estados Unidos entre 2007-2008.

Durante la gestión de Carstens-Meade-Ernesto Cordero Arroyo con Calderón, se abrieron las esclusas del monstruoso endeudamiento público que ahora obliga a las calificadoras internacionales a devaluar las expectativas de crecimiento económico.

Un signo bastante anticlimático: Es el Partido Acción Nacional (PAN), convertido hasta ayer en feroz detractor del gobierno de Peña Nieto, el primero que expresa su beneplácito por el retorno de Meade, a quien le ofrece toda su colaboración “para la elaboración de los presupuestos para 2017”.

Descarado oportunismo, el del PAN, a unas horas de que se presente el paquete de Criterios de Política Económica para 2017, cuya confección estuvo a cargo del secretario cesado, que mañana lo entregaría a la Cámara de Diputados.

Osorio Chong-Nuño Mayer cuerpo a cuerpo

Al “renunciar” Videgaray a la Secretaría de Hacienda -zarandeado por el sainete Trump-Clinton-, el Presidente recurrió al típico enroque nominal ensayado durante su sexenio.

Rescató a Meade de la Sedesol para regresarlo a Hacienda, y en su lugar colocó al subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Luis Enrique Miranda, operador de las negociaciones de esa dependencia con la resistencia magisterial contra la Reforma Educativa, encabezada por la CNTE. No se sabe aún a quien tocará ahora la rifa del tigre.

Puesta en el paisaje la sucesión presidencial de 2018, de no haber nuevos reacomodos inmediatos en los gabinetes legal y ampliado, de los presidenciables priistas sujetos a encuestas sobre intención del voto, de entrada quedarían cuerpo a cuerpo los titulares de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.

Desde esa óptica, el berenjenal sucesorio en los terrenos del PRI entraría a otra fase de pronóstico reservado: Osorio y Nuño tienen meses situados en esquinas opuestas en el cuadrilátero de la Reforma Educativa: El primero, esforzándose en el diálogo con la CNTE para encontrar una salida política, y Nuño empeñado en el uso de la fuerza para aplacar la resistencia, intención en la que no le resulta suficiente el colaboracionismo del SNTE.

Desde ese enfoque, el presidente Enrique Peña Nieto no se mueve en el mejor de los mundos posibles. La tormenta Newton parece marejadilla leve ante el huracán político que se avecina.    

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