Voces del Periodista Diario

Sospechosos masajes al ego

VOCES OPINIÓN Por: Lic. Mouris Salloum George.

 

Si no fuera por la gravedad que reviste el tema, podríamos ironizar sobre el estado de esquizofrenia en que han caído las relaciones bilaterales México-Estados Unidos en el actual sexenio.

Es posible y válido, sin embargo, enfocar el diagnóstico sobre ese síndrome más bien al estado sicológico que vive el gabinete de Barack Obama, cuando al huésped de la Casa Blanca le restan sólo ocho meses de mandato.

No es el caso de la ópera bufa que a dos voces interpretan el incontinente candidato republicano a la presidencia estadunidense Donald Trump, y el zafio ex presidente mexicano Vicente Fox, a quienes de repente hace trío la soprano demócrata Hillary Clinton.

Se trata de que, como lo hemos consignado en espacios de Voces del Periodista, en su más reciente reporte sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo, el Departamento de Estado (USA) -que no se manda solo- zarandeó violentamente al Estado mexicano por sus bajas calificaciones en esa asignatura.

Así sea casi en voz baja, no se vaya a despertar al ogro,  agentes de la Cancillería mexicana reaccionaron tratando de desacreditar las fuentes y la metodología en que Washington se basó para reprobar al gobierno de Enrique Peña Nieto en una materia tan sensible.

Ese informe lo suscribió el secretario John Kerry, cuando todavía no lograba destrabar la aprobación del Senado a la ex subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Barbara Jacobson, como nueva embajadora en México.

John Kerry, para quien quiera saberlo, es el responsable de la política exterior de Washington.

No terminaba el gobierno mexicano de sobarse el hematoma, cuando súbitamente entra en escena el secretario de la Defensa (USA), Ashton Carter, quien a mitad del foro coloca a los mexicanos secretario de la Defensa, general Salvador Cienfuegos Zepeda, y  almirante comandante de la Marina Armada, Vidal Francisco Soberón Sanz.

No estaba en el foro el banquillo de los acusados ni lo jefes militares mexicanos daban señales de incomodidad o intranquilidad. No había razón para ello: Cárter se dirigió a sus huéspedes como “socios” y les leyó la declaración estadunidense por la cual México es reconocido como “Exportador Global de Seguridad”, no sólo en América, “sino más allá…”.

En tono seductor, Carter aplaudió a México  por continuar asegurando “que los valores comunes y el respeto por los Derechos Humanos sean la base de los esfuerzos” por la seguridad hemisférica.

Tan estimulante reconocimiento se dio en el marco del relevo de mandos del Comando Norte de los Estados Unidos, a cuyos titulares hace apenas unas semanas Cienfuegos y Soberón condecoraron.

La cuestión a saber es si, más allá de los elogios mutuos entre autoridades castrenses, Washington está dispuesto a restaurar el respeto que necesita y merece nuestra diplomacia soberana. No están los mexicanos para masajes al ego.

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