Voces del Periodista Diario

Tributo a la sacrosanta “ciudadanía”

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George.

La conseja popular dice, y dice bien: La burra no era arisca, los palos la hicieron. Esta expresión vale para explicar el rastrero nivel en que ha caído en México la credibilidad del gobierno.

Vamos a aplicar el beneficio de la duda, no a los fines, sino los mecanismos que se propone el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que permanece en la cartelera como asignatura pendiente, va a hacer ya cuatro años.

A la memoria nos remitimos para poner las cosas en frecuencia.

Hacia 1989, después de la crisis del régimen electoral provocado por el desaseo de la elección presidencial de 1988, se propuso la sustitución de la vieja Comisión Federal Electoral (CFE) por un nuevo órgano denominado Instituto Federal Electoral (IFE).

La CFE era hasta entonces presidida por el secretario de Gobernación en turno y reconocía a las representaciones de los partidos con registro nacional.

Para quitarle el sambenito de oficialista, los creativos del nuevo IFE tuvieron la ocurrencia de llamarles a sus integrantes, consejeros ciudadanos, como si los antiguos funcionarios no hubieran sido ciudadanos. Más aún: Dichos ciudadanos debieran estar libres de ataduras partidistas. (A-partidistas se dice también)

Así se acreditó, por ejemplo, a Santiago Creel Miranda. Luego fue diputado por el PAN, secretario de Gobernación en la primera presidencia del PAN y senador por el PAN. Ahora será constituyente de la Ciudad de México… por el PAN.

Luego, los consejeros ciudadanos se convirtieron en consejeros electorales y con este título aparecieron Alonso Lujambio, después secretario de Educación del gobierno panista y senador por el PAN; Juan Molinar Horcasitas, luego director del IMSS y secretario de Comunicaciones y Transportes… del gobierno del PAN. En fin.

En 2002, a Vicente Fox se le ocurrió crear el Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de la República, cuya obra fue tan exitosa que en 2013 el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam lo mandó directo a la goma.

Del foxismo es la ocurrencia también de que la sociedad civil auxiliara en el proceso de selección de los comisionados del ahora Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Hay por lo menos un caso visible de que uno de esos comisionados pasó a ser miembro del gabinete presidencial y hasta se le mencionó como postulante a Los Pinos. En fin.

Ahí viene… oootro Consejo Ciudadano

Ahora se nos presenta una laberíntica ocurrencia para echar andar el Sistema Nacional Anticorrupción. Lo dicen los clásicos: El que hace la ley, hace la trampa.

Para que tal sistema pueda funcionar a salvo de sospechas, dice esa ocurrencia, es preciso despartidizar la integración de sus órganos. (“Despartidizar” quiere decir ahora que los partidos no se repartan en cuotas los nombramientos de los funcionarios).

He aquí la clave para hacer confiable el SNA: El insospechable Senado de la República nombrará una Comisión de Selección integrada por nueve ciudadanos que durarán en su encargo tres años.

¿Para que un comité de selección? Para seleccionar a su vez a los ciudadanos que, no faltaba más, formarán el Comité de Participación Ciudadana del ya afamado Sistema Nacional Anticorrupción. “Pieza clave en el diseño y operación del SNA”, lo valoran los que saben.

Pero los integrantes de tal comisión seleccionadora tendrán que pasar por los filtros del Senado. Con eso está dicho todo.

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