Voces del Periodista Diario

Democracia de calidad, ¿para cuándo?

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Tiene mucho de deprimente, por abominable, el grotesco espectáculo que se escenifica en nuestros días en torno a los procesos electorales programados para 2017 en los estados de México, Coahuila y Nayarit, con cambio de gobernador, y de Veracruz, de gobiernos municipales.

No son, los anteriores, meros ejercicios de calentamiento con vistas a la sucesión presidencial de 2018. Son la sucesión misma. Sin embargo, nada indica que la lucha de los contrarios pueda remontar de aquí a la primavera del año entrante lo que es, ahora, en estricto rigor, combate de cavernarios.

El avance de los procesos en los estados citados se presenta en los medios como aleatorios a la gran cita del 18. Tan es así, que a la información sobre las precampañas en esas entidades se sobrepone la pugna entre los partidos y los presidenciables, caracterizados como manada acéfala en una enlodada y lodosa pista de carreras.

Las descalificaciones entre partidos y precandidatos “a la grande”, están a la orden del día. Faltan en el diccionario de la Madre Academia adjetivos para dañar el prestigio de los contendientes que ahora ambulan, incluso, en los Estados Unidos, exhibiendo sus miserias.

El Instituto Nacional Electoral (INE), gasta dinerales de los subsidios públicos en programas de Educación y Cultura Cívica de los ciudadanos para darle sentido civilizatorio a los procesos de formación de los poderes públicos. El fin de ese gasto, es construir un modelo de democracia de calidad.

El problema radica en que esos programas no se aplican a los detentadores de la partidocracia, que no han leído ni las solapas de la Cartilla moral de don Alfonso Reyes. Mucho menos, algún código de Ética.

“Democracia” de cupular circuito cerrado y de tribus tricolores, azules, amarillas que se gratifican en innobles prácticas de canibalismo: Su religión es la indecencia, dicho con música de bolero.

En 2018 se elegirán Presidente de México, 500 diputados federales y 128 senadores. Concurrirán en el gran paquete procesos electorales de 30 entidades federativas.

La suerte final del voto, en manos de 18 burócratas

Aunque la suerte del voto popular “libre y secreto” quedará en última instancia en manos de 18 burócratas que tripulan el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se pretende que de la sanción originaria de las elecciones generales se hagan cargo un millón y medio de mexicanos, a los que se habilitará como funcionarios de casilla.

Por esa criba “legitimadora” pasará la voluntad de unos 89 millones de compatriotas (el listado nominal) con potenciales derechos electorales a salvo. Más de 70 por ciento de la población mexicana total, mas los que no regrese Trump.

Sería verdad tanta belleza, si no rondara la sospecha sobre la capciosa operación de algoritmos alterados, que están de moda desde las elecciones presidenciales de 2006.

Se cree que el llano sigue vegetando, mientras los de la cúspide viven argumentando, con Churchill: Se dice que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que se han probado de vez en cuando. ¡Cuidado! Otro clásico advirtió que la burguesía teje la soga con la que terminará siendo ahorcada. Es cuanto.

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