Voces del Periodista Diario

El Pirruris contra Los nacos

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

 

Privilegio privilegio -en un país de miserables-, es una estancia en la Universidad de Oxford, campus St. Antony’s College, del Reino Unido.

Privilegio privilegio -en una nación donde el salario mínimo para obreros y empleados es de 70 pesos diarios-, es embuchacarse cada día diez mil pesos por salario y subvenciones pagados con cargo a los contribuyentes.

Previlegio privilegio -en una Republica que sufre una lacerante crisis humanitaria-,  es tener a su servicio a las fuerzas armadas federales para disuadir, toletear, gasear, corretear  y encarcelar profesores que imparten enseñanza pública. En fin.

Al menos de esos tres privilegios ha sido y es usufructuario el egresado de la privada Universidad Iberoamericana, alma mater de Los pirruris, Aurelio Nuño Mayer.

Nuño Mayer denuncia a los alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), centro fundado por Lázaro Cárdenas para abrir oportunidades de preparación a los hijos de los trabajadores, de andar de alborotadores sólo para defender sus “privilegios”.

¿De qué “privilegios” gozan esos estudiantes acusados por el secretario federal de Educación Pública? Ha de ser del derecho a la Educación, hasta ahora todavía consagrado por la Constitución General de la República.

En abril pasado, Nuño Mayer lanzó una insensata provocación a la comunidad del IPN, anexando a su despacho la administración general de dicha institución.

Con la máxima autoridad administrativa maniatada, alumnos y maestros han cuestionado esa medida no explicada previamente y se han declarado en resistencia.

Los graves problemas del Poli son estructurales y periódicamente son planteados ante la cabeza operativa del sector educativo.

Así ocurrió a principios de 2015. La papa caliente rodó por la calle de Bucareli. En un rapto inusitado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, salió en mangas de camisa a atender el clamor de los estudiantes.

Serena y cerebralmente, Osorio Chong desactivó una de las muchas bombas que todos los días aparecen en el camino del actual gobierno.

Como lo ha hecho en el caso de los docentes de educación básica, Nuño Mayer encontró en el conflicto de las vocacionales del Poli la mano negra de Andrés Manuel López Obrador.

Si los estudiantes del Poli quieren dialogar, tendrán que aceptar nuestras reglas. Es más o menos la reacción del titular de la SEP.

Por supuesto, Nuño Mayer tiene sus bocas de ganso en los medios electrónicos. Una noche de estos días, un opinante en uno de los canales metropolitanos expectoró: Si esos alborotadores -que no pagan sus estudios-, no quieren aplacarse ¡Que se vayan! a ver qué universidad privada los recibe.

Ese opinante expectorante no es mexicano. Por añadidura, es sobrino de Augusto Pinochet. Nuño Mayer anda en malas compañías.

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