Voces del Periodista Diario

Los educadores mexicanos del Siglo XXI

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Para ciertos filósofos educadores, una generación transita un ciclo vital de 15 años antes de que llegue la siguiente al relevo.

Aceptando ese esquema, la primera generación de mexicanos del Tercer Milenio quedó instalada en 2015.

El dato electrizante de ese tránsito generacional, es que en México existen entre siete y ocho millones de jóvenes que la sociología vulgar etiqueta como ninis, ya que no estudian ni trabajan. No tienen cómo ni en donde.

Esta semana, el Programa de Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), que toma como materias básicas la ciencia, la lectura y las matemáticas, contó una de esas historias que deben de contarse: En esas asignaturas, México ocupa el 35 sitio entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El sitio 35 es el último en la tabla.

Obviamente, la evaluación abarca a los mexicanos que reporta la matrícula nacional.

De acuerdo con el mandato constitucional, todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado, en su basta dimensión territorial, es obligado garante de ese derecho en el ciclo básico hasta  la Media Superior.

Del estilo personal de gobernar

Tal derecho, sin embargo, queda a expensas del jefe del Estado mexicano, en cuyo caso su estilo personal de gobernar define sus prioridades programáticas no necesariamente en el orden en que la Constitución consagra los Derechos Sociales.

Los presidentes Álvaro Obregón, Lázaro Cárdenas del Río, Adolfo López Mateos y Luis Echeverría, principalmente, tuvieron como prioridad la niñez y la juventud.

La tendencia formativa de los gobiernos posrevolucionarios se interrumpió con el arribo de los presidentes neoliberales. El PISA da cuenta de las nocivas consecuencias. Si los alumnos leen, no comprender lo que se lee es una de las rémoras más rezagantes.

Fox, Calderón y Peña Nieto

En los primeros 16 años del siglo XXI, México ha sido gobernado por tres presidentes egresados de  universidades privadas. Abominan de la Universidad Pública.

Cuando Vicente Fox estaba a punto de empezar a despachar en Los Pinos, la rectoría de la Universidad Iberoamericana (UIA) le expidió discrecionalmente el titulo de Licenciado casi tres décadas después de haber salido destripado en la carrera de Administración de Empresas.

En ese sexenio, nos tocó escuchar accidentalmente, en un acto realizado en la ciudad de Aguascalientes, el testimonio chocarrero de un compañero de generación de Fox en la UIA -exitoso, dicho sea de paso, en el negocio futbolístico:

Vicente era genial. En vez de los libros de texto obligatorios de la carrera, llegaba al campus portando en la bolsa trasera de su pantalón el ejemplar de la semana de Kaliman”.

Alojado en las acogedoras cabañas de Los Pinos, se supo que Fox no se iba a la cama sin antes ver El chavo del ocho. Ese era el “titulado” en la Universidad Iberoamericana.

Su sucesor, Felipe Calderón Hinojosa, no pasó el examen de admisión en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se refugió en la privada Escuela Libre de Derecho (ELD).

Una de las grandes burlas a la Historia nacional infligidas por Calderón, fue la costosa pachanga en que convirtió en 2010 las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

De esa pachanga quedó la torre conocida coloquialmente como La Estela de pus, en plena Avenida de la Reforma. Ese es el egresado de la Escuela Libre de Derecho.

“No se dice ler; se dice leer”

Enrique Peña Nieto es egresado de la privada Universidad Panamericana (Opus Dei). Desde su campaña electoral exhibió su dificultad para identificar a escritores mexicanos vis a vis con sus más conocidas obras.

Este mismo año, la Universidad Panamericana se vio en aprietos para explicar los criterios académicos con los que calificó la tesis de Peña Nieto, en cuyo texto se encontraron citas de las que se sospechó plagio, al no ser acreditados sus autores originales.

En diciembre de 2012 arribó a la Oficina de la Presidencia de la República un equipo  integrado por al menos cuatro egresados de la Universidad Iberoamericana (UIA, alma mater de Vicente Fox).

El más visible de ese cuarteto egresado de la UIA, Aurelio Nuño Mayer pasó a la titularidad de la Secretaría de Educación Pública. Recientemente, una chica de primaria lo puso en evidencia al corregirle: “No se dice ler; se dice leer”.

La chica es ahora estrella en un video, acompañando a un trío de cancioneros. Nuño Mayer es considerado por los futuristas como El delfín del Presidente para 2018.

Ayer, al reaccionar ante el reporte del PISA, Nuño Mayer nos trajo a memoria a un personaje del viejo populismo quien, al referirse a algún fenómeno meteorológico, declaró: Ni nos beneficia ni nos perjudica, sino todo lo contrario”.

De la evaluación  de alumnos mexicanos reportada por el PISA, el titular de la SEP dijo: Ni mejoramos, ni empeoramos. (¿Sino todo lo contrario?).

Algo queda del reporte del PISA. Son los alumnos mexicanos los últimos en la tabla de la OCDE. ¡Ah! pero estamos entre los primeros de América Latina y El Caribe. Digamos que por encima de Haití y Guatemala. Vaya consuelo. Es cuanto.

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