Voces del Periodista Diario

Francisco Rojas Gutiérrez

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

 

Conocemos a un empresario ensenadense que llegó a la gobernación de Baja California sin haber optado por la nacionalidad mexicana, como lo exigía la constitución estatal. Hoy es senador de la República y aspira a la candidatura presidencial.

Tres veces aspirante a la Presidencia de México, connotado político llegó a gobernar Michoacán sin ser nativo de esta entidad.

En 2000 se cuestionó la elegibilidad de un candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal porque su credencial de elector estaba domiciliada en Tabasco, donde nació. Fue electo, sin embargo.

Dos gobernadores constitucionales tuvo en el último medio siglo Sinaloa: Uno nacido en Calabacillas, Chihuahua, y otro en un potrero de Nayarit.

De los últimos cuatro recientes presidentes de México, de uno se dijo que había registro de nacimiento en California (USA) y de otro que ostentaba doble nacionalidad.

Los puristas del Derecho son flexibles, no obstante, cuando la conveniencia política obliga. Los partidos políticos se acogen a esta discrecionalidad cuando a su interés conviene.

La hora de los hubiera

Arde el Estado de México: Los incendiarios actuaron a sabiendas. Es que las candidaturas al gobierno del estado no las resolvieron los mexiquenses. Se destaparon en la Ciudad de México.

¿Había opciones de menos riesgo desde el punto de vista de la aceptación partidista y popular de esas candidaturas? La imaginaria a toro pasado nos indica que sí.

Los hermanos Francisco y Carlos Rojas Gutiérrez tienen documentado su nacimiento (15 de septiembre de 1944 y 4 de noviembre de 1954, respectivamente) en la Ciudad de México. Ambos han sido secretarios encargados de despacho en el gabinete presidencial.

Desde 1998 esos personajes priistas han aparecido en la lista de prospectos a gobernar el estado de México; particularmente Francisco, de cuya probidad pocos tienen sospechas.

En la podredumbre que se respira en el Estado de México, es obvio que Francisco Rojas Gutiérrez no era confiable para el priismo estatal.

Por la renovación moral de la sociedad

Rojas Gutiérrez inició su carrera administrativa en el área, nada menos, que de Contraloría de Presupuestos; públicos, por supuesto.

Fue el primer titular de la Secretaría de Contraloría de la Federación, instituida por Miguel de la Madrid para “la renovación moral de la sociedad”. En 1987, De la Madrid le confió la dirección general de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Primera acotación ¡ojo! Rojas Gutiérrez tuvo durante ese encargo -en la coordinación de la Contraloría de Pemex- a Juan Manuel Portal Martínez, el actual Auditor Superior de la Federación de la Cámara de Diputados que ha destapado las cloacas en la Administración federal y de los gobiernos de los Estados.

La Auditoria Superior de la Federación tiene en la mira la gestión del gasto del gobernador del estado de México, Eruviel Ávila Villegas. (Andan por ahí extraviados más 8 mil millones de pesos).

Oposición contra la Reforma Energética de Calderón

Hace diez años, la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel promovió a Francisco Rojas Gutiérrez a la presidencia de la Fundación Colosio del partido. (Segunda acotación: Carlos Rojas Gutiérrez relevó a Luis Donaldo Colosio en la Secretaría de Desarrollo Social cuando el sonorense fue nominado candidato presidencial del PRI. Después fue senador priista).    

Desde la presidencia de la Fundación Colosio, Francisco Rojas Gutiérrez hizo esfuerzos por atajar la Reforma Energética del panista Felipe Calderón Hinojosa, presentada ante el Senado en 2008.

Advirtió entonces Rojas Gutiérrez que el fin último de esa iniciativa era convertir a Pemex, en una simple administradora de contratos. Obvio, a la empresa privada.

Tope en esa advertencia, el jefe del Senado, Manlio Fabio Beltrones Rivera (después precandidato presidencial y más tarde dirigente nacional del PRI) y su chalán, el derrotado ex candidato presidencial priista Francisco Buenaventura Labastida Ochoa (el del Pemexgate), ahora como presidente de la comisión senatorial de Energía, plancharon el proyecto de Calderón.

En 2009, Francisco Rojas Gutiérrez llegó como diputado a la LXI Legislatura del Congreso de la Unión. De muy buen grado, la bancada tricolor lo nombró su coordinador en San Lázaro para el periodo hasta el 31 de agosto de 2012.

Eso de “buen grado” se subraya porque, desde 2003, la coordinación parlamentaria del PRI en San Lázaro fue objeto de rebatiña entre Elba Esther Gordillo Morales y la dupla Beltrones Rivera y el mexiquense Emilio Chuayffet Chemor.

En diciembre de 2012, en el gabinete dado a conocer por Enrique Peña Nieto, el nombre de Francisco Rojas Gutiérrez apareció como titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con Pemex, los brazos tutelares de la soberana política energética mexicana.

Un político pobre, es un pobre político

Pronto, asomó la cabeza el fáctico Pacto por México: Su buque insignia fue la Reforma Energética que no había logrado concluir Calderón Hinojosa, cuyo proyecto fue denunciado en 2008 por Rojas Gutiérrez.

La “verdad histórica” nunca se sabrá, pero, congruente con su posición nacionalista expresada como presidente de Fundación Colosio del PRI, Rojas Gutiérrez renunció a la dirección general de la CFE.

Peña Nieto nombró en su lugar al economista filósofo Enrique Ochoa Reza. Hasta que éste fue nombrado dirigente nacional del PRI, salió a la luz pública su condición de flotillero de taxis, que entonces eran tipificados por los competidores como piratas.

Francisco Rojas Gutiérrez es un hombre fuera de serie en el mundo de inmundicia pública, comprometido con el combate a la corrupción.

¿Qué tal si Rojas Gutiérrez gana la candidatura priista y el gobierno del Estado de México? Con suerte nombra al actual auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez,  procurador general de Justicia del Estado de México. Mínimo.

No, Francisco Rojas Gutiérrez no era un candidato confiable para el PRI en el Estado de México, donde sigue vigente la doctrina del profesor Carlos Hank González: Un político pobre, es un pobre político. Es cuanto.

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