Voces del Periodista Diario

¿Necesitan las Fuerzas Armadas defensa de los Calderón?

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Es absolutamente probable que, desde que en 1946 se instituyó en México el régimen presidencial civilista, el último Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas mexicanas que se haya enfundado el uniforme alusivo al cargo haya sido el general Manuel Ávila Camacho.

En  su sexenio, el panista Felipe Calderón Hinojosa, acorde con su declaración de guerra contra el crimen organizado, quiso darse el gusto de uniformarse de comandante militar; con muy poca fortuna, dicho en términos de la crítica de modas.

Ocasión hubo de pase de revista en la Plaza de la Constitución y desfile militar de 16 de septiembre, en que Calderón y su esposa Margarita Zavala se hicieron acompañar en el palco central de Palacio Nacional por sus hijos varones vestidos con uniforme militar.

De acuerdo con estadísticas de la guerra calderoniana, entre 2006 y 2010 ya sumaban 32 mil niños mexicanos huérfanos. Organizaciones de la sociedad civil se alarmaban por la aparición de los niños soldados y de los niños del narco. Eventualmente, podrían ser incluidos en el casillero de Daños colaterales, según tipificación presidencial.

El llamado a la Corte Penal Internacional

El Estatuto de Roma tiene valor de un código que rige la actuación de la Corte Penal Internacional (CPI), tribunal fundado en 1998, cuya misión es investigar crímenes codificados como genocidio o de lesa humanidad.

Ante la CPI, en octubre de 2012 más de 20 mil mexicanos presentaron una solicitud para que se abriera expediente contra Calderón y se ponderara la posibilidad de investigar, y sancionar en su caso, crímenes derivados del estado de guerra.

En 2014, un nuevo recurso fue introducido ante la CPI, esta vez por la Federación Internacional de Derechos Humanos, el Comité Mexicano de Defensa y Protección de los Derechos Humanos y el Comité Ciudadano de Derechos Humanos del Noroeste.

En ese recurso, los promoventes denuncian privación de la libertad y desaparición forzada en 30 casos, con 95 víctimas, documentados en el estado de Baja California entre 2006 y 2012.

Las organizaciones civiles que recurrieron a la Corte Penal Internacional explicaron que hacían uso de esa vía, porque en el periodo de 2005 a 2012, de las instancias hechas ante el Consejo de la Judicatura Federal, sólo se habían sentenciado cuatro casos; sólo dos en firme.

Con independencia de si tiene autoridad moral o no, el Departamento de Estado del gobierno estadunidense, en su reporte anual sobre Derechos Humanos en el mundo, llamó repetidamente la atención al Estado mexicano por la sistemática violación de esos derechos durante el mandato de Calderón.

El Ejército mexicano y la Armada de México tienen problemas de imagen, pero también argumentos propios en su defensa, como para sentirse bien asistidos moral y políticamente por la pareja Felipe Calderón Hinojosa-Margarita Zavala Gómez del Campo.

Es cuando en el llano se escucha la frase: No me defiendas, compadre. Es cuanto.

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